Aimar mantiene firme al Valencia
El conjunto de Ben¨ªtez se impone justamente al Tenerife
El Tenerife comenzaba a saborear un punto que le sab¨ªa a gloria, a tenor del asedio al que le somet¨ªa el Valencia, cuando apareci¨® Aimar para sacarse de su m¨¢gico repertorio un tiro desde fuera del ¨¢rea que entr¨® como una exhalaci¨®n en la porter¨ªa de Julio Iglesias. Ah¨ª se acab¨® el Tenerife, superado por un rival que no se anduvo con chiquitas: puso el alma en el empe?o para conseguir una victoria que le mantiene firme en la pugna por el t¨ªtulo.
Tras un arranque titubeante, superado por el empuje del Tenerife, el Valencia entr¨® en el partido para cercar al equipo de Javier Clemente, que cape¨® el temporal a duras penas: unas veces le salv¨® Julio Iglesias; otras, la mayor¨ªa, la falta de contundencia de los valencianistas, que dispusieron de ocasiones a porrillo. Sin delanteros natos, el Valencia lleg¨® en tromba al ¨¢rea del Tenerife. Y lo hizo durante todo el partido. Nunca desfalleci¨® y encontr¨® el premio en un arrebato de su mejor jugador, Aimar, que ha entrado a toda mecha en el ¨²ltimo tramo de la temporada.
Y eso que la pinta del Valencia auguraba un encuentro enredado y escaso de ocasiones. Fue todo lo contrario. Con Angulo solo arriba, en plan Piojo L¨®pez, el Valencia parec¨ªa encomendarse al contragolpe, a alguna acci¨®n fulgurante.
En principio, se top¨® con un Tenerife que busc¨® con ah¨ªnco la porter¨ªa de Ca?izares. Mart¨ª dispuso a los 33 segundos de la mejor ocasi¨®n para su equipo: se plant¨® solo ante Ca?izares y opt¨® por un tirito que desv¨ªo el atento portero valencianista, que ratific¨® su gran momento. El Tenerife dej¨® en evidencia en esta jugada a Djukic y Marchena, ayer titulares ante las ausencias de Ayala y Pellegrino, lesionados.
El dibujo del Valencia descoloc¨® a la defensa del Tenerife. Sin delanteros que marcar, la zaga isle?a tuvo que estar atenta a muchos frentes, y ninguno fijo: la movilidad de Angulo, la presencia entre l¨ªneas de Aimar, la explosividad de Rufete y la llegada de Baraja. Al final, los locales claudicaron.
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