19 a?os despu¨¦s
El Espanyol logra el pase a la final de la competici¨®n tras ser muy superior en los dos encuentros de la eliminatoria
El Espanyol ha superado viejos espectros y conseguido por segunda vez en su historia clasificarse para la final de la Copa de la UEFA. En un encuentro condicionado por la actuaci¨®n del ¨¢rbitro, que expuls¨® a Klose de forma rigurosa, los hombres de Valverde hicieron valer la ventaja obtenida en la vuelta e posibilitan que se vea en Glasgow, el d¨ªa 16 de mayo, una final espa?ola.
Los fantasmas comenzaron a aparecerse muy pronto. Antes de que se cumplieran los cuatro primeros minutos de juego, los de Thomas Schaaf lograban su primer objetivo, marcar r¨¢pido. Hugo Almeida aprovech¨® una jugada disparatada para superar por alto a Iraizoz con una vaselina. Pese a ello, el Espanyol no se asust¨®. Dos goles de ventaja, un ¨¢rbitro que demostraba resistir estoicamente la presi¨®n de la grada (a los dos minutos amonest¨® a Klose por un codazo), un equipo alem¨¢n que, pese al espejismo del gol, no sab¨ªa muy bien como llegar a la meta del rival, y la seguridad de que tambi¨¦n los espanyolistas tendr¨ªan a lo largo de los noventa minutos la opci¨®n de anotar alg¨²n gol. El gol pod¨ªa ser hasta beneficioso para que los once jugadores blanquiazules mantuvieran la concentraci¨®n en cada segundo del choque.
Lo ¨²nico que le faltaba al Espanyol era la capacidad de bajar el esf¨¦rico y bajar el ritmo del encuentro. Y en eso estaba el encuentro, con un Werder impotente y un Espanyol que manten¨ªa la calma, cuando el colegiado Bertrand Layec dio una nueva muestra de que a ¨¦l lo de la presi¨®n no le afectaba lo m¨¢s m¨ªnimo y mostr¨® la segunda amarilla a Klose cuando el alem¨¢n se dej¨® caer fuera del ¨¢rea. La excesiva rigurosidad del colegiado les vino de perlas a los espa?oles. Con un hombre m¨¢s, el camino hacia Glasgow estaba m¨¢s despejado que nunca. La primera parte tuvo poca historia m¨¢s. El Werder, dominado por la rabia, s¨®lo se acercaba al marco contrario con balones colgados y a bal¨®n parado.
A la final por la puerta grande
El objetivo para la reanudaci¨®n estaba claro para el Espanyol. Tener la posesi¨®n del bal¨®n, que pasara el tiempo sin sufrir agobios, y matar en una contra. La pesadilla de la eliminaci¨®n, de que se repitiera la historia, ya s¨®lo parec¨ªa posible en las mentes m¨¢s pesimistas. A los cuatro minutos, por si quedaba alguna duda, el Espanyol comenzaba a tomarse justa revancha de lo sucedido hace 19 a?os, tambi¨¦n en Alemania. Riera centra desde la izquierda y Renke, inadvertido hasta el momento, falla en el despeje dej¨¢ndole el bal¨®n franco a Coro para que marque a puerta vac¨ªa. La alegr¨ªa se complet¨® cuando, diez minutos despu¨¦s, Lacruz anotaba el segundo tanto del conjunto espa?ol al rematar un corner botado por Luis Garc¨ªa.
De aqu¨ª al final, lo ¨²nico que nos dej¨® el encuentro fueron un par de detalles de Diego, que lo intentaba ya por su cuenta, y la actitud de los jugadores locales, que en ning¨²n momento se dedicaron a descargar su impotencia sobre las piernas de los rivales. El pitido final hizo oficial el pase a una final muy esperada en Barcelona. Una final que podr¨¢ preparar a fondo el Espanyol , gracias a su c¨®moda situaci¨®n en la liga. Una final en la que el Espanyol puede saldar su deuda hist¨®rica.
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