Aprender de los desiertos
Premio Nacional de Investigaci¨®n en 2022, el bi¨®logo alicantino Fernando Maestre es una referencia internacional en el estudio de las zonas ¨¢ridas y la importancia del agua. Tiene claro que el talento del investigador reside sobre todo en saber cuidar los grupos de trabajo
Fernando Maestre (Sax, Alicante, 1976) lleva casi 20 a?os recorriendo desiertos de varios continentes en busca de respuestas que expliquen qu¨¦ le est¨¢ pasando a la Tierra. Es la pasi¨®n que fue forjando desde sus tiempos de estudiante de Biolog¨ªa en la Universidad de Alicante (UA), un lugar al que ha regresado para dirigir el laboratorio de Zonas ?ridas y Cambio Global. El paisaje que se ve desde la ventana de su despacho, un suelo ocre apenas cubierto de vegetaci¨®n, le recuerda a diario la importancia de su trabajo. En los anaqueles, muestras de tierra procedentes de una treintena de parajes extremos del planeta esperan su escrutinio. ¡°Son lugares ¨²nicos¡±, precisa.
El Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n reconoci¨® el pasado a?o a Maestre con el Premio Nacional de Investigaci¨®n Alejandro Malaspina. Ha publicado en las prestigiosas revistas Science y Nature y figura desde 2018 entre el 1% de los cient¨ªficos m¨¢s citados, seg¨²n el ranking elaborado por Clarivate Analytics. Precisamente, uno de sus art¨ªculos habla de la importancia de cuidar los grupos de trabajo, que pueden ser un plantel de egos: ¡°Hay tanta gente buena en la investigaci¨®n que es f¨¢cil caer en el individualismo¡±, admite sobre la excelencia y la competitividad de su profesi¨®n. En ella, el talento tiene muchas caras: mantener vivo el af¨¢n por aprender, tener ideas originales, saber aprovechar el tiempo... Pero la m¨¢s importante para Maestre es, simplemente, ser buena persona.
Pregunta: ?Cu¨¢ndo se dio cuenta de que quer¨ªa dedicarse a la investigaci¨®n?
Respuesta: Hasta los 14 a?os dec¨ªa que quer¨ªa ser m¨¦dico, pero en el ¨²ltimo a?o de Bachillerato empec¨¦ a preocuparme por el medio ambiente, por la contaminaci¨®n y el cambio clim¨¢tico. Me le¨ª unos libros que me marcaron mucho: La Tierra en juego, del exvicepresidente de EE UU Al Gore, y algunos publicados por Joaqu¨ªn Ara¨²jo. Descubr¨ª que quer¨ªa dedicarme a proteger la naturaleza y pens¨¦ que no hab¨ªa mejor manera de hacerlo que estudiando Biolog¨ªa.
P. ?Es una profesi¨®n que tiene mucho de vocacional?
R. S¨ª, sobre todo porque disponemos de menos recursos que otros pa¨ªses. Es una carrera muy satisfactoria, pero con muchos sinsabores. La investigaci¨®n es un trabajo competitivo y precario, en el que se alcanza una estabilidad laboral a edades muy tard¨ªas. Requiere muchos sacrificios, aunque eso, afortunadamente, est¨¢ cambiando.
P. ?Por qu¨¦ estudia los desiertos?
R. Porque hab¨ªa poco conocimiento al respecto. Siempre han sido sitios duros para vivir, la civilizaci¨®n se ha asentado cerca del agua del mar o a la vera de los grandes r¨ªos. Tradicionalmente hemos considerado las zonas ¨¢ridas como sitios de poco valor. ?D¨®nde se han hecho las pruebas nucleares? ?D¨®nde hay algunos de los vertederos m¨¢s grandes del mundo? La inmensa mayor¨ªa de estudios sobre ecolog¨ªa se hab¨ªa generado en ecosistemas concretos, como en los de EE UU, Israel o Australia, y luego intent¨¢bamos aplicar esos descubrimientos a nuestras zonas, pero no funcionaba. Me di cuenta de que hab¨ªa una necesidad de extender las indagaciones por todo el mundo.
MI DEFINICI?N
¡°El talento es crear tu propia moda cient¨ªfica, porque un descubrimiento te lleva a otro¡±
P. ?Qu¨¦ aportan sus investigaciones sobre ellos?
R. Sin suelo no hay vida, es un recurso fundamental que tenemos que cuidar. De ¨¦l dependen pr¨¢cticamente el 99% de las calor¨ªas que ingerimos. Yo estudio las caracter¨ªsticas del suelo y algunos de sus servicios ecosist¨¦micos, como la fertilidad, la capacidad de reciclar y de mantener nutrientes (de manera que lo puedan utilizar las plantas para crecer) o su papel en la mitigaci¨®n y adaptaci¨®n a los efectos del cambio clim¨¢tico. Hay impactos muy localizados; suelos que se pierden por lluvias torrenciales, que est¨¢n salinizados, erosionados o contaminados. Durante estos a?os he aprendido la importancia de la biodiversidad de los microorganismos, que eran grandes desconocidos hasta hace muy pocos a?os y que se han puesto de manifiesto gracias a nuestras investigaciones.
