Ronaldinho-Ronaldo, el reencuentro
Es un duelo marcado por dos brasile?os, el mejor del mundo en la actualidad, el circense Ronaldinho, y el que lo fue hasta hace bien poco, el rotundo Ronaldo
Se viene el cl¨¢sico, el Bar?a-Madrid, si los de negro (u otros colores) cobran. Desde la distancia. Eso s¨ª. Porque once puntos m¨¢s un 0-3 para la diferencia de goles en caso de empate final a puntos es mucha tela. Azulgrana. Pero la Liga a¨²n puede abrirse un poco de aqu¨ª al final. En caso de victoria madridista, es posible. Si no, por supuesto, adi¨®s.
Es un duelo marcado por dos brasile?os, el mejor del mundo en la actualidad, el circense Ronaldinho, y el que lo fue hasta hace bien poco, el rotundo Ronaldo. Y parece que llegan bien, dispuestos a decidir.
A¨²n presente en la retina la rehabilitaci¨®n futbol¨ªstica de Ronaldo frente al Deportivo, donde intent¨® un esl¨¢lom m¨¢s corto aunque no menos espectacular que el m¨ªtico de Compostela, sobre el R9 recaen las miradas de un madridismo que lo quiere poco y desprecia a ratos largos. Es la injusticia del f¨²tbol, el va y viene como una ola. Si se esfuerza, si marca, si lo intenta, ovaci¨®n. Si no hay ingredientes, el silencio o el abucheo. Quien no sabe de estas zarandajas es Ronaldinho, la eterna sonrisa del balompi¨¦, el descaro hecho realidad con todo tipo de suertes y recursos t¨¦cnicos. Al punto que buena parte del Bernab¨¦u lo ovacion¨® en el repaso de la ida al punto de igualarse con Maradona, cuando recibi¨® el mismo tratamiento, y Cunningham, ¨¦ste en el Camp Nou, hist¨®ricamente m¨¢s visceral en los cl¨¢sicos.
Es tal el cambio de papeles en la actualidad entre las dos entidades deportivas con m¨¢s enjundia en Espa?a y en el mundo que la fiebre del s¨¢bado noche se alterar¨¢, en especial, para los blancos. Si generalmente el Bar?a ha salvado muchas temporadas con triunfos frente al eterno rival, igual el motivo m¨¢s evidente de su existencia, es ahora el nuevo Madrid de Fernando Mart¨ªn el que busca un golpe de efecto para curar las heridas de una campa?a infernal y un trienio ominoso.
En el c¨¦sped, salvo que Frank Rijkaard se permita el lujo de reservar a Ronaldinho para el Benfica (lo podr¨ªa hacer, pero el entorno ya le avisar¨¢ de la trascendencia que significa para un cul¨¦ ganarle al Madrid), el reto est¨¢ servido: Ronaldinho contra Ronaldo, que un d¨ªa se llam¨® as¨ª para no ser confundido con un central del mismo nombre. Amigos, compa?eros y campeones del mundo con la 'brasileira', sobre la moqueta mirar¨¢n por lo suyo. Y s¨®lo se pueden esperar consecuencias buenas para el espect¨¢culo. So?ar es gratis. Se cambia una 'espaldinha' por una 'cola de vaca'. Un friqui al limbo del portero (donde descansan las telara?as) y una carrera de obst¨¢culos que ni Ingemar Stenmark o la 'bomba' Tomba. Que as¨ª sea.
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