Un peri¨®dico global ante el desaf¨ªo de usar una lengua rica y flexible
La mitad de los lectores de EL PA?S llega ya desde fuera de Espa?a y merecen que los redactores asuman una perspectiva universal
Dice el Instituto Cervantes que hay unos 490 millones de personas en el mundo cuya lengua materna es el espa?ol. Si adem¨¢s se cuentan los estudiantes y los no nativos, superan los 590 millones. Pero no existe un ¨²nico idioma, sino que, en cada pa¨ªs, en cada regi¨®n, el uso de la lengua, los modismos, los vocablos que surgen en el d¨ªa a d¨ªa o los diferentes acentos lo enriquecen y lo hacen flexible. Por eso, a...
Dice el Instituto Cervantes que hay unos 490 millones de personas en el mundo cuya lengua materna es el espa?ol. Si adem¨¢s se cuentan los estudiantes y los no nativos, superan los 590 millones. Pero no existe un ¨²nico idioma, sino que, en cada pa¨ªs, en cada regi¨®n, el uso de la lengua, los modismos, los vocablos que surgen en el d¨ªa a d¨ªa o los diferentes acentos lo enriquecen y lo hacen flexible. Por eso, a veces, hay problemas de comunicaci¨®n, como se?alaba ?ngel Sol¨ªs, lector de Quer¨¦taro (M¨¦xico), quien reclamaba al peri¨®dico una mejor explicaci¨®n de algunas frases y conceptos. Este lector pon¨ªa ejemplos de una cr¨®nica con expresiones ¡°que resultan confusas para quien no est¨¦ familiarizado con algunos modismos ib¨¦ricos¡±, aunque sean correctas.
¡°Debemos aspirar a usar un castellano que entiendan esos 500 millones de hablantes¡±, admite Ana Lorite, la jefa de secci¨®n de la Unidad de Edici¨®n, el equipo que revisa y corrige los textos y se encarga de editar el peri¨®dico de papel en la sede central de Madrid. En los textos de la web, a?ade, ¡°se intenta el uso de un castellano m¨¢s entendible y evitar modismos, salvo que est¨¦n recogidos en el Diccionario de la Lengua Espa?ola¡±. Es precisamente este glosario el que hace de juez para todas las formas de hablar que refleja el peri¨®dico: si la palabra est¨¢, se mantiene en el texto.
En cambio, en la edici¨®n de papel, que ya solo se vende en Espa?a, se eliminan todas las expresiones que no utilizar¨ªa un espa?ol. ¡°Usamos un lenguaje m¨¢s as¨¦ptico y espa?olizado, salvo en los entrecomillados que se dejan tal cual o se aclaran¡±, a?ade Lorite. ¡°Lo que nunca hacemos es un Roma¡±, afirma en referencia a los pol¨¦micos subt¨ªtulos que la plataforma Netflix coloc¨® en 2019 a la pel¨ªcula del mismo t¨ªtulo, de Alfonso Cuar¨®n, para traducir el espa?ol de M¨¦xico.
A veces, un solo t¨¦rmino puede abrir un amplio debate. Lorite recuerda cuando el reportero Jacobo Garc¨ªa escribi¨® el verbo apapachar [abrazar] en una cr¨®nica desde M¨¦xico: ¡°Aqu¨ª no se utiliza, pero nos pareci¨® una palabra muy bonita y la dejamos, aunque con alguna oposici¨®n y mucha discusi¨®n¡±. Parad¨®jicamente, no resisti¨® en la versi¨®n de la web.
¡°Si bien comprendo el origen espa?ol del diario y buena parte de su equipo, tambi¨¦n quisiera hacer hincapi¨¦ en que quienes somos de otras latitudes formamos ya una parte importante de sus lectores¡±, a?ad¨ªa el lector en su correo. ¡°En los ¨²ltimos a?os, EL PA?S ha pasado de ser el gran diario de Espa?a a aspirar a ser, como su eslogan lo establece, ¡°el peri¨®dico global¡±. Una redacci¨®n m¨¢s clara y que tome en cuenta a sus lectores de todo el planeta habr¨¢ de contribuir a ello¡±.
¡°El lector tiene toda la raz¨®n¡±, reconoce el redactor jefe de Cultura, Guillermo Altares, quien observa cierta dejadez a la hora de explicar o a?adir contexto en algunas piezas informativas y recuerda la obligaci¨®n de los periodistas de contar cada historia como si el lector fuera un extraterrestre reci¨¦n llegado a la Tierra.
¡°Est¨¢ en nuestro ADN hacer los textos m¨¢s comprensibles para un p¨²blico universal¡±, coincide tambi¨¦n Jes¨²s S¨¦rvulo Gonz¨¢lez, redactor jefe de Econom¨ªa, quien puntualiza que parte del trabajo de su secci¨®n es precisamente explicar a los no versados los t¨¦rminos m¨¢s t¨¦cnicos, como ¡°mochila austriaca o factor de sostenibilidad de las pensiones¡±, y eso los lleva a hacer un esfuerzo continuo por hacerse entender.
