?Las ciudades pertenecen a los coches o a las personas?
Muchas urbes ya no est¨¢n dise?adas para los seres humanos, sino para los autom¨®viles, con la ciudadan¨ªa relegada a los m¨¢rgenes
La mayor¨ªa de nosotros pensamos que tenemos garantizada la acci¨®n de desplazarnos. Asumimos con facilidad que los Gobiernos planificar¨¢n y construir¨¢n para que podamos llegar al trabajo, llevar a nuestros hijos a la escuela, hacer compras o disfrutar de actividades de ocio.
De hecho, la movilidad es el coraz¨®n de la mayor¨ªa de las ciudades. Las carreteras y las calles son las venas y las arterias que sostienen la vida de la ciudad como la conocemos. Pero, ?y si esta movilidad resulta ser perjudicial para nosotros? ?Qu¨¦ pasa si la esencia del modelo moderno de movilidad que prioriza el transporte motorizado individual ¡ªbasado en el tiempo y la distancia recorrida, pasando r¨¢pidamente del punto A al B¡ª resulta una combinaci¨®n t¨®xica que estrangula el coraz¨®n de la ciudad con contaminaci¨®n, tr¨¢fico y estr¨¦s?
Los seres humanos fuimos dise?ados para caminar y, durante gran parte de nuestra historia, nuestros asentamientos fueron construidos para que en buena medida fueran transitados as¨ª. Los cambios migratorios, la industrializaci¨®n y el crecimiento urbano han transformado este paisaje, creando nuevas exigencias sobre c¨®mo nos movemos. La ciudadan¨ªa, de repente, pas¨® a tener que desplazarse no solo m¨¢s lejos, sino tambi¨¦n de forma m¨¢s r¨¢pida. Dado que la necesidad es la madre de la invenci¨®n, se crearon medios de transporte nuevos y m¨¢s r¨¢pidos. La planificaci¨®n no respondi¨® solo a esta premisa, sino que se prioriz¨® una movilidad basada en el coche como eje central del dise?o urbano. Esta asignaci¨®n desproporcionada del espacio p¨²blico para el uso de veh¨ªculos motorizados podr¨ªa sugerir que muchas ciudades ya no est¨¢n dise?adas para los seres humanos, sino para los autom¨®viles, con la ciudadan¨ªa relegada a los m¨¢rgenes.
Es evidente que necesitamos espacio para los coches. Sin embargo, a medida que la poblaci¨®n y el n¨²mero de veh¨ªculos aumentan, cualquier persona que haya vivido las horas punta en la mayor¨ªa de las ciudades puede ver que el resultado final no es una movilidad mejorada. La corta distancia de muchos viajes en coche dentro de la ciudad, el poco uso que se les da en comparaci¨®n con el tiempo que pasan estacionados, y su alto precio, hacen que nuestra dependencia y priorizaci¨®n de la movilidad urbana basada en autom¨®viles parezca a¨²n m¨¢s parad¨®jica. Las tendencias en el crecimiento y la densidad de la poblaci¨®n urbana muestran que el uso de coches individuales para los viajes cotidianos dentro de una ciudad ya no tiene sentido.
Desde 2015 los accidentes de tr¨¢fico son la ¨²nica categor¨ªa entre las 10 principales causas de mortalidad global que no son una enfermedad
La movilidad individual basada en el autom¨®vil no solo es mala para las ciudades, sino que es perjudicial tambi¨¦n para nosotros. Seg¨²n las cifras de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), desde 2015 los accidentes de tr¨¢fico son la ¨²nica categor¨ªa dentro de las 10 principales causas de mortalidad global que no son una enfermedad.
M¨¢s all¨¢ de las lesiones y las muertes por accidentes de tr¨¢fico, los coches son una fuente directa y principal de contaminaci¨®n. Una mala calidad del aire afecta no solo a nuestro sistema respiratorio, sino tambi¨¦n a nuestras funciones cardiovasculares, neurol¨®gicas e incluso reproductivas. La contaminaci¨®n ac¨²stica es menos conocida, pero un estudio reciente muestra que el ruido puede ser igual de perjudicial para la salud que la contaminaci¨®n del aire. La magnitud de estos problemas requiere una reflexi¨®n seria de c¨®mo nos movemos. Afortunadamente, algunas de las principales soluciones ya existen y est¨¢n demostradas.
Pens¨¢ndolo bien, la infraestructura del transporte que se centra exclusivamente en trasladar personas y mercanc¨ªas de un lugar a otro es una manera muy estrecha de pensar en la movilidad. Limita no solo nuestras opciones para desplazarnos, sino tambi¨¦n sus beneficios potenciales. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si pudi¨¦ramos ampliar esta visi¨®n, y las ciudades fueran dise?adas para una movilidad que ayudara a la gente a ser m¨¢s feliz y a estar m¨¢s sana? Porque la movilidad puede proporcionar oportunidades para la interacci¨®n social, la actividad f¨ªsica y el contacto cercano con el entorno; todos ellos factores relacionados con el aumento de la felicidad y el bienestar. Por ejemplo, una investigaci¨®n indica que las personas que van caminando o en bicicleta al trabajo tienen m¨¢s probabilidades de disfrutar de su viaje que las que van en veh¨ªculo motorizado. Ya sabemos que los estilos de vida que incluyen actividad f¨ªsica regular hacen que las personas tengan mejor salud y bienestar, as¨ª que ?por qu¨¦ no querer ciudades que est¨¦n dise?adas para ayudarnos a desplazarnos de una forma segura, activa y m¨¢s feliz?
Quienes van caminando o en bicicleta al trabajo tienen m¨¢s probabilidades de disfrutar que las que van en veh¨ªculo motorizado
En los D¨ªas sin Coche en Cochabamba (Bolivia) la contaminaci¨®n del aire se reduce entre un 60% y un 70%. La jornada se ha vuelto tan popular, que ahora se ha ampliado nacionalmente. Las personas se benefician de una mejor calidad del aire, pero tambi¨¦n disfrutan de actividades f¨ªsicas y sociales, y tambi¨¦n tienen la oportunidad de algo tan vital como descubrir y conectarse con los barrios de su ciudad. En Barcelona, durante las huelgas de metro, la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica causada por Nitr¨®geno de ?xido (NO) aumenta hasta un 48%, ya que los viajes en coche sustituyen a los del transporte p¨²blico. De hecho, la movilidad p¨²blica eficiente y accesible es otra forma demostrada de reducir la congesti¨®n del tr¨¢fico y de mover grandes cantidades de personas, que suele incluir un componente de actividad f¨ªsica. Adem¨¢s de estas estrategias, las innovaciones en bicicletas el¨¦ctricas y los sistemas para compartir coches y bicicletas est¨¢n abriendo nuevas posibilidades para combinar las ventajas de los veh¨ªculos motorizados con los del transporte colectivo y activo. Hay que poner mucha atenci¨®n a su implementaci¨®n para maximizar los beneficios y minimizar los efectos negativos.
En el centro de la cuesti¨®n est¨¢ que nunca antes en la historia tantas personas viviremos en ciudades. Es hora de actuar y decidir si queremos que el espacio urbano sea para nosotros o bien para los coches.
Carolyn Daher es coordinadora de la Iniciativa de Planificaci¨®n Urbana, Medio Ambiente y Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundaci¨®n Bancaria la Caixa.
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