El Zaragoza anima la Liga
Un gol de Diego Milito ha servido para derrotar a un Barcelona condenado por los errores t¨¢cticos de Rijkaard y por la pasividad de sus estrellas
Frank Rijkaard regres¨® a Zaragoza y en el viaje recuper¨® la libreta con la que sorprendi¨® a los aragoneses en los cuartos de final de la Copa del Rey. Recurri¨® a ese 3-4-3 tan ofensivo como lleno de riesgos si los protagonistas no lo saben ejecutar. Porque al fin y al cabo, las t¨¢cticas las hacen buenas o malas los jugadores, adem¨¢s de los entrenadores. Oleguer, Thuram y Puyo formaron una defensa que transmiti¨® de todo menos confianza; Xavi, M¨¢rquez, Deco e Iniesta ocuparon la zona central, de la que apenas naci¨® una buena idea en el primer tiempo; Giuly, en la derecha, y Messi, en la izquierda, ocuparon los extremos y Ronaldinho, que complet¨® un partido lamentable, fue una figura decorativa en el te¨®rico puesto del delantero centro, anulado por los insuperables Gaby Milito y Piqu¨¦.
Al contrario de lo que sucedi¨® en la Copa, esta vez los futbolistas azulgranas no estuvieron nada acertados y nunca se sintieron c¨®modos con este dibujo t¨¢ctico. En ello tuvo tambi¨¦n mucho que ver el t¨¦cnico del Zaragoza, V¨ªctor Fern¨¢ndez, sorprendido por su colega en Copa, pero que esta vez se mostr¨® m¨¢s h¨¢bil que el holand¨¦s.
V¨ªctor orden¨® una presi¨®n intensa e inteligente desde el mismo borde del ¨¢rea del Barcelona, que sufri¨® durante toda la primera parte un desequilibrio t¨¢ctico que no supo corregir. M¨¢rquez nunca ofreci¨® una salida limpia del bal¨®n y fracas¨® en esa labor de enlace entre la zaga y la zona de creaci¨®n. Iniesta y Xavi se perdieron cerca de las bandas y apenas lograron crear juego y Deco pas¨® los primeros 45 minutos de turismo por Zaragoza. En ataque Messi estuvo m¨¢s preocupado por tapar las salidas de Diogo que por inventar y Giuly fue anulado con tanta autoridad como facilidad por Juanfran, que complet¨® un encuentro espl¨¦ndido. Como magn¨ªfica fue la aportaci¨®n de Piqu¨¦ y Gaby Milito en el centro de la defensa. El argentino, despreciado hace a?os por el Real Madrid, es uno de los mejores centrales del mundo y el joven catal¨¢n, surgido de la cantera del Bar?a, de la que huy¨® para poder triunfar, tiene ante s¨ª un futuro sin l¨ªmites.
El Zaragoza se plant¨® mejor sobre el c¨¦sped, con el incansable Zapater y Celades sujetando al equipo en el centro, y Aimar y el ego¨ªsta D' Alessandro asumiendo la responsabilidad creativa. Apenas tard¨® dos minutos D' Alessandro en avisar a Vald¨¦s de que la suya ser¨ªa una noche complicada y Diogo se lo record¨® despu¨¦s. Vald¨¦s, el mejor azulgrana en el primer tiempo, respondi¨® con una soberbia intervenci¨®n a una mano.
No lo vio nada claro Rijkaard, que orden¨® un intercambio de posiciones entre Xavi, que pas¨® a la izquierda, e Iniesta, que se desplaz¨® a la derecha. No fue suficiente para acabar con el dominio del Zaragoza, que control¨® el choque, pero no supo transformar esa superioridad en goles. Fue de lo poco en lo que no estuvieron acertados los aragoneses y, quiz¨¢, lo que invit¨® al Barcelona a pensar que con alg¨²n retoque a¨²n pod¨ªa pensar en la victoria.
Rectifica Rijkaard
En el descanso Rijkaard recapacit¨®, asumi¨® que el camino por el que hab¨ªa dirigido a su equipo s¨®lo pod¨ªa terminar en derrota y deshizo su planteamiento inicial. Zambrotta sustituy¨® a M¨¢rquez y el Barcelona recuper¨® el 4-4-2, su dibujo m¨¢s l¨®gico y equilibrado. Oleguer se situ¨® como lateral derecho, Thuram y Puyol como centrales y el italiano como lateral izquierdo. Giuly, Xavi, Deco e Iniesta ocuparon mejor los espacios en el centro del campo, el Bar?a se adue?¨® de la pelota y pas¨® a dominar y a controlar el encuentro. Desde la l¨®gica y el equilibrio el Barcelona comenz¨® a parecer mejor equipo que el Zaragoza, que ya no encontr¨® las facilidades de la primera parte, pero supo resistir y superar su mal momento a la espera de una oportunidad.
Y la ocasi¨®n le lleg¨® cuando despu¨¦s de un saque de banda p¨¦simamente defendido por el Barcelona, D' Alessandro aprovech¨® la pasividad de Oleguer y Thuram, dos de los peores defensas del campeonato, para conectar con Diego Milito, quien celebr¨® el tanto de la victoria despu¨¦s de anticiparse a Puyol y a Vald¨¦s, que cometi¨® su primer error de la noche.
No se resign¨® a su suerte el Barcelona, que busc¨® el empate, pero con m¨¢s empuje que ideas, sin la lucidez y la velocidad en la circulaci¨®n del bal¨®n que no hace mucho le convirti¨® en el equipo que mejor interpretaba este deporte en el mundo. Le falt¨® ese intercambio continuo de posiciones y esa b¨²squeda constante del espacio y de la espalda del rival que tanto da?o hace al contrario. Aun as¨ª disfrut¨® de dos grand¨ªsimas ocasiones, la primera malgastada por Deco, que frente a C¨¦sar eligi¨® la potencia en vez de la sutileza y no logr¨® superar al portero, y la segunda malgastada de mala manera por Gudjohnsen, quien cuando lo m¨¢s sencillo parec¨ªa dirigir el bal¨®n entre los tres palos lo envi¨® fuera.
Con la ventaja en el marcador el Zaragoza dio un paso atr¨¢s, busc¨® sentenciar al contragolpe y liderado desde la cueva por Gaby Milito y Piqu¨¦ resisti¨® las acometidas del Barcelona. Y cuando comenzaron a fallar las fuerzas surgi¨® la figura de su entrenador, V¨ªctor Fern¨¢ndez, para efectuar los cambios necesarios para que el equipo no perdiera el equilibrio. Movilla, Gustavo Nery y Lafita aportaron el ox¨ªgeno que ya les faltaba a sus compa?eros, tan necesario para asegurar una m¨¢s que merecida victoria.
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