El misterio de una ¡®espant¨¢¡¯ (Morante y Manzanares, en la picota)
Lo sucedido en Linares es muy extra?o, como sonoro es el silencio de los dos toreros, y el suceso queda a expensas de lo que determine la Junta de Andaluc¨ªa
La fuga de Morante de la Puebla y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares de la plaza de Linares el pasado 28 de agosto por desavenencias con la autoridad tiene toda la pinta de no ser m¨¢s que la punta del iceberg de la basura maloliente que envuelve la fiesta de los toros en la actualidad.
Cuando dos reconocidas figuras del toreo se atreven a dar un portazo y dejar con dos palmos de narices a varios miles de personas que esperan en los tendidos por una discusi¨®n con el equipo presidencial sobre si se acepta o no un toro es que algo est¨¢ muy podrido en este espect¨¢culo.
Raro es el festejo en el que no haya discrepancias entre las cuadrillas y los veterinarios en el reconocimiento de las reses; pero toreros y autoridades contrastan pareceres, dialogan, presionan unos, resisten otros y transigen todos para que la corrida o la novillada se celebre sin m¨¢s sobresaltos.
Eso es lo habitual. Lo extra?o, pero que muy extra?o, es lo sucedido en Linares el pasado 28 de agosto. Morante y Manzanares exigen que se lidie completa la corrida de ?lvaro N¨²?ez, y como falta un toro y el equipo presidencial no da su brazo a torcer, deciden tomar el olivo y poner tierra de por medio. ?Muy raro!
?Qu¨¦ ha pasado? Solo se conoce la versi¨®n de la autoridad, del ganadero y de Curro D¨ªaz y su representante, pero los dos protagonistas principales del suceso guardan un sonoro e inexplicable silencio. ?Las desavenencias podr¨ªan venir de a?os atr¨¢s, como apuntaba el ganadero ?lvaro N¨²?ez? No se sabe. ?Acaso se trat¨® de un pulso definitivo de los toreros al presidente y los veterinarios para imponer en Linares un determinado tipo de toro, como sospecha uno de los veterinarios? ?Un asunto econ¨®mico, tal vez?
Los toreros abandonaron la plaza en un gesto que, a primera vista, est¨¢ envuelto en una supuesta irresponsabilidad sin precedentes
Lo ¨²nico cierto es que los toreros abandonaron la plaza en un gesto que, a primera vista, est¨¢ envuelto en una supuesta irresponsabilidad sin precedentes.
Y el asunto adquiere tintes histri¨®nicos cuando el presidente decide a las dos de la tarde rescatar uno de los toros rechazados, y los toreros, lejos ya de Linares, contestan que no vuelven y que adi¨®s muy buenas.
La fuga de ambos es, en primer lugar, una falta de respeto a los espectadores que pagaron una entrada para verlos ¨Dseguro que muchos de ellos llegados desde otras localidades¨D y se encontraron que, a la hora del pase¨ªllo, solo hab¨ªa un matador al frente de las cuadrillas, una sorpresa a¨²n m¨¢s desagradable, por otra parte, para los rezagados que desconoc¨ªan lo que hab¨ªa sucedido unas horas antes.
?Es este el comportamiento que se espera de dos respetables figuras del toreo? No hubiera sido m¨¢s l¨®gico cumplir con su contrato y convocar, antes o despu¨¦s de la corrida, una rueda de prensa para denunciar lo que estimaran conveniente? ?Por qu¨¦ los taurinos -toreros, apoderados, empresarios y ganaderos- se enrocan casi todos ellos en un mal¨¦fico secretismo que no hace m¨¢s que alimentar la sospecha de que han creado una mafia para la exclusiva defensa de sus intereses al margen de la afici¨®n y el destino de la tauromaquia? Obs¨¦rvese que ning¨²n taurino ni organizaci¨®n representativa ha abierto la boca, incluida la Fundaci¨®n Toro de Lidia, cuando, sin duda alguna, se han conculcado los derechos de los espectadores.