Los lectores de fuera de Espa?a son ya tan importantes que suman el 50% de la audiencia de EL PA?S. Para ellos, el peri¨®dico ha creado seis ediciones digitales: Am¨¦rica, M¨¦xico, Colombia, Chile, Argentina y Estados Unidos. Cuentan con redacciones propias, que integran a m¨¢s de 70 periodistas de ocho nacionalidades. ¡°En las diferentes ediciones se revisan los textos para evitar t¨¦rminos incomprensibles u oscuros en el pa¨ªs de referencia¡±, explica el director de Am¨¦rica, Jan Mart¨ªnez Ahrens, sobre la forma de trabajar. ¡°Y siempre hay cuidado en utilizar un idioma plural, pero sin perder los matices nacionales. El ideal es un texto que pueda ser le¨ªdo sin problemas por todos, con las caracter¨ªsticas propias del pa¨ªs en que fue escrito¡±.
Es fruto de una larga reflexi¨®n de los periodistas del continente americano, donde el diario vive un proceso de transformaci¨®n en el que los mandos de las redacciones locales est¨¢n poco a poco pasando a manos de reporteros del continente y no solo de espa?oles. Uno de ellos es Federico Rivas, periodista argentino y ahora uno de los coordinadores de la edici¨®n de Am¨¦rica, con sede en M¨¦xico. ¡°Am¨¦rica Latina no es una bolsa uniforme donde todos bailamos tango y comemos tacos. Esta diversidad se da a trav¨¦s del lenguaje y eso es lo que marca la identidad de cada uno de los pa¨ªses¡±, observa. ¡°Uno de los valores agregados de tener tantas ediciones es que escribimos desde donde se originan las noticias, podemos plasmar los olores y sonidos de cada lugar, pero siempre pienso en que me dirijo a un p¨²blico de una regi¨®n global¡±.
¡°Se respeta mucho la forma de escribir del redactor, siempre que sea comprensible¡±, puntualiza tambi¨¦n In¨¦s Santaeulalia, corresponsal espa?ola en Colombia, que confiesa que consulta sin parar el diccionario. ¡°Cuando haces un reportaje hay que reflejar el entorno y la gente habla como habla, no se puede cambiar, porque est¨¢s distorsionando la historia¡±.
La periodista chilena Roc¨ªo Montes, que dirige la edici¨®n de su pa¨ªs, la ¨²ltima incorporada hace apenas unos meses, introduce otro factor que enriquece el idioma. ¡°Ahora hay fuertes olas migratorias por el continente que est¨¢n dejando su modo de hablar: en Chile hay venezolanos, peruanos... e incorporamos expresiones que ellos usan¡±. Pero, agrega, tambi¨¦n son muy conscientes de que hay palabras que no se comprenden fuera: ¡°Usamos much¨ªsimo ¡®al tiro¡¯, en el lenguaje oral y escrito, que quiere decir de inmediato. Pero sabemos que no se entiende en ninguna parte¡±. ?Qu¨¦ hacen en estos casos? Tratar de no llevarlas en los titulares y, si es en una cita, la edici¨®n de Chile tiene la costumbre de hacer explicaciones entre corchetes.
Dictamen
El desaf¨ªo que conlleva dirigirse a tantos hablantes y tan diversos no puede obviarse. La mitad de los lectores del peri¨®dico se merece que todos los periodistas hagan el mismo esfuerzo que ya hacen las redacciones en Am¨¦rica e incorporen una visi¨®n global. Se trata de afinar y mejorar las explicaciones, no dejar fuera el contexto en las informaciones y ser m¨¢s conscientes del lenguaje.
¡°Todos los pa¨ªses est¨¢n muy pendientes de lo que pasa en Espa?a porque sigue siendo un referente pol¨ªtico y cultural muy importante para Latinoam¨¦rica¡±, recuerda Roc¨ªo Montes. La Redacci¨®n de Espa?a debe atender ese inter¨¦s leg¨ªtimo e incorporar a su trabajo la consciencia de dirigirse a un lector global. No es un trabajo f¨¢cil, ni hay una f¨®rmula m¨¢gica. Pero la incomprensi¨®n se da en ambos sentidos del oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Todo el peri¨®dico deber¨ªa acostumbrarse a trabajar con la mirada extra?ada del corresponsal: explicar, situar y contextualizar mejor.
Para contactar con la defensora puede escribir un correo electr¨®nico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duraci¨®n al n¨²mero +34 649 362 138 (este tel¨¦fono no atiende llamadas).