Nadal se adjudica el Masters Series de Madrid al vencer en cinco sets al croata Ljubicic

Rafael Nadal ha protagonizado hoy una ¨¦pica remontada frente al croata Ivan Ljubicic en la final del Masters Series de Madrid al imponerse en cinco sets (3-6, 2-6, 6-3, 6-4, 6-6, 7-6) despu¨¦s de ir dos por debajo durante el primer tramo del encuentro. Con esta victoria, el tenista mallorqu¨ªn suma ya cuatro torneos masters (Montecarlo, Roma, Montreal y Madrid) y once trofeos en lo que va de a?o. Adem¨¢s, Nadal ha ganado desde enero m¨¢s partidos que el suizo Roger Federer, n¨²mero 1 del mundo: 79 por 77.

Eso s¨ª, necesit¨® casi cuatro horas para doblegar al jugador croata que en los dos primeros sets se mostr¨® intratable, y apabull¨® al espa?ol con su servicio (hizo en total 32 saques directos) y 87 golpes ganadores.

Despu¨¦s de demostrar que en tierra batida no tiene rival -gan¨® la pasada edici¨®n de Roland Garros- y que es capaz de ganar en superficie dura -en Montreal hizo a?icos ese interrogante-, a Nadal le faltaba superar una prueba de madurez en pista cubierta, y Madrid ha sido el escenario donde lo ha conseguido. Y ante el jugador m¨¢s en forma y con m¨¢s partidos ganados bajo techo.

Su victoria fue a su manera, a lo Nadal. No tan ag¨®nica y ¨¦pica como la de la final de Roma ante el argentino Guillermo Coria, pero igual de emotiva o quiz¨¢s m¨¢s, porque los dos primeros sets Ljubicic tuvo a su merced al mallorqu¨ªn, con un espectacular despliegue de saques directos. El croata, campe¨®n en Metz y Viena, donde apabull¨® a Juan Carlos Ferrero en la final, finalista en otros cuatro torneos mas esta temporada, ganador de los sus ¨²ltimos 16 partidos, utiliz¨® esta tarde todo su arsenal a discreci¨®n.

Resistencia croata

Durante la primera hora del duelo, el ¨²nico due?o fue Ljubicic, a pesar de que Nadal comenz¨® el partido mandando 2-0. Nada parec¨ªa detenerle, ni siquiera el apoyo que Rafa recib¨ªa de los casi 10.000 espectadores que llenaban el Madrid Arena. Y Tony Nadal, entrenador y t¨ªo del espa?ol, recomendaba mientras calma, aguantar el temporal, esperar que la ofensiva croata amainara.

Tony confiaba en dos aspectos cruciales, la garra de Rafa y su juventud, y que la anormal seguridad y contundencia de Ivan disminuyeran. Y acert¨® de pleno. Esa comunicaci¨®n mental surti¨® efecto, porque Nadal acert¨® a restar no tan corto (ese fue su gran pecado hasta entonces) y a cansar a Ljubicic con bolas m¨¢s altas. Cuando le quebr¨® en el cuarto juego del tercer set algo cambi¨® en el partido. Luego todo se desencaden¨® y el croata not¨® el esfuerzo de tan largo recorrido en las ¨²ltimas semanas, y su servicio ya no se mostr¨® tan letal, bajando en intensidad.

Nadal se hizo con el cuarto parcial y despu¨¦s de dos horas y 47 minutos la sonrisa y su pu?o en alto se mostraban sin pudor. Era un empezar de nuevo, a un set a muerte. Y Ljubicic no se entreg¨®. Cuando todo parec¨ªa en su contra, rompi¨® de entrada y el escalofr¨ªo volvi¨® a los grader¨ªos (2-0), pero la reacci¨®n no se hizo esperar. "Este partido lo tienes que ganar" se escuch¨® como una marea rugiendo.

Nadal se esforz¨® y Ljubicic se encogi¨® entonces. El brazo del croata, tan certero y dispuesto fall¨®, y cometi¨® dos dobles faltas que le costaron perder la ventaja. El desempate se avecinaba y ah¨ª el peligro era de nuevo extremo por el especial juego del rival. Pero Nadal supo restar mejor, templar sus nervios y luchar al extremo, para ganarlo con mayor facilidad de la prevista.

El espa?ol prosigue as¨ª su racha. Lleva nueve finales ganadas desde que perdi¨® contra Federer en Miami (estuvo a dos puntos de la victoria), y se acerca al sueco Mats Wilander, el ¨²ltimo que encaden¨® mayor n¨²mero de victorias seguidas, 82 en 1983. Su terror¨ªfica temporada parece no tener fin, salvo que otro virtuoso de la raqueta, Federer, decida lo contrario.