?ric Fouassier, el qu¨ªmico que encontr¨® la f¨®rmula perfecta de la novela negra hist¨®rica

?ric Fouassier (Tours, 60 a?os) contrajo el virus de la literatura a muy temprana edad. Lector fan¨¢tico de Dumas, Verne y Los misterios de Par¨ªs de Eug¨¨ne Sue, no tard¨® en probar suerte como escritor: antes de la mayor¨ªa de edad ya hab¨ªa enviado su primer manuscrito a tres de las grandes editoriales de Francia. La respuesta alentadora de Gallimard fue el primer paso en una carrera que le ha llevado, gracias a libros que mezclan la novela hist¨®rica y el thriller, al ¨¦xito en t¨¦rminos de cr¨ªtica y p¨²blico.

Pero por el camino hubo baches, idas y venidas. ¡°Estudi¨¦ el bachillerato cient¨ªfico, luego Farmacia, con una tesis sobre la qu¨ªmica farmac¨¦utica en la literatura, y luego Derecho¡±, contaba la semana pasada en el festival BCNegra. Despu¨¦s lleg¨® la gimnasia, el fortalecimiento de la prosa a trav¨¦s de la novela corta. En ese campo coincidi¨®, entre otros, con Bernard Minier, con el que se cruza en el hall del hotel de Barcelona donde atiende a este diario. ¡°Eran ideales porque no ten¨ªa mucho tiempo para otra cosa. Escrib¨ª unas 50 entre 2000 y 2005. Me presentaba a muchos concursos¡±, resume.

Varios a?os, 13 novelas de todo tipo e incontables relatos despu¨¦s lleg¨® el ¨¦xito con la primera novela de su serie El gabinete de los misterios ocultos, titulada de la misma forma y publicada en Espa?a por Principal Noir. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ pero antes de publicarlo sab¨ªa que pasaba algo. Se tradujo r¨¢pidamente al japon¨¦s y todo el mundo hablaba de ello. Fue la primera vez que los adolescentes trataron una obra m¨ªa como si fuera una serie de Netflix¡±. Despu¨¦s vinieron 40.000 descargas de audiolibro en un a?o y m¨¢s de medio mill¨®n de ejemplares con las tres entregas (El fantasma del Vicario, tambi¨¦n en Principal, y Les nuits de la peur bleue, a¨²n por traducir). ?D¨®nde est¨¢ la clave? ¡°Creo que los problemas de esa ¨¦poca resuenan en el lector de hoy en unas tramas hist¨®ricas con temas m¨¢s propios del thriller. Hay, adem¨¢s, una serie de personajes fuertes que los lectores siguen¡±, relata desde sus gafas redondas y una sonrisa casi constante, el rostro del profesor amable que todav¨ªa es cuando no escribe.

El protagonista de estas novelas es Valentin Verne, un dandi parisino de rostro casi perfecto te?ido, sin embargo, de una ¡°conmovedora melancol¨ªa¡±. Soltero, solitario y no muy hablador, tiene cierta tendencia a la introspecci¨®n, generada muy posiblemente por los horrores experimentados desde una temprana edad. ¡°Es un Sherlock Holmes menos fr¨ªo, un Holmes carnal¡±, resume el autor cuando se le pregunta por el parecido con el m¨ªtico detective de Arthur Conan Doyle, con quien comparte incluso su maestr¨ªa en el bartitsu, arte marcial mixto propio de caballeros victorianos.

Verne dirige la Brigada de los Misterios Ocultos, creada en 1830 para desentra?ar los cr¨ªmenes imposibles en una ¨¦poca en la que las luces enciclop¨¦dicas y el empirismo no terminan de imponerse a las sombras y las supersticiones. Esta lucha se ve perfectamente reflejada en toda la serie, acompa?ada de unas maravillosas localizaciones y mucho sentido del ritmo policiaco.

Los misterios de estas novelas est¨¢n ambientados en un Par¨ªs en plena transformaci¨®n gracias a una ascendente y poderosa clase burguesa, con nuevos barrios muy distintos a los de la medieval ?le de la Cit¨¦. ¡°Es la ¨¦poca m¨¢s novelesca¡±, defiende, ¡°quer¨ªa con todas mis fuerzas que Par¨ªs fuera un personaje. Un Par¨ªs de contrastes, que llega al lector por los sentidos¡±. Una ciudad en la que solo una clase permanece inalterada, siempre con la suerte en contra: la clase obrera, los miserables.

Pero lo que define a todo h¨¦roe es su n¨¦mesis y aqu¨ª Valentin Verne tiene uno a la altura de Moriarty, m¨¢s terrible si cabe: el Vicario, ¡°una forma condensada de crueldad¡±, un hombre que Fouassier utiliza con habilidad para sacar el lado oscuro de su protagonista en una pelea sin cuartel. ¡°Es mi ni?o bonito¡±, asegura con una risa algo taimada, acostumbrado a la reacci¨®n de su interlocutor al calificar as¨ª a este ser horrible. ¡°Est¨¢ hecho para ser detestado. Un malo muy caracter¨ªstico de la ¨¦poca¡±.

Vidocq y la verdad hist¨®rica

El autor juega muy bien con los cambios que se est¨¢n produciendo dentro de la investigaci¨®n criminal, e incluso utiliza a Eug¨¨ne-Fran?ois Vidocq como invitado estelar. El que fuera el primer director de la polic¨ªa francesa moderna llev¨® una vida de novela: criminal de prestigio, entra en la polic¨ªa como chivato y termina dirigi¨¦ndola, moderniz¨¢ndola y d¨¢ndole una estructura parecida a la actual antes de convertirse en escritor, montar una imprenta, publicar sus memorias y un pu?ado de novelas de ¨¦xito avalado por amigos como Balzac. ¡°El ¨²nico l¨ªmite que me puse al tratarlo como personaje de ficci¨®n fue darle coherencia hist¨®rica, no ponerlo nunca a hacer cosas imposibles o en lugares en los que no estuvo¡±, explica.

Enganchado a la autenticidad de los autores a los que admira, Fouassier consigue el equilibrio entre la imaginaci¨®n y la documentaci¨®n (uno de los grandes retos de todos los autores de este g¨¦nero) y acude a otros elementos de identificaci¨®n, como acabar con personajes a los que los lectores han tomado cari?o. ¡°Matarlos es siempre complicado, pero la novela popular del siglo XIX era un poco maniquea y aqu¨ª quer¨ªa alejarlo de la caricatura. Los lectores lo encuentran terrible, pero le da autenticidad¡±.

Admirador de Arturo P¨¦rez-Reverte, Fouassier confiesa que dentro de cada libro hace planes, pero luego no los respeta. Lo que s¨ª mantiene a rajatabla es el pacto de confianza con los lectores que aprendi¨® con las novelas cortas. Y el amor por el entretenimiento. Antes de la cuarta entrega, en la que viajar¨¢ a la Argelia invadida y conquistada por los franceses, la serie ser¨¢ c¨®mic y est¨¢ en marcha la adaptaci¨®n audiovisual. Por el camino, Fouassier seguir¨¢ enganchado a la literatura en todas sus formas. En las bibliotecas y cines de Barcelona donde se celebra BCNegra, alg¨²n joven habr¨¢ sido inoculado con el virus para seguir sus pasos.