Desprop¨®sito ofensivo del Sevilla

Jes¨²s Navas y Luis Fabiano protagonizaron las mejores jugadas de un equipo hispalense que sigue sin encontrar el ant¨ªdoto para solucionar sus problemas con el gol. Domin¨® durante todo el partido pero fue incapaz de imponerse a un defensivo C¨¢diz que marr¨® un penalti.

Confirmado, el Sevilla tiene un problema serio, muy serio. Acusa una falta de pegada alarmante. Las m¨²ltiples ocasiones de las que disponen no se materializan. Ante el C¨¢diz, que volv¨ªa doce a?os despu¨¦s al S¨¢nchez Pizju¨¢n, el conjunto hispalense domin¨® sin problemas, goz¨® de varias claras oportunidades de gol, pero su punter¨ªa result¨® escasa, nula. Falta p¨®lvora. Este aspecto es lo m¨¢s negativo de un equipo que cuenta con un jugador desequilibrante, un futbolista que tira del equipo, un joven talento llamado Jes¨²s Navas.

Muy trabado. Las continuas faltas impidieron presenciar cualquier vistosidad futbol¨ªstica. A esto hay que a?adir el organizado y excesivamente defensivo sistema t¨¢ctico expuesto por Esp¨¢rrago. Dos factores que lastraron el juego de un Sevilla muy ambicioso en ataque, pero carente de concreci¨®n. Las incursiones de un veloz Jes¨²s Navas por banda no encontraban rematador. Las ocasiones se sucedieron, pero Armando no pasaba agobios. El conjunto gaditano estaba cumpliendo uno de sus metas, no encajar goles. La otra, cazar un contragolpe.

P¨®lvora mojada

Una segundo objetivo que estuvieron a un paso de conseguir. Un contraataque finaliz¨® con un penalti cometido por David sobre Enrique. Primera ocasi¨®n amarilla y no hubo gol. El f¨²tbol fue justo con los m¨¦ritos contra¨ªdos por uno y otro equipo. Abraham Paz mand¨® el bal¨®n a las nubes.

El Sevilla a¨²n ten¨ªa tiempo para conseguir el gol. Un premio que nunca lleg¨®. La segunda parte fue un claro mon¨®logo ofensivo hispalense. Imprimieron un mayor ritmo al juego, buscaban desbordar por bandas, trataban de romper la igualdad en jugadas individuales pero, una y otra vez, chocaron contra la poblada defensa amarilla, los palos o, simplemente, con la mala suerte. S¨®lo la mala suerte puede explicar que el Sevilla no marcara. Las internadas de Jes¨²s Navas siguieron sin encontrar receptor, los disparos de Luis Fabiano no encontraba la ruta del gol e incluso el canterazo Kepa -un seguro de gol- tampoco encontraba soluci¨®n a un carrusel de desprop¨®sitos ofensivos.