Osasuna hace historia

Osasuna se clasific¨® por primera vez en sus 86 a?os de historia para la Liga de Campeones despu¨¦s de vencer con solvencia al Valencia, que aguant¨® la primera mitad, pero no pudo soportar la rabia y el f¨²tbol trepidante de los de Aguirre, que encontraron en Delporte a su particular h¨¦roe. Durante 32 jornadas entre los cuatro primeros de la competici¨®n, Osasuna no ha entrado en La Champions por la gatera, sino por la puerta grande. La excelente campa?a navarra s¨®lo se entiende por la sublimaci¨®n del equipo y la voluntad y la convicci¨®n personal, rayanas en la obstinaci¨®n. A esto se suma el prurito de los hallazgos de la cantera.

Pero, para llegar al deleite, Osasuna tuvo que padecer durante la primera mitad, que result¨® controlada por el cuadro rojillo, pero sin golpear. Desde la izquierda, los locales hicieron valer su condici¨®n de equipo insistente y percutor, aunque falto de remate. Delporte se erigi¨® en el eje ofensivo del cuadro navarro pese a que llegaba al partido tras una lesi¨®n que le hab¨ªa mantenido inactivo durante toda la semana. El franc¨¦s, adem¨¢s de servir balones, poco aprovechados por Web¨® y Milosevic, se luci¨® con la zurda. Hasta en cuatro ocasiones, dos de ellas a bal¨®n parado, busc¨® la porter¨ªa de Ca?izares, si bien los disparos se marcharon fuera por mil¨ªmetros. Mientras tanto, el Valencia se defend¨ªa con orden y trataba de estirarse a trav¨¦s de Regueiro y Villa. El joven delantero asturiano fue el ¨²nico argumento ofensivo del Valencia, sellado con un gol postrero en su lucha por el Pichichi.

Pero, si la conexi¨®n entre el Delporte y Milosevic no hab¨ªa funcionado hasta el momento, nada m¨¢s iniciarse la segunda parte, el franc¨¦s tom¨® los galones, quebr¨® desde el costado y puso el bal¨®n para que Milosevic, un bombardero en el salto, cruzase por bajo ante un sorprendido Ca?izares. Regueiro, a rengl¨®n seguido, puso a prueba a Ricardo, que realiz¨® otra soberbia actuaci¨®n individual. Pero era el momento de la locura y Delporte se volvi¨® a hacer omnipotente: desde la izquierda, tras otro regate marca de la casa, consigui¨® que el bal¨®n llegase trastabillado a Web¨®, que pein¨® para que David L¨®pez batiese de nuevo a Ca?izares apenas tres minutos despu¨¦s del primer tanto. Y luego marco Villa para hacer honor a su clase. Pero sin m¨¢s.