G¨¹iza sentencia a la Real Sociedad

La Real Sociedad confirm¨® por qu¨¦ los or¨¢culos le deparan, salvo inmediata reacci¨®n, un porvenir de lo m¨¢s tragico. Baqueteado por la balanza de pagos, con dos entrenadores despedidos que no dieron con la piedra filosofal, ante la amenaza de la desaparici¨®n del club por falta de liquidez, pareci¨® que los donostiarras no se jugaban nada.

A excepci¨®n del gol que Luis Garc¨ªa regal¨® a Mark Gonz¨¢lez, el equipo en el que se estrenaba Jos¨¦ Mari Bakero se qued¨® en la nada. Todo lo contrario que la cuadrilla de Bernd Schuster, que por fin alcanz¨® la m¨ªtica frontera de los 40 puntos, lo que, a entender del t¨¦cnico alem¨¢n, garantiza la permanencia de los madrile?os en Primera por tercer a?o consecutivo.

Como la cosa no iba con los txuriurdin, tuvo que ser G¨¹iza quien atizara el ¨¢rbol. Ausente durante dos semanas, el Getafe agradeci¨® la vuelta del delantero jerezano, que desmadej¨® y li¨® a su libre albedr¨ªo a los zagueros realistas. Viafara fue el ¨²nico de su gente que mostr¨® algo de empaque. Hasta su expulsi¨®n, claro. Su entrada a destiempo a Gavil¨¢n denot¨® que el colombiano, visto el panorama, estaba de los nervios. G¨¹iza, entretanto, cumpl¨ªa escrupulosamente con la tradici¨®n, y anotaba su noveno tanto en la Liga. Como los anteriores, siempre en el coso de Getafe. Pero con una novedad: esta vez no le sali¨® rana su vocaci¨®n por ajustar el cuero al primer palo. Riesgo simplemente fue ametrallado.

Ante un Getafe crecido, pese a que su portero regalase el gol —y ya van unos cuantos— a Mark Gonz¨¢lez cuando le dio por chutar desde m¨¢s de 40 metros, el cuadro de Bakero nunca dio sensaci¨®n de peligro. Diego Rivas y Vivar Dorado, a lo suyo, se ense?orearon del bal¨®n y lo repartieron fluido y con criterio. Por ah¨ª lleg¨® el gol de Pern¨ªa, que acert¨® un penalti que Gavil¨¢n le sac¨® de la chequera a Mikel Alonso, muy ingenuo.

Casi tanto como Luis Garc¨ªa, que, eso s¨ª, agarr¨® como un gato panza arriba un remate de Skoubo en el tiempo de prolongaci¨®n. Aunque en apariencia no era muy peligroso, si un arquero del Getafe anda por medio esas ocasiones se transforman en gol. Por una vez, no fue as¨ª. A la Real, a tres puntos de la salvaci¨®n y a 12 del Getafe, le quedan ocho balas en la rec¨¢mara. Aunque, vista su falta de juego, los nubarrones que se otean en el horizonte no presagian nada bueno.