Una delicia sin guinda

El Sevilla fue el mejor que se ha visto en decenios, amarg¨® a¨²n m¨¢s si cabe el final de curso del Madrid y le regal¨® otro mont¨®n de recuerdos a su afici¨®n. Pero el partido no significaba la temporada, que acab¨® premiando al ayer d¨¦bil e impotente y castig¨® al que fue un verdadero coloso.

No es conveniente que cambie de nombre, pero el Sevilla mut¨® en Eindhoven. La vida es otra aventura completamente diferente de lo que sol¨ªa. El conjunto dirigido por Juande Ramos es, en estos momentos, capaz de lo que se le pida o se le exija. El juego fluye sobre un andamiaje de trabajo honrado, solidario, disciplinado y, sobre todo, confiado en sus posibilidades. Anoche ofreci¨® un espect¨¢culo de f¨²tbol fabuloso. Luch¨® por la victoria desde el primer minuto. Y as¨ª sigui¨® incluso cuando llevaba dos goles de desventaja supercalifragilisticuespialidoso: cuanto m¨¢s jugaba, resultaba m¨¢s enredoso. Durante casi todo el encuentro, su mejor jugador fue Cicinho, justo el que por orden t¨¢ctica jugaba m¨¢s extraviado de su posici¨®n natural.

El partido arranc¨® con un ritmo tremebundo. A los dos minutos, Luis Fabiano estrell¨® un tiro en el palo y Zidane, tan s¨®lo tres minutos despu¨¦s, le respondi¨® con una volea al larguero. El Madrid se adelant¨® en el marcador con mucha suerte, justo despu¨¦s de que Casillas parara un bal¨®n incre¨ªble salido de la bota de Luis Fabiano. Beckham sac¨® una falta al coraz¨®n del ¨¢rea y Baptista despist¨® lo justo a Palop para que la pelota llegara hasta la red sevillista. El ¨¢rbitro anul¨® el gol que significaba el empate, conseguido de cabeza por Javi Navarro, pero dio validez al segundo del Madrid, que marc¨® Beckham despu¨¦s de controlar un pase de lado a lado del campo de Roberto Carlos. Pareci¨® que P¨¦rez Burrull se equivoc¨® las tres veces.

Pero este Sevilla cree tanto en sus posibilidades que sigui¨® achuchando y hurgando en las debilidades madridistas. Navas comenz¨® la remontada con un golazo desde 40 metros. Saviola, en dos ocasiones, y Luis Fabiano redondearon una remontada que encumbraba al conjunto andaluz al tiempo que humillaba al madrile?o.

El Sevilla se desinfl¨® por el transistor. Los dos goles de Osasuna anulaban el efecto de la proeza y la Liga de Campeones se disputar¨¢ en Pamplona. El Madrid, a pesar del tremendo meneo recibido, se hac¨ªa con la segunda plaza por la derrota valencianista. Y es que no era una final, aunque lo pareci¨®. La Liga es el premio a la regularidad y al acierto a lo largo de muchos meses y la clasificaci¨®n no es cruel ni parcial, aunque se cobre todos los errores y los despistes.