Drogba desdibuja al Bar?a
El marfile?o, plet¨®rico, ofreci¨® un recital en ataque y sentenci¨® el combate ante un Bar?a descompuesto y carente de pegada
Golpe¨® primero el Chelsea. Y con Hilario, que par¨® las pocas que tuvo. Los de Mourinho -con once- pasaron como un rodillo por encima del Barcelona, que termin¨® desquiciado y tendr¨¢ que sufrir para pasar.
Chelsea-Bar?a, tercera parte. Reencuentro con sabor a f¨²tbol de altos quilates. Una simple cuesti¨®n de prestigio. El Chelsea llegaba a la cita 'tocado', nunca mejor dicho. Las lesiones de Cech y Cudicini hac¨ªan tambalearse el s¨®lido emporio Abramovich-Mourinho. Hilario, tercer portero londinense, entraba con calzador en escena. En los banquillos, buenas formas con trasfondo envenenado. Mourinho recurri¨® a su habitual iron¨ªa en el prepartido, mientras que Rijkaard opt¨® por su l¨ªnea de siempre, la prudencia.
Al margen de estas cuestiones, el encuentro se presentaba como piedra de toque para medir el estado real de ambos equipos. El Chelsea a perdido algo de fuerza en la Premier, con su presidente en v¨ªas de divorcio -seg¨²n los tabloides m¨¢s sensacionalistas del Reino Unido-. Mientras, el Barcelona tampoco ha alcanzado el nivel que deslumbr¨® anta?o. A pesar de todo, la cita merec¨ªa la pena. Un total de quince futbolistas que optan al Bal¨®n de Oro estaban sobre el tapete.
El Chelsea arranc¨® como siempre, imprimiendo miedo al rival. Dos o tres pases vertiginosos en busca de desmontar al adversario. El Bar?a resist¨ªa a duras penas. Ronaldinho, desaparecido hasta mediada la primera parte. Sin embargo, pudieron adelantarse los azulgranas si Zambrotta -mal¨ªsimo partido- hubiese conectado el remate tras una gran dejada de Deco.
El equipo londinense respondi¨® a su estilo, con fiereza. Shevhcenko pudo marcar en el 16', pero M¨¢rquez lo impidi¨® con un acertado -y arriesgado- despeje. En el c¨®rner posterior, el ucranio estuvo a punto de lograr el gol al rematar completamente solo.
Tras la acometida inglesa, el Barcelona tom¨® algo de aire y reaccion¨® t¨ªmidamente. Xavi sirvi¨® un gran pase para que Messi -abucheado- midiese a Hilario, pero respondi¨® el meta portugu¨¦s. Poco despu¨¦s, en el 29', el equipo blaugrana trenz¨® su mejor jugada en la primera mitad. Deco, Ronadinho y Xavi intervinieron en la acci¨®n, pero Hilario -?qu¨¦ cosas!- introdujo una mano salvadora.
Al filo del descanso, el Chelsea volvi¨® a poner la sexta para intimidar a los de Rijkaard. Lampard, siempre inspirado frente al Bar?a- tir¨® ligeramente alto. Y poco despu¨¦s, Carvalho tuvo una gran oportunidad al cabecear completamente solo. No obstante, tuvo un susto el conjunto brit¨¢nico. Edm¨ªlson dej¨® el codo sobre la cabeza de Drogba y los fantasmas que surgieron frente al Reading sobrevolaron Stamford Bridge.
Asfixiante Chelsea
En la segunda mitad, el Chelsea golpe¨® primero. Los partidos frente al once de Mourinho exigen el 101% de concentraci¨®n, y el Barcelona no la tuvo. Un despiste, un ¨ªnfimo momento de relax conllevan el peor de los castigos. Drogba, recuperado, aprovech¨® un desajuste defensivo entre M¨¢rquez y Puyol para girarse y conseguir el gol.
Y pudieron ser m¨¢s. Shevchenko perdon¨® en el 54' al fallar solo ante Vald¨¦s, mientras que Makelele opt¨® por el tiro desde media distancia. El Barcelona, asfixiado, trataba de evitar los constantes balones al ¨¢rea del Chelsea. Rijkaard sent¨® a Gudjohnsen -Eto'o es otra cosa- y Gio para dar entrada a Iniesta y Giuly. Nada. El acoso de los ingleses se prolong¨® y Drogba pudo poner la puntilla, pero Vald¨¦s le venci¨® en el careo.
Continuaba la fragilidad defensiva. Mourinho, gran int¨¦rprete, lo vio y dio entrada a la velocidad a Robben. Rijkaard contest¨® con la inclusi¨®n de Oleguer en lugar de un desconcocido Puyol, pero las tornas no cambiaron.
El Chelsea, cual anaconda, sigui¨® recre¨¢ndose con su presa, apretando progresivamente hasta el momento de no retorno. Lo intent¨® Messi con un cabezazo est¨¦ril, pero el Bar?a ca¨ªa en Londres. Una doloros¨ªsima derrota que envenena su pase. Cuidado. Y el domingo le llega el 'cl¨¢sico'.
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