?Qu¨¦ significa que Ikea se traslade al centro de las ciudades?
En Viena, los arquitectos del estudio Querkraft Architekten han levantado un edificio-estanter¨ªa. Un almac¨¦n de muebles abierto a la ciudad, que convive con otro negocio y que no tiene aparcamiento
La nueva tienda de Ikea en Viena no tiene aparcamiento. Pero tiene 160 ¨¢rboles que contribuyen a hacer de ella un peque?o microclima. El edificio no es un bloque compacto y cerrado, sino un inmueble poroso, casi una estanter¨ªa gigantesca, que permite que el sol, el aire y la luz lleguen a su interior y, sobre todo, que no resta ni aire ni luz a los inmuebles que lo rodean.
Tiene, adem¨¢s, una azotea ocupada por una gran terraza abierta al p¨²blico. Y como indican sus arquitectos ¨Dlos austriacos Jakob Dunkl (1963); Gerd Erhartt (1964) y Peter Sapp (1961) del estudio Querkraft Architekten¨D, quiere ser un buen vecino. Vecindad, convivencia. Y bondad. Ese respeto por lo existente es poco frecuente en el comercio contempor¨¢neo: m¨¢s en el que mueve grandes vol¨²menes de mercanc¨ªas, acostumbrado a desplazar a los ciudadanos hasta el extrarradio atra¨ªdos por los bajos precios, fomentando as¨ª el uso del coche en las ciudades.
Este edificio apuesta por lo contrario. Y, m¨¢s all¨¢ de una decisi¨®n comercial, implica un cambio de paradigma. Puede que Ikea deba ahora adaptar sus precios ¨Dpor el mayor coste de habitar el centro¨D o puede que decida ganar menos en algunas de sus tiendas. Tambi¨¦n los clientes deber¨¢n plantearse si es c¨®modo comprar muebles llegando a esa tienda en metro. O caminando. Y si est¨¢n dispuestos a pagar un transporte alternativo que sumar¨¢ un coste a su producto. Se trata, en definitiva, de cuestionar la forma de comprar, de consumir y de construir la ciudad. Lo que est¨¢ en juego es eso: el aire de las metr¨®polis, la salud de sus ciudadanos y el presente del planeta.
As¨ª, el edificio, que es uno de los finalistas al Premio Mies van der Rohe, est¨¢ sombreado por sus propias aberturas, que funcionan como estantes de 4,5 metros de profundidad. La tienda de decoraci¨®n ocupa las plantas bajas y sobre estas se ha construido un albergue, el Jo&Joe. Todos, hu¨¦spedes, clientes y ciudadanos, tienen acceso a la azotea convertida en plaza p¨²blica. All¨ª, las placas fotovoltaicas que abastecen de electricidad al edificio contribuyen a sombrearlo y conviven, en un mirador sobre la ciudad, con ¨¢rboles y el espacio preparado para verlos crecer.
M¨¢s all¨¢ de reducir su tama?o, de convivir con otros comercios, y de reubicarse en el centro, el inmueble le da tambi¨¦n la vuelta a la organizaci¨®n espacial tradicional de Ikea eligiendo, esta vez, la distancia corta, el acceso directo a las mercanc¨ªas. Construido con columnas prefabricadas y con m¨®dulos de 10x10 metros, el inmueble es, casi se podr¨ªa decir, un mueble m¨¢s.
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