David zarandea a Goliat
El Espanyol inflige un severo castigo al Barcelona (3-1) mediante un perfecto ejercicio de contragolpe
Intensidad, juego, detalles y f¨²tbol, mucho f¨²tbol. Barcelona y Espanyol ofrecieron un encuentro cargado de emoci¨®n y buenas acciones en homenaje a los derbis metropolitanos. Un partido cara a cara, sin nada ni nadie de por medio. Once bregadores, comandados por un individuo que se sale de la norma, De la Pe?a, se enfrentaban al dominio hegem¨®nico planteado por el Barcelona en territorio enemigo.
David contra Goliat, Don Quijote frente a los molinos, como ustedes lo prefieran. El caso es que el Espanyol, cambiando el mon¨®tono rumbo de la historia, derrot¨® a su eterno enemigo escudado en su coraje. Ni la vuelta de Ronaldinho, ni tan siquiera la dictatorialidad de la estad¨ªstica, que hablaba de cuatro victorias azulgranas en las ¨²ltimas cuatro visitas, pudieron con el ¨ªmpetu y la entrega espa?olista.
La cita arranc¨® con much¨ªsima fuerza. El Espanyol, consciente de su gran oportunidad, sali¨® dispuesto a devorar al Barcelona. Tamudo, Luis Garc¨ªa, y sobre todo, un genial De la Pe?a, guiaron las acometidas blanquiazules, que poco a poco fueron acabando con el sofisticado engranaje de sus vecinos. Un primer aviso de Lo Pelat a los cuatro minutos hac¨ªan presagiar un dif¨ªcil combate para el Bar?a, como advert¨ªa Rijkaard los d¨ªas previos. Instantes despu¨¦s, el habilidoso centrocampista se tir¨® en el ¨¢rea de su contendiente, pero Daud¨¦n Ib¨¢?ez no cay¨® en la treta. Exaltado, el Barcelona respondi¨® de la mano de su mago, Ronaldinho, que enriqueci¨® su fama de gran francotirador con un lanzamiento que se estrell¨® violentamente contra la escuadra de Kameni. Pero la acci¨®n del brasile?o supuso un mero espejismo, un d¨¦bil rayo de luz que fue r¨¢pidamente disipado con una gran jugada de De la Pe?a que concluy¨® con un peligros¨ªsimo tiro de Rufete. Vald¨¦s, que cotiza al alta, rectific¨® en ¨²ltima instancia para enviar a c¨®rner.
Sin embargo, alcanzada la media hora emergi¨® la figura de Tamudo, estandarte espa?olista, que desdibuj¨® la cadera de Puyol para que Luis Garc¨ªa ejecutase al portero azulgrana con un certero remate en semica¨ªda. As¨ª, el Barcelona recib¨ªa un castigo que pone de manifiesto algunas de las carencias hasta ahora encubiertas por la calidad de sus figuras y la trascendencia vital de Deco o Eto'o para el equipo. Entre esos errores, una fragilidad defensiva que a punto estuvo de costarle un segundo gol en una jugada calcada al primer tanto. Pero lo dicho. El Barcelona se ha aferrado definitivamente al arte de sus figuras ante la precariedad de su juego. En los ¨²ltimos compases de la primera mitad, el motor de los de Rijkaard comenz¨® a carburar. Gudjohnsen -?de verdad es mejor que Saviola?- vio como Kameni se sacaba de la chistera una intervenci¨®n prodigiosa que imped¨ªa el gol, y Ronaldinho prob¨® con el en¨¦simo lanzamiento de falta que se top¨® con la rocosa estela del camerun¨¦s.
Contragolpe letal
En la reanudaci¨®n no cambiaron excesivamente las tornas del partido. El Espanyol, a la carga, y el Bar?a, muy previsible, a la espera de una mano de la diosa fortuna. Y lo que son las cosas, esta lleg¨® en forma de Conejo, s¨ª. Saviola, que hab¨ªa sustituido al desaparecido Giuly en el intermedio, elabor¨® una bella jugada en la que pulveriz¨® las mallas de la porter¨ªa espa?olista tras marcharse de dos rivales. El gol del argentino concedi¨® un fugaz h¨¢lito de ox¨ªgeno a los azulgranas, pero el destino ya hab¨ªa retratado de antemano la machada 'periquita'. Tamudo, decisivo una vez m¨¢s, aprovech¨® los desajustes defensivos de la pareja formada por M¨¢rquez y Puyol para batir a un resignado Vald¨¦s y terminar con el extenso dominio de los azulgranas.
El tanto del delantero blanquiazul en el 65' dej¨® herido al Barcelona, que desde ese instante tuvo que hacer frente al ensa?amiento del Espanyol y el estruendoso rugir de un Montj¨¹ic que no vibraba tanto hac¨ªa muchos a?os. Rijkaard, contra natura, ech¨® mano de Motta y Oleguer para tratar de buscar un inmerecido empate; extra?o recurso. Pandiani, muy fall¨®n, pudo sentenciar en un mano a mano con Vald¨¦s que extra?amente desperdici¨®. Pero la criba no termin¨® ah¨ª. El uruguayo volvi¨® a acariciar el gol en un excelente testarazo picado que bes¨® el larguero de la meta rival. Rijkaard, fuera de s¨ª, ejemplific¨® el desquiciamiento del Bar?a destrozando parte del paravientos que completaba su banquillo.
Los minutos se consum¨ªan, y lejos de achuchar, el Barcelona recul¨® hasta posibilitar un mayor desgaste por parte del Espanyol, que hizo un perfecto ejercicio de contragolpe que qued¨® enmarcado con el postrero tanto de Rufete. 3-1, y una victoria que salda cuentas pendientes para el Espanyol -hacia cinco a?os que no derrotaba al vecino en su estadio- y pone de manifiesto el diluir del Barcelona. Un dominio que, a este paso, ofrece serios visos de agotarse.
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