?Qu¨¦ pasa con el dise?o en Navidad?
?Nos volvemos m¨¢s barrocos cuando llegan las fiestas? ?M¨¢s osados? ?M¨¢s l¨²dicos? ?O simplemente nos preparamos para la convivencia para recibir el a?o con buenos prop¨®sitos?
Aunque Miguel Mil¨¢ defini¨® el mejor dise?o como el que ¡°acompa?a y no molesta¡±, la historia de esta disciplina demuestra que algunos objetos nacen para molestar. ?Por qu¨¦? En general eligen el fastidio para reivindicar algo, para protestar, para defender, tambi¨¦n para tratar de provocar un cambio o subrayar una necesidad. Lo hacen, claro, para generar un debate. Muchos dise?adores incorporan la sorpresa para jugar. Todo eso hace la Unconfortable, una mesa de casi tres metros de largo (275,08 cent¨ªmetros) sujeta por 34 patas distintas e ideada para compartir la incomodidad del comensal al que le toca la pata. Es un dise?o, afirman sus creadores, el colectivo Capitalism, especial para Navidad.
Las Navidades son una ¨¦poca del a?o extra?a para el dise?o. En estas fechas lo sobrio pasa desapercibido por soso. Lo funcional parece no entender de fiesta y es dif¨ªcil que no est¨¦ re?ido con el exceso. Por eso son tantos los que ¡ªpor nostalgia, hast¨ªo, enfado con el mundo, penuria econ¨®mica o fastidio¡ª han pasado de celebrar a tolerar las fiestas. Y, tolerar es siempre signo de apertura mental. Tambi¨¦n, en realidad, de esp¨ªritu navide?o. Eso buscan plasmar estos dise?os.
Los ciudadanos lidiamos con villancicos desafinados y restaurantes colapsados por las cenas de empresa. Con habituales del mercado ¡ªcomo los esp¨¢rragos o las chalotas¡ª que, como por arte de magia, multiplican sus precios cuando se acerca Nochebuena. No bastaba con las guirnaldas de abeto y nos hemos habituado a convivir con fachadas ¡ªnuevas y viejas, ricas y pobres¡ª en las que Papa Noeles trepadores viven codo con codo, con banderas palestinas, arco¨ªris, se?eras o rojigualdas. Para los interiores, se reserva la versi¨®n pl¨¢stica de las ramas de abeto: el espumill¨®n que tiene el aliciente de defender un tipo de reciclaje: parece indestructible, se recupera de a?o en a?o. Las calles, finalmente, est¨¢n pobladas por luminarias de temporada que ¡ªsalvo pocas excepciones como Tur¨ªn o Barcelona¡ª buscan m¨¢s deslumbrar que alumbrar. Afront¨¦moslo: las celebraciones molestan.
En ese marco de exceso, pero tambi¨¦n de sabia convivencia, aparece una mesa que se hace eco de la incomodidad. Aunque haya sido ideada para incomodar, la mesa Unconfortable no es una broma. Construida con un sobre de roble macizo, y apoyada en 34 patas -17 de creaci¨®n propia y 17 provenientes del despiece de otras mesas del mercado¡ª est¨¢ pensada para durar. Esto s¨ª, solo podr¨¢ juntar a familias, o amigos, con mucho sentido del humor. O servir como aparador y como reclamo creativo, recordando las muchas maneras que hay de hacer las cosas y las distintas razones que acompa?an una soluci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de su humor, o su osad¨ªa, por dise?o, y forma de venta, la mesa resume, adem¨¢s de esta ¨¦poca del a?o, la relaci¨®n que se ha establecido entre el arte y el dise?o actuales. Para los puristas del dise?o el mejor es siempre industrial, escueto, funcional y en ¨¦l manda la resta. Para el Design-Art, los reyes son las piezas ¨²nicas, lo que no se ha puesto en producci¨®n ni se vende en tiendas de muebles, h¨ªbridos que redibujan la funci¨®n de la obra.
As¨ª es, el dise?o del colectivo Capitalism ¡ªexpuesto en la sala Maza Art de Madrid¡ª. La propia sala se autodefine como ¡°casa de subastas para una nueva generaci¨®n de coleccionistas¡±¡ª, y saca a subasta ma?ana la Unconfortable por, apuntan los dise?adores, su precio de coste: su precio de partida de 6.000 euros.
En realidad, la propia casa de subastas, que expone la mesa inc¨®moda (Unconfortable), tambi¨¦n busca hablar de arte contempor¨¢neo mezclando informalidad y atrevimiento. Y entendiendo la irreverencia, tal vez m¨¢s como diversi¨®n que como reivindicaci¨®n. ¡°No se trata de protestar, sino de contagiar¡± parece ser el mensaje de su fundador, Antonio Yera, que proviene del mundo de las finanzas y el derecho. Experto en propiedad intelectual, Yera se form¨® tambi¨¦n como historiador del arte en el Sotheby¡¯s Institute of Art de Londres. En la capital brit¨¢nica trabaj¨® varios a?os para la casa de subastas hasta que regres¨® a Madrid a abrir la suya: Maza Art.
?Es este un dise?o del nuevo Madrid? ?De la temporada festiva? ?O una manera de redise?ar el dise?o?
En 1993 el desaparecido Enric Miralles y su estudio idearon en Barcelona la mesa InesTable. Su forma org¨¢nica era el resultado de la suma de una decena de tableros unidos mediante bisagras que pod¨ªan desplegarse ¡ªen una mesa ¨²nica¡ª o abatirse generando biombos para espacios de trabajo. Miralles la hizo construir en dos versiones: de roble, para su estudio, y de Iroko, para su casa.
Al igual que la Unfonfortable del colectivo Capitalism, la mesa InesTable era, es, un lugar de convivencia, aunque no necesariamente f¨¢cil. Su fuerza es m¨¢s rupturista que constructiva. Pero¡ Regresemos a los a?os 90. Corr¨ªa 1997 cuando Juli Capella y Quim Larrea montaron, en el IVAM de Valencia, la exposici¨®n Patas. Aquella muestra celebraba el 50 aniversario de la Feria del Mueble de Valencia (Habitat). Y le encargaba a 20 creadores internacionales ¡ªde Ron Arad a Ettore Sottsass, Alessandro Mendini, Philippe Starck o Ricardo Bofill¡ª, el dise?o de cuatro patas. Aquello era dise?o. Hoy ha pasado el tiempo y tenemos m¨¢s nombres. El colectivo Capitalism ha barajado 34 patas y ha hecho Design Art.
Sin ser funcionales, estos dos muebles, y las patas mostradas en el IVAM, participan de la ola de extra?eza que invade al dise?o, durante la Navidad y, a su vez, todos representan una propuesta. Como tal, apuntan hacia una duda: ?una mesa tan distinta abre puertas o las cierra? Puede que enreden. Tal vez hayan aparecido para jugar. Podr¨ªa ser tambi¨¦n que hablasen de mundos que, como en los dise?os m¨¢s ideol¨®gicos, osados o l¨²dicos, solo alcanzamos a imaginar.