Otra machada de Irlanda
El gol del empate irland¨¦s en el minuto 92 en el segundo partido del Grupo E frente a la selecci¨®n alemana fue merecido pero no fue una buena noticia ni para Alemania, que ya estaba festejando el pase a octavos de final, ni para Espa?a. La selecci¨®n espa?ola, suponiendo que quedase primera en su grupo, se medir¨ªa contra la selecci¨®n que quedase segunda en el Grupo E. Esa selecci¨®n de repente podr¨ªa ser la alemana, y ni a Espa?a ni a nadie le gusta jugar contra los alemanes.
Salvo quiz¨¢s a los irlandeses que son una especie de bicho raro, un animal sui generis, en el mundo del f¨²tbol. Ya que Roy Keane no quiso estar, no hay ning¨²n jugador que destaque, con la posible excepci¨®n de Niall Quinn -aunque no tanto por habilidad sino por veteran¨ªa (cumple 36 en octubre) y por altura (1,95). Es una selecci¨®n que si fuera club luchar¨ªa a?o tras a?o para ascender a la Premier League inglesa o evitar el descenso a segunda. Pero a pesar de sus clar¨ªsimas limitaciones siempre le complica la vida a los pesos pesados del f¨²tbol mundial.
A nadie se le ocurr¨ªa hace un par de a?os que los irlandeses llegar¨ªan a este Mundial a expensas de Holanda. Llegaron. Pocos pensaban, tras el triunfo de Senegal sobre Francia, que evitar¨ªan la derrota ante el actual campe¨®n de Africa, Camer¨²n. La evitaron. Y tampoco hab¨ªa muchos que se imaginaban que podr¨ªan anoche con Alemania, y menos todav¨ªa cuando a los 19 minutos Miroslav Klos¨¦ marc¨® de cabeza y con la misma pasmosa facilidad con la que anot¨® tres contra Arabia Saud¨ª en la masacre de Sapporo el s¨¢bado pasado.
El gol result¨® de un magistral centro, con la zurda, de Michael Ballack, la nueva superestrella ("el peque?o kaiser", le dicen) del f¨²tbol alem¨¢n. Ballack es un jugador complet¨ªsimo. Toque y potencia con ambas piernas, buena visi¨®n de juego, gran cabeceador. Y posee esa cualidad que tienen todos los grandes en todos los deportes: da la impresi¨®n de tener m¨¢s tiempo para hacer las cosas que los dem¨¢s. Que el Bayern de Munich le haya fichado del Bayer Leverkusen por 14 millones de Euros (menos de lo que pag¨® Real Madrid por Flavio Concei?ao) es un ganga. Un robo.
Los irlandeses, en cambio, no estaban para que les robara nada nadie. A los cinco minutos del gol de Klose un disparo de Matt Holland, autor del golazo del empate contra Camer¨²n, roz¨® el palo de Oliver Kahn. Y el segundo tiempo fue puro asedio irland¨¦s a la porter¨ªa alemana. Kahn hizo dos paradas espectaculares - una providencial, la otra hero¨ªca - y aunque Alemania tuvo un par de buenas ocasiones de sentenciar el partido que desaprovecharon Klose y el calvo Carsten Jancker, los irlandeses los tuvieron contra las cuerdas. Ballack desapareci¨® y el delantero Robbie Keane se fue convirtiendo en la figura del partido.
Nadie acusar¨ªa a Robbie Keane de poseer buena t¨¦cnica, o de ser - ni en los pies ni en la cabeza - especialmente r¨¢pido. Es un jugador mediocre que el Inter Mil¨¢n inexplicablemente fich¨® hace un par de a?os y del cual se desprendi¨® tan pronto como pudo una vez que se dio cuenta de su error. Recal¨® en el Leeds United donde se pas¨® la mayor parte de la ¨²ltima temporada en el banquillo.
Pero en cierto sentido encarna el esp¨ªritu de la selecci¨®n irlandesa. Es pele¨®n, corre todo el d¨ªa y toda la noche y tiene la gran virtud en un deportista de creer que es mejor de lo que es, de que le puede ganar a cualquiera. Lo cual le da la absurda confianza en s¨ª mismo, la misma confianza que tienes sus dem¨¢s compa?eros irlandeses (pero m¨¢s), de creer que pueden ir de t¨² a t¨² contra selecciones como la holandesa y la alemana.
Y as¨ª fue. De los tres minutos adicionales agregados al final del encuentro quedaban apenas 60 segundos cuando un defensa irland¨¦s envi¨® un balonazo desde su propio campo al ¨¢rea alemana. La jirafa Quinn, que en un gesto sentimental del entrenador Mick McCarthy hab¨ªa entrado de suplente 15 minutos antes, le gana al defensa alem¨¢n en el salto y se la peina a Keane, que entra corriendo detr¨¢s de ella como un conejo. Sale Kahn, Keane logra darle al bal¨®n con la punta del pie derecho, el bal¨®n rebota contra Kahn, rebota contra el palo y entra. Gol. La hinchada irlandesa (hab¨ªa tantos que Dubl¨ªn deber¨ªa de haber quedado vac¨ªo) enloquece, dando gracias por el milagro y reconociendo que, con s¨®lo Arabia Saud¨ª por delante, su selecci¨®n est¨¢ casi, casi en octavos de final.
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