Ronaldo regresa a territorio maldito

12 de abril del 2000. Corr¨ªa el minuto 65' de un Lazio - Inter correspondiente a la ida de la final de la Copa de Italia. Ronaldo, en una mezcla de rabia e ilusi¨®n, control¨® el esf¨¦rico con firmeza dispuesto a dibujar una de esas bellas cabalgadas que le condujeron a los altares. Clav¨® su desafiante mirada sobre la meta del cuadro romano, condujo el bal¨®n durante unos metros y encar¨® a Fernando Couto con decisi¨®n. Sin embargo, un instante antes de intentar driblar al central portugu¨¦s, la rodilla del '9' interista se clav¨® sobre el tupido c¨¦sped del Ol¨ªmpico de Roma y viejos fantasmas se cernieron sobre la estela del brasile?o.

Ronaldo, que hab¨ªa sido operado de esa misma rodilla seis meses atr¨¢s, solt¨® un estruendoso alarido que supon¨ªa el fiel reflejo de su dolor. Un da?o que iba mucho m¨¢s all¨¢ de las cicatrices incrustadas para siempre en su rodilla. Los jugadores rivales, conscientes de la grave situaci¨®n de Il Fen¨®meno, acudieron en su auxilio. Ya era demasiado tarde. El ligamento de la pierna derecha del astro se hab¨ªa hecho trizas y comenzaba un extenso calvario para ¨¦l.

Al d¨ªa siguiente, Ronaldo viaj¨® a Par¨ªs en un avi¨®n privado del accionista mayoritario del Inter, M¨¢ssimo Moratti, que sent¨ªa absoluta debilidad por el delantero que hab¨ªa arrebatado al Barcelona tres a?os antes. Las primeras noticias fueron poco halag¨¹e?as. Por la tarde, el brasile?o era operado por el doctor G¨¦rard Saillant de una rotura traum¨¢tica del tend¨®n de la r¨®tula derecha. Una compleja intervenci¨®n que pon¨ªa en entredicho la carrera del jugador m¨¢s laureado -con permiso de Zidane- en aquellos tiempos.

El periodo de recuperaci¨®n supuso un longevo camino de obst¨¢culos que combinaba interminables sesiones de trabajo en Brasil con frecuentes chequeos en Francia. Muy pocos confiaban en el regreso de Ronaldo, pero Il Fen¨®meno no defraud¨®. El 20 de septiembre de 2001, y 512 d¨ªas despu¨¦s de la lesi¨®n, volv¨ªa a pisar un terreno de juego en un partido de la Copa de la UEFA entre el Inter y el Brasov rumano. Los tiffosi del Inter lo acogieron con una cerrada ovaci¨®n que pon¨ªa fin al particular purgatorio del carioca.

No obstante, en mayo del 2002, el brasile?o tuvo que enfrentarse a la rev¨¢lida definitiva. En la ¨²ltima jornada del 'Calcio', Inter y Juventus se jugaban el Scudetto con todo a favor para los interistas. El equipo de H¨¦ctor C¨²per, comandado por el renacido Ronaldo, visitaba un estadio de infausto recuerdo para el ariete. El Inter cay¨® frente al Lazio y el t¨ªtulo se le escap¨® de las manos al conjunto interista. Aqu¨¦l d¨ªa, Ronaldo abandon¨® el Ol¨ªmpico de Roma envuelto en un ba?o de l¨¢grimas. Pero en ocasiones, la vida suele brindar una segunda oportunidad, y en diciembre de 2004, Ronaldo rubric¨® su vendetta en un partido de Liga de Campeones entre Roma y Real Madrid que se disputaba a puerta cerrada. Ese d¨ªa, el sonido que deshizo el inmenso silencio del estadio romano lo puso el brasile?o, que firm¨® un tanto de bella factura que dilapidaba un negro pasado.

El partido del s¨¢bado ser¨¢ especial para Ronaldo, que regresa a un campo maldito para ¨¦l. Un escenario en el que siete a?os antes pudo haberse despedido del f¨²tbol. El brasile?o no oculta que este encuentro tiene un sabor especial, con ciertos aires de amargura, aunque trata de afrontarlo con una sonrisa. "Es especial para m¨ª. ?ltimamente he estado bromeando con mis compa?eros de que en Roma salgo raspado o lesionado. Ahora quiero marcar y olvidar todo lo dem¨¢s porque el Ol¨ªmpico es un gran estadio y la Roma es un gran equipo". Sin rencor.