P. Dice que, para explicar la aridez, un vaso de agua en Madrid se evapora antes que otro en Berl¨ªn...
R. Y cada vez se va a evaporar m¨¢s y m¨¢s r¨¢pido, sobre todo en la mitad sur de Espa?a. Esto implica que vamos a tener menos agua superficial, en los r¨ªos y pantanos, por la evaporaci¨®n. Estamos utilizando nuestra hucha de agua que son, por ejemplo, los acu¨ªferos, como si fuese nuestra caja habitual. Gastamos a una velocidad mucho m¨¢s r¨¢pida de lo que de manera natural se repone en nuestras aguas subterr¨¢neas.
P. ?Qu¨¦ podemos hacer?
R. Como individuos, tenemos que ahorrar toda el agua que podamos; ducharse en lugar de ba?arse, poner un cubo debajo del grifo para no desperdiciar el agua mientras se calienta... Esto supone entre tres y ocho los litros que se pueden utilizar para vaciar las cisternas, regar las plantas, lavarse la cara... Pero no solucionaremos los problemas del agua sin afrontar su uso en la agricultura y, en concreto, en el regad¨ªo, porque ah¨ª se gasta m¨¢s del 80% de toda el agua del pa¨ªs. Las medidas como ciudadanos son importantes, pero son imprescindibles las estatales. Adem¨¢s, la demanda nunca se cubre; la mera perspectiva de que pueda haber m¨¢s agua genera autom¨¢ticamente m¨¢s demanda.
Maestre ha recorrido el mundo analizando sus suelos. Uno de los que m¨¢s le impact¨® fue el de esta meseta en China: ¡°Era muy erosionable y me llamaron la atenci¨®n los trabajos de regeneraci¨®n ambiental, muy manuales, con un gran esfuerzo y determinaci¨®n¡±.
Meseta de Loes, China. Foto: GETTY
¡°La Patagonia fue un fest¨ªn para los sentidos y para la imaginaci¨®n. Me marc¨® el contraste tan abrupto de paisajes, entre glaciales, bosques y estepas¡±
San Carlos de Bariloche, Argentina. Foto: GETTY / SebaRomeroPhoto
¡°De Jornada me impact¨® que, a pesar de que llueve muy poco, hay m¨¢s vegetaci¨®n que en Alicante. Esto ocurre porque las precipitaciones son en verano¡±
Desierto de Jornada, Estados Unidos. Foto: GETTY
¡°Con nuestros colegas marroqu¨ªes y tunecinos hicimos un trabajo en equipo maravilloso: analizamos su suelo y realizamos un primer muestreo global. De ah¨ª sali¨® una publicaci¨®n para la revista ¡®Science¡±
Taza, Marruecos. Foto: GETTY
P. ?C¨®mo se distingue a un investigador talentoso?
R. El buen investigador o investigadora es, sobre todo, una buena persona. Si como grupo todo el mundo est¨¢ a gusto, trabajamos mejor; si trabajamos mejor, producimos m¨¢s; y no solo m¨¢s en cantidad, sino en calidad. Es un c¨ªrculo virtuoso. Adem¨¢s, en nuestra profesi¨®n es muy importante ser creativo porque, como investigadores, nosotros estamos avanzando la frontera del conocimiento. En la ciencia tienes que crear tu propia moda porque un descubrimiento te lleva a otro. En mi caso se dio una conjunci¨®n: empec¨¦ a estudiar estos temas justo cuando empezaron a cobrar relevancia social y, a lo largo de mi carrera, he coincidido con hitos que me han permitido dar un salto cualitativo y cuantitativo.
Maestre creci¨® en Sax, un peque?o pueblo del interior de Alicante a orillas del r¨ªo Vinalop¨®, donde ya destacaba en la escuela. Siempre ha disfrutado del estudio. Ha escrito cinco libros, ha presentado m¨¢s de 150 ponencias y ha liderado una quincena de proyectos, entre ellos, el Biodesert (2016-2020), del Consejo Europeo de Investigaci¨®n, que arrojaba luz sobre la retroalimentaci¨®n biol¨®gica y la resiliencia de los ecosistemas bajo el cambio global.
P. ?Cu¨¢l es el secreto de una carrera tan prol¨ªfica?
R. Yo no plane¨¦ que mi carrera fuera as¨ª, pero desde peque?o tuve el h¨¢bito de estudiar 12 horas al d¨ªa entre semana y ocho los fines de semana. Siempre he tenido esa cultura del esfuerzo. Tambi¨¦n he tenido facilidad para aspectos que son muy positivos en nuestro sector, como escribir en ingl¨¦s. Eso hizo, sobre todo en las primeras etapas, que pudiera publicar mucho y con cierta facilidad.
