Italia saca el manual

El estreno de Italia en el Mundial sigui¨® la l¨ªnea que desde hace casi un siglo marca sus puestas en escena. F¨²tbol discreto, sin grandes alardes, y una lecci¨®n de c¨®mo se cierran los espacios, se baja el ritmo de un partido y se atrae al rival al tipo de f¨²tbol que ellos quieren. Nadie como Italia sabe jugar con un resultado a favor, aunque eso les provoque m¨¢s de un susto.

Acostumbrados a ver a los italianos mirar a su porter¨ªa m¨¢s que a la del rival, la presencia de Totti y Pirlo en el mismo equipo a?ade una variante interesant¨ªsima a lo que siempre ha sido la squadra azzurra y multiplica sus posibilidades ofensivas, sin que ello les debilite en defensa. Primero cuidan su ¨¢rea y luego tienen la paciencia, la concentraci¨®n y la experiencia suficientes para ver pasar los minutos sin alterarse, porque saben que en alg¨²n momento llegar¨¢ su oportunidad. Tambi¨¦n es cierto que cuentan con una ventaja que no tienen Brasil, Holanda o Argentina. Y es que a Italia nunca se le exige que juegue bien. Sus seguidores la juzgan por los resultados. Da igual c¨®mo llegue hasta la victoria, la cuesti¨®n es ganar.

Por eso, cuando tom¨® ventaja en el marcador gracias al buen gol de Pirlo, Italia fue abandonando este nuevo look con el que la ha vestido Marcello Lippi y termin¨® recuperando su versi¨®n m¨¢s tradicional, hasta desesperar a los debutantes ghaneses, que acabaron desesperados y estrell¨¢ndose una y otra vez contra el muro levantado delante de Buffon.

Italia comenz¨® titubeante, algo que tampoco sorprende, y Ghana se vio con el bal¨®n y mucho campo para jugarlo. Se creyeron importantes y comenzaron a ver de cerca de Buffon, pero les falt¨® contundencia en el remate. Sostenidos por Essien y Appiah en el centro del campo, no supieron aprovechar sus 15 minutos de fama por su torpeza ofensiva y los ghaneses terminaron cayendo en la trampa de Italia, que aprovech¨® los despistes defensivos de los africanos para apuntarse su primera victoria en el torneo. Los despistes de los ghaneses y los errores del ¨¢rbitro, el brasile?o Carlos Sim¨®n, que no quiso ver un claro penalti de De Rossi a Gyan en la segunda parte.

Con Pirlo, escoltado por Perrotta y De Rossi, dirigiendo el tr¨¢fico y Totti por detr¨¢s de Gilardino y Toni se deb¨ªa esperar m¨¢s de Italia. Pero ni con ese potencial ofensivo y ventaja en el marcador se permiten m¨¢s licencias de las necesarias. A Alemania han viajado para ganar, no para divertirse. No se recuerda que un italiano se riera despu¨¦s de vestirse con la camiseta azul. La profesionalidad y el compromiso en su grado m¨¢ximo, hasta llegar al aburrimiento.

Sudor por talento

Las intenciones de Lippi quedaron claras cuando se retir¨® Totti lesionado y su puesto lo ocup¨® Camoranesi, cuyo talento es inversamente proporcional al sudor que desparrama sobre el c¨¦sped. Con las espaldas bien cubiertas, ya no importa que casi al final Del Piero sustituya a Toni, que estuvo tan desafortunado como Gilardino.

Con el trabajo defensivo hecho, Italia se encontr¨® adem¨¢s con un regal¨® de Kuffour que cerr¨® el resultado. El central de la Roma quiso ceder el bal¨®n a su portero, pero lo golpe¨® con menos fuerza que lo har¨ªa un ni?o de tres a?os. Iaquinta aprovech¨® el obsequio, eludi¨® con facilidad a Kingston, marc¨® a puerta vac¨ªa y acab¨® con las pocas opciones que ten¨ªan los ghaneses, que dieron alguna patada de m¨¢s.

Marcello Lippi y sus hombres sacaron el manual y ganaron a la italiana. Nada nuevo, es su costumbre.