Grecia gana la Eurocopa

Los griegos, los obreros de la Eurocopa, representantes en el siglo XXI de un f¨²tbol arcaico aunque fueran la cuna de la civilizaci¨®n moderna, se llevaron para Atenas el t¨ªtulo que perdieron 15 selecciones, incluida Espa?a. Bast¨® el gol de Charisteas.

Y lograron una proeza de nota: derrotar dos veces como visitante a Portugal. Es por eso que el triunfo final no es casualidad. Es el premio al trabajo estajanovista de un grupo enderezado por un alem¨¢n, de eso que siempre suelen ganar en el balompi¨¦.

En el otro lado, la generaci¨®n de oro, encabezada por Figo, no puede pensar sino en fracaso. Cumpli¨® al llegar con esfuerzo hasta la final, pero el peso de la responsabilidad les dej¨®, de nuevo, sin premio.

Titanes, colosos, hoplitas. Los griegos, codo con codo en la m¨¢xima expresi¨®n de lo que representa un equipo, aguantaron el primer tiempo frente a Portugal. Los lusos, en otra dimensi¨®n en cuanto a t¨¦cnica se refiere, buscaban revancha. El 1-2 de Oporto, en la inauguraci¨®n del certamen, no s¨®lo pod¨ªa vengarse, sino que la satisfacci¨®n ser¨ªa doble pues conllevaba el t¨ªtulo.

El comienzo del duelo fue revelador. Portugal ten¨ªa su 'roteiro' y Grecia esperaba acorazado, en formaci¨®n, aunque sin olvidarse de alguna sorpresa al contragolpe con Vryzas o Charisteas. Los de Scolari, que generalmente triunfaron cuando abrieron su juego a las bandas, se quedaron en esta oportunidad sin la buena actuaci¨®n de Figo o Cristiano Ronaldo. Por eso s¨®lo el lateral derecho, Miguel, con mucho recorrido, llev¨® peligro ante Nikopolidis.

En la recta final del primer tiempo, los griegos, al ver que Portugal no cruzaba la frontera psicol¨®gica de marcar un gol, se rearmaron y hasta la tocaron con criterio en zona medular para llegar hasta Ricardo. Igualdad, por tanto, en una final abierta. Todo est¨¢ a favor de Portugal, incluidas algunas decisiones de Merk, aunque los griegos resisten. Un pero. Miguel no sigui¨® por una contusi¨®n en las costillas. Entr¨® Paulo Ferreira, el lateral derecho m¨¢s caro de la historia (20 millones de euros del Chelsea al Oporto).

Cambio de papeles

R¨¢pido cambio de actores, pero similar gol de Grecia. Los griegos, construidos por Rehhagel para defender y destrozar tambi¨¦n a bal¨®n parado, aprovecharon otra vez algo en desuso. Si ya usan el marcaje al hombre, sacan partido de los saques de esquina, como los ingleses anta?o. Ante los checos fueron Tsartas y Dellas, frente a los lusos: Basinas y Charisteas.

El gol termin¨® por romper el juego luso, por desquiciar al estadio de La Luz, iluminado s¨®lo por la azul. Todo fiado a la t¨¦cnica, a costa del equilibrio, Portugal trat¨® de empatar con 'o jogo bonito'. Sali¨® Rui Costa, h¨¦roe frente a Rusia e Inglaterra, aunque todo result¨® in¨²til. Grecia apret¨® los dientes, se encerr¨® entre escudos y triunf¨® en una sorpresa que s¨®lo encuentra parang¨®n en la Dinamarca del 92.

La an¨¦cdota fue que 'empat¨®' el Bar?a, cuando un espont¨¢neo con barretina se empotr¨® en la meta helena tras lanzarle a Figo la bandera azulgrana a la cara.