P. ?Son individualistas los cient¨ªficos?
R. Recuerdo la frase de un director de un centro de investigaci¨®n muy prestigioso que me impact¨® mucho: ¡°Yo soy un pastor de egos¡±. Siempre tengo presentes mis or¨ªgenes para mantener los pies en el suelo, aunque tambi¨¦n he tenido que aprender a trabajar en equipo. Cuando mont¨¦ mi grupo ten¨ªa la visi¨®n de: ¡°Vamos a producir mucho y ser la bomba¡±, pero pronto me di cuenta de que no todo el mundo quiere dedicarse a la ciencia con una vocaci¨®n total. Empec¨¦ a pensar que quiz¨¢s estaba equivocado. Habr¨¢ gente que quiere trabajar los fines de semana porque le gusta; y otros quieren tener familia, irse de vacaciones y estar en la oficina las horas que estipula su contrato. Lo importante es que puedan trabajar lo mejor posible, y eso implica que puedan conciliar. Un amigo cient¨ªfico me dijo: ¡°Mi hija ya va a la universidad y es como si no me hubiera dado cuenta de que hab¨ªa tenido una hija¡±. Cuando naci¨® mi primer hijo supe que yo no quer¨ªa eso. No s¨¦ d¨®nde o¨ª esta otra frase, que se puede aplicar a muchas profesiones: ¡°Las ¨²nicas personas que se van a acordar dentro de 20 a?os de todo lo que trabajas ahora son tus hijos¡±.
El bi¨®logo tiene contacto en la universidad con cientos de alumnos. Los ve que llegan ilusionados, frescos, deseosos de explotar sus conocimientos, y que terminan ahogados. Ha supervisado a los que se inician y ha dirigido a investigadores en sus trabajos de fin de grado y m¨¢ster, tesis doctorales y estancias posdoctorales. Ha acompa?ado a los j¨®venes en pr¨¢cticamente todos los procesos de la etapa educativa y conoce a fondo las trabas que les desalientan.
P. Un estudio publicado en la revista ¡®Nature Biotechnology¡¯ asegura que el 40% de los estudiantes de doctorado han pedido ayuda por ansiedad y depresi¨®n. ?Por qu¨¦ cree que ocurre?
R. La cifra real es mucho mayor, pero estamos ante un problema estructural. La ciencia te la venden como una selecci¨®n natural, darwiniana; solo los m¨¢s aptos, los m¨¢s fuertes, sobreviven. Se desarrolla el sesgo del superviviente. Si a ti te han llevado al l¨ªmite, t¨² lo aprendes y lo replicas. Otro factor importante para que haya tanta angustia ha sido la impunidad. Las personas la sufr¨ªan en silencio para evitar represalias, faltaban redes de apoyo. No obstante, la Universidad de Alicante ya no tolera que haya laboratorios en los que se realicen estas malas pr¨¢cticas. Esto ha sido un cambio muy novedoso y se ha hecho gracias a la rectora, Amparo Navarro. Es una persona con mucha sensibilidad respecto a estos temas, creo que porque ha roto muchos techos de cristal: es la primera rectora en la historia de esta universidad y una de las pocas en Espa?a.
P. ?C¨®mo es la relaci¨®n del investigador con el fracaso?
R. Tenemos que hablar abiertamente de los fracasos porque forman parte del d¨ªa a d¨ªa de nuestro trabajo, son los que nos llevan a los ¨¦xitos. Por ejemplo, por cada art¨ªculo que publico, me han rechazado tres o cuatro; y para llegar a esa publicaci¨®n, he tenido que pasar cuatro rondas de revisi¨®n y trabajar dos a?os. Pero si solo se ve el rechazo uno se frustra. La experiencia te ayuda a relativizar. Adem¨¢s, si no te equivocas no puedes mejorar.
El talento sobre el terreno...
Un bi¨®logo ha de salir del laboratorio para explorar de primera mano nuevos terrenos y debatir con colegas internacionales del gremio, considera Fernando Maestre, que cree en el poder inspirador de la naturaleza: ¡°Nuestro estado natural nunca ha sido estar sentado delante de una pantalla. Nuestra mente funciona mejor cuando estamos caminando¡±.
... y el talento sobre el laboratorio
La clave del trabajo de Maestre, m¨¢s all¨¢ de sus indagaciones, es ayudar a otros investigadores a que desarrollen su potencial. Su aspiraci¨®n es que las personas que hayan trabajado con ¨¦l vayan m¨¢s all¨¢ de sus propios conocimientos, que superen al maestro.