Espa?a gana por 19 puntos a Serbia en su casa
Es el sexto triunfo consecutivo de la selecci¨®n espa?ola sobre los actuales campeones del mundo
Espa?a sum¨® la s¨¦ptima victoria consecutiva frente a Serbia y Montenegro en el arranque del Europeo 2005 en casa del conjunto plavi y en el d¨ªa del estreno del Europeo serbo-montenegrino para pasar, en cuarenta minutos, de v¨ªctima propiciatoria a verdugo y convertirse as¨ª en la gran favorita a la primera plaza del Grupo D.
La selecci¨®n tap¨® la boca a los siete mil espectadores que se dieron cita en el SPES Center para asistir al debut del equipo anfitri¨®n. Serbia y Montenegro retom¨® la imagen y, lo que es peor, el juego exhibido en los Juegos de Atenas, y se dej¨® embrujar por un rival que sali¨® del pabell¨®n de Novi Sad entre los aplausos del p¨²blico, en reconocimiento a su labor.
Parec¨ªa incre¨ªble, pero era cierto. En casa, con cinco jugadores de la NBA en sus filas, con Dejan Bodiroga en la capitan¨ªa, Zeljko Obradovic, el cinco veces campe¨®n de la Euroliga al frente del banquillo y con todo a favor para nada porque, ni los m¨¢s viejos del lugar, recordaban un selecci¨®n plavi tan lenta y tan pesada, tan vac¨ªa de ideas.
Alg¨²n m¨¦rito de esa situaci¨®n tendr¨ªa Espa?a y, desde luego, Juan Carlos Navarro, que por fin sac¨® a pasear sus famosas 'bombas'. El escolta del Barcelona clav¨® unas cuantas, tambi¨¦n alg¨²n triple, y catapult¨® a la selecci¨®n nacional con catorce puntos en el primer cuarto, clausurado con 13-21 en el tanteador.
En las filas serbo- montenegrinas s¨®lo se hab¨ªa dejado ver Milan Gurovic, el ¨²nico estilete ofensivo de un bloque atascado, lento hasta la irritaci¨®n y sin signos aparentes de motivaci¨®n. En Espa?a, todo lo contrario. Los hombres de Mario Pesquera crecieron poco a poco. Impulsados por Navarro fueron entrando en juego sin darle importancia a las dos faltas que se?alaron los ¨¢rbitros en los primeros diecisiete segundos ni a la segunda personal de Carlos Jim¨¦nez a los tres minutos.
La selecci¨®n obvi¨® todo eso y se aplic¨® en jugar al baloncesto. Sergi Vidal ocup¨® el lugar de Jim¨¦nez con una enorme entereza, sin nervios, como si hubiera jugado toda la vida en el equipo nacional en momentos de m¨¢xima exigencia. Lo mismo hizo Fran V¨¢zquez, debutante en partido oficial, los minutos que sustituy¨® a Garbajosa antes del descanso.
Espa?a ya dominaba con claridad en esa fase. Obtuvo una m¨¢xima renta de catorce puntos en el segundo cuarto (27-41), luego la ampli¨® a quince en varias ocasiones a partir del tercer periodo (30-45 m.22; 37-52 m. 24; 45-60 m.27), una vez olvidada la irrupci¨®n del madridista Igor Rakocevic en pista, que insufl¨® nuevos br¨ªos al conjunto local por unos momentos.
El combinado nacional iba viento en popa. Controlaba mejor que bien a las torres locales, enormes, llenas de m¨²sculo y de talento, pero completamente fuera de onda gracias al acierto defensivo espa?ol, que tambi¨¦n traz¨® una rotaci¨®n perfecta, sin estridencia alguna, logrando una continuidad absoluta sobre el parqu¨¦.
Adem¨¢s, cada jugador asumi¨® el rol que le correspond¨ªa de un forma natural. Jorge Garbajosa, clave en la solidez interior, no anot¨® sus primeros puntos hasta el minuto treinta, pero dio igual.
Espa?a estaba en su sitio, en todos los sitios, menos en la mente de la formaci¨®n plavi , para desesperaci¨®n de Obradovic, que rot¨® por dentro, rot¨® por fuera, intent¨® parar las series rivales con oportunos tiempos muertos, hizo todo lo que tuvo al alcance de la mano y nada consigui¨®.
A Espa?a, le empez¨® a sonar la palabra victoria en los o¨ªdos una vez rebasado el tercer cuarto sin recibir da?os (56-70). Los errores de Serbia y Montenegro en el lanzamiento en la salida del ¨²ltimo tiempo, algunas p¨¦rdidas de bal¨®n y las consiguientes recuperaciones acrecentaron la confianza del equipo nacional.
I?aki de Miguel encarn¨® todas las virtudes de esta selecci¨®n en una recta final asfixiante para los 'plavi', que dejaron a todos los veteranos en el banco para probar suerte con los j¨®venes. Darko Milicic le coloc¨® un escalofriante tap¨®n en una entrada al aro. En la siguiente jugada clav¨® un triple. En la siguiente, anot¨® un tiro libre que supuso diecis¨¦is puntos de diferencia (60-76) -la m¨¢xima renta fueron diecinueve (70-89)-.
Espa?a ahora lidera el Grupo D, el del equipo anfitri¨®n, el del miedo, y cuenta con enormes posibilidades, si supera a Letonia e Israel, dos bloques mucho menos fuertes a priori que el serbo-montenegrino, de acabar primera de grupo y clasificarse directamente para los cuartos de final.
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