Pierre Lemaitre confiesa sus pasiones (y algunas fobias) sobre la ficci¨®n negrocriminal
En el ¡®Diccionario apasionado de novela negra¡¯ (Salamandra), el autor franc¨¦s mezcla la erudici¨®n como lector con su juicio como escritor para crear un libro inclasificable, lleno de hallazgos y muy divertido
Pierre Lemaitre (Par¨ªs, 70 a?os) lo tiene claro y no quiere dejar lugar a dudas: ¡°Los amantes de las definiciones rigurosas, las monograf¨ªas exhaustivas, los an¨¢lisis tem¨¢ticos, etc¨¦tera, se llevar¨¢n una decepci¨®n (por suerte, disponen de otras obras excelentes que satisfagan sus expectativas), pero la editorial le encarg¨® este diccionario a un escritor, as¨ª que hablar¨¦ en ¨¦l como novelista y como lector¡±.
Pocas veces una declaraci¨®n de intenciones realiz...
Pierre Lemaitre (Par¨ªs, 70 a?os) lo tiene claro y no quiere dejar lugar a dudas: ¡°Los amantes de las definiciones rigurosas, las monograf¨ªas exhaustivas, los an¨¢lisis tem¨¢ticos, etc¨¦tera, se llevar¨¢n una decepci¨®n (por suerte, disponen de otras obras excelentes que satisfagan sus expectativas), pero la editorial le encarg¨® este diccionario a un escritor, as¨ª que hablar¨¦ en ¨¦l como novelista y como lector¡±.
Pocas veces una declaraci¨®n de intenciones realizada en la introducci¨®n o el pr¨®logo se cumple tan a rajatabla como en el Diccionario apasionado de novela negra (Salamandra, traducci¨®n de Jos¨¦ Antonio Soriano). ?El resultado? Apasionado, irregular, magn¨ªfico, con ausencias clamorosas y descubrimientos extraordinarios, consejos, pol¨¦micas (qu¨¦ buen esgrimista verbal es Lemaitre)... una apuesta personal por un g¨¦nero que ama y que a m¨ª me ha proporcionado largos y sugerentes ratos de lectura.
La manera de leer un diccionario tem¨¢tico depende de cada uno. Yo siempre empiezo por el final, en un caos absoluto, buscando con ah¨ªnco los primeros nombres que quiero leer. De ah¨ª voy a otro y a otro, ya sea guiado por las sugerencias del final de cada entrada (delirante la de Premio Goncourt, por ejemplo, que nos lleva a Blanca, Esnifar) o porque es la entrada siguiente y me apetece. Y, si no, vuelta al ¨ªndice onom¨¢stico con una ¨²nica regla: prohibido leer en orden.
Lemaitre no aguanta a James Ellroy, pero lo admira como novelista, y a eso hemos venido aqu¨ª, as¨ª que le dedica una de las entradas m¨¢s extensas y prolijas. Por mis debilidades manifiestas, segu¨ª con David Peace, A sangre fr¨ªa, Javert, Fred Vargas, Simenon (al que llama El eterno), Seven, y m¨¢s. El espacio dedicado a Laidlaw termina con un p¨¢rrafo que da idea de c¨®mo est¨¢ escrito este diccionario apasionado:
¡°Cuando coincid¨ª con McIlvanney en un festival celebrado en Bristol, me acerqu¨¦ para estrecharle la mano y tambi¨¦n me ech¨¦ a llorar. ?l, un hombre delgado de ojos azules y rostro anguloso, me mir¨® preocupado y me sugiri¨® que me sentara. Yo deb¨ªa tener toda la pinta de un lector desequilibrado capaz de clavarle un cuchillo en el est¨®mago, pero se sent¨® a mi lado y charlamos en el sal¨®n vac¨ªo del gran hotel. Se parec¨ªa tanto a Laidlaw que me fue imposible contener la emoci¨®n: en mi mente, el autor y el personaje aparec¨ªan fusionados, como me hab¨ªa ocurrido anta?o con Proust y Swann. McIlvanney muri¨® en diciembre de 2015 y de nuevo me ech¨¦ a llorar¡±.
Ya ven que en esta obra caben igual autores que pel¨ªculas o personajes. Tambi¨¦n peque?os espacios dedicados al g¨¦nero en s¨ª, deliciosos en su voluntad transgresora y su sinceridad. Novela negra, Realidad, Simplificar, Violencia¡ son algunos de los t¨ªtulos de esos peque?os artefactos metidos en medio de un constante y ¨¢gil ejercicio de erudici¨®n.
?Hay espa?oles? Se estar¨¢ preguntando m¨¢s de uno. Los hay, pero pocos. Una entrada sobre Arturo P¨¦rez- Reverte (por una novela no negra, pero ya saben, aqu¨ª el autor es el dictador); otra sobre Un mill¨®n de gotas, de V¨ªctor del ?rbol, lo que vuelve a probar el ¨¦xito del autor en Francia y, por ¨²ltimo, la dedicada a Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, considerado por el autor franc¨¦s como un maestro.
Se trata, en definitiva, de un libro que se puede leer a muchos niveles, pero en el que incluso el m¨¢s experto va a encontrar sorpresas. Una apuesta personal de uno de los mejores autores de g¨¦nero en Europa en las ¨²ltimas d¨¦cadas pero, m¨¢s a¨²n, de un lector exquisito y, como todo lector de verdad, apasionado. Pasen, lean y disfruten. Esta vez, m¨¢s que nunca, Vive le noir!