Y a las diez de la noche de ese 28 de agosto, finalizada la corrida, la autoridad tiene conocimiento de dos partes m¨¦dicos: uno, a nombre de Morante, que se?alaba que padec¨ªa disnea, expedido a las 13.20 horas en la Cl¨ªnica de F¨¢tima de Sevilla, y otro, a nombre de Manzanares, con una supuesta gastroenteritis, expedido en el Centro M¨¦dico Hiniesta de la misma ciudad.
Si no quieres misterio, dos tazas¡ El propio delegado gubernativo reconoce en su acta que ninguno de los toreros adujo en ning¨²n momento razones de salud para justificar su fuga, lo que permite colegir que Morante y Manzanares acudieron a un m¨¦dico amigo para presentar un justificante que evite una posible sanci¨®n. Y es l¨®gico pensar que la disnea y la gastroenteritis son enfermedades inexistentes.
?Pero hay m¨¦dicos que firman partes falsos a los toreros? ?No deben cumplir los m¨¦dicos el c¨®digo deontol¨®gico de su profesi¨®n? ?No es un delito penal expedir un parte que no responda a la realidad? La Junta de Andaluc¨ªa y el Colegio de M¨¦dicos de Sevilla deber¨ªan investigar qu¨¦ ha sucedido en este caso.
?Pero hay m¨¦dicos que firman partes falsos a los toreros?
Y, adem¨¢s, si Morante y Manzanares tienen la osad¨ªa de dejar tirados a miles de espectadores, por qu¨¦ no, tambi¨¦n, el arrojo para afrontar las consecuencias de su acci¨®n.
Est¨¢ fuera de toda duda que los dos se han equivocado; y cuando uno se equivoca, lo que debe hacer es rectificar. No pueden manchar su brillante hoja de servicios con un error tan may¨²sculo, y la afici¨®n merece una explicaci¨®n y una disculpa. Si no es as¨ª, ?con qu¨¦ cara se van a presentar el pr¨®ximo a?o en Linares?
?Y c¨®mo fue la actuaci¨®n de la autoridad en esta trifulca? El presidente y uno de los veterinarios han declarado que su ¨²nico empe?o es defender la dignidad del toro en una prestigiosa e hist¨®rica plaza como es la suya, en contra del inter¨¦s de otros protagonistas.
Lo verdaderamente cierto es que si alguien estuvo a la altura de las circunstancias y destac¨® por su comportamiento intachable fue Curro D¨ªaz.
La Junta de Andaluc¨ªa tiene la ¨²ltima palabra; en concreto, la Consejer¨ªa de Presidencia, Interior, Di¨¢logo Social y Simplificaci¨®n Administrativa, que dirige Antonio Sanz. Este departamento tiene abierto un expediente ordinario y asegura que est¨¢ recabando toda la informaci¨®n posible para actuar en consecuencia.
Menuda patata caliente tiene en sus manos el se?or consejero. A ¨¦l habr¨ªa que pedirle lo que los toreros no son capaces de ofrecer: luz y taqu¨ªgrafos; valent¨ªa, tambi¨¦n, para llegar al fondo y que los aficionados conozcan qu¨¦ pas¨® de verdad en Linares el 28 de agosto, y equidad para que cada cual ¨Cincluidos los m¨¦dicos- responda de sus hechos de acuerdo con la ley.
No ser¨ªa nada deseable que se echara tierra sobre este asunto. Si el Gobierno de Andaluc¨ªa defiende, como presume, la tauromaquia, tiene ahora una ocasi¨®n propicia para demostrarlo. Si permite que gane el sistema, si no se aclara lo sucedido y los responsables, sean quienes sean, se van de rositas, se confirmar¨¢ que a la fiesta de los toros, por los intereses perniciosos de unos y la pasividad de otros, le quedan dos telediarios.
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