Nancy Sinatra y Lee Hazlewood: Bonnie y Clyde del pop, d¨²o que te romper¨¢ el coraz¨®n

Imagine la siguiente escena: va en pleno d¨ªa al volante de un coche descapotable por Monument Valley, con buena compa?¨ªa, y, de repente, se abre una fabulosa senda en l¨ªnea recta hasta Sunset Boulevard, donde espera el paseo de la fama de Hollywood y todas las luces incandescentes y noct¨¢mbulas de Los ?ngeles. Coge la senda, por supuesto, que para eso se ha abierto por arte de magia para usted. Durante el viaje, ver¨¢ como el d¨ªa se transforma en noche mientras el paisaje pasa de vaquero a metropolitano, de campo abierto a ciudad que no duerme. Si ya se lo ha imaginado, p¨®ngase la m¨²sica que quiera para el viaje, pero algo le digo: ser¨¢ casi imposible que encuentre una m¨²sica mejor que la que compusieron Nancy Sinatra y Lee Hazlewood. Con esta pareja, el b¨®lido que conduce volar¨¢ como en un sue?o.

Sinatra & Hazlewood. Un d¨²o entre d¨²os. Si no son la pareja musical perfecta, al menos, fueron un d¨²o extraordinario, una de las mejores parejas art¨ªsticas que ha dado la m¨²sica popular, a la altura de Bob Dylan y Joan Baez en el folk o Marvin Gaye y Tammi Terrell en el soul. Su simbiosis parece nacida para grandes aventuras. Por un lado, una chica joven, con un atractivo descomunal en su canto travieso y esplendoroso, que tiene bien colocados todos los genes de su padre, Frank Sinatra. Por otro, un hombre mayor que ella ¨C 11 a?os-, que es la contrapartida a la chica: m¨¢s oscuro, m¨¢s sombr¨ªo, m¨¢s grave, que encarna cierto peligro.

Lee Hazlewood, cantante, compositor y productor estadounidense, fue contratado por Frank Sinatra con un fin: mejorar la presencia comercial de su hija cantante. Hazlewood se puso a los manos de la producci¨®n y consigui¨® sacar todo el talento que la joven Sinatra ten¨ªa dentro en el primer disco que produjo, Boots (1966). El ¨¢lbum cuenta con muy buenas versiones de The Beatles, Bob Dylan o The Rolling Stones, pero es, sobre todo, el disco de These Boots Are Made for Walkin¡¯, una canci¨®n imbatible.

Sin embargo, Sinatra & Hazlewood o Nancy & Lee se asociaron para hacer pareja de cantantes y a¨²n fue mejor. Basta observar la portada de su disco de debut, Nancy & Lee (1968), para intuir que se trata de una especie de Bonnie y Clyde del pop norteamericano. Dos rostros que mantienen la mirada al oyente y parecen despreocupados de lo que va a acontecer. ?Qu¨¦ acontece? M¨²sica de primer¨ªsima calidad. Un ¨®rdago a grande de pop dram¨¢tico, entendiendo por pop lo que se hac¨ªa en los gloriosos sesenta cuando las listas eran dominadas por The Beatles, The Beach Boys, Motown o las canciones de la factor¨ªa Phil Spector.

Nancy & Lee es una obra maestra, el mejor de los dos discos que registraron. Un ¨¢lbum en el que Sinatra y Hazlewood casan magistralmente unos elementos orquestales brillantes con letras que profundizan en el lado oscuro de la condici¨®n humana. Como ese viaje en el b¨®lido imaginado, los dos despliegan un universo l¨ªrico en el que los sentimientos se viven a flor de piel. Igual cantan a la gloria del amor fugaz que se muestran devastadoramente solos en el romance. El canto dulce y refinado de Sinatra empastando con la voz de bar¨ªtono y vaquero lis¨¦rgico y despechado de Hazlewood, que no para de ronronear a lo largo de todo el ¨¢lbum.

Un ejemplo perfecto: Greenwich Village Folk Song Salesman, una canci¨®n en la que ella canta divertida y alocada, y ¨¦l responde con voz de cowboy, algo cansado y pasado de rosca, como al galope detr¨¢s de ella. Luego, ella tambi¨¦n le responde m¨¢s tonta y ¨¦l la lanza un gru?ido como de felino, respondido inmediatamente por una risita de ella. Todo sucede con el impulso de unas trompetas trepidantes, como si fueran el motor de ese b¨®lido que conducen los dos por las carreteras interminables hacia la Costa Oeste. All¨ª donde Phil Spector por la misma ¨¦poca ofrec¨ªa epifan¨ªas de pop callejero, muy urbano, con ese muro de sonido palpitando a pura ciudad, Nancy & Lee son una mezcla de western y road movie. Guardan un aire cinematogr¨¢fico con esa aspiraci¨®n juvenil de melod¨ªas luminosas que, cubiertas de ampulosos vientos y cuerdas, abren las canciones a un gran plano general, al m¨¢s puro estilo de John Ford, donde existe amplitud del paisaje emocional.

Imag¨ªnese en el b¨®lido. Suenan Nancy Sinatra y Lee Hazlewood. Ya puede conducir con los ojos cerrados por Monument Valley hasta Los ?ngeles.