Recital de Guti
Espectacular partido del 14, protagonista de los tres goles del Madrid
D¨ªa grande en el Bernab¨¦u, con ambiente de final, de jornada decisiva. Hab¨ªa llegado el momento de medir a los buenos jugadores y descubrir el verdadero nivel de los equipos. De alimentar sue?os de campe¨®n o pedir cita con el psic¨®logo para intentar salir de la depresi¨®n. Al grupo de los buenos conjuntos pertenece el Sevilla y al de los grand¨ªsimos futbolistas Guti. Si el Madrid a¨²n puede so?ar con ganar la Liga es gracias a Guti, condenado a la suplencia de forma incomprensible por Fabio Capello, que no tuvo m¨¢s remedio que recurrir a ¨¦l cuando lo vio casi todo perdido. Guti recogi¨® el guante, asumi¨® el reto, se situ¨® en el centro del campo y se invent¨® tres pases que dieron la vuelta al choque y mantienen a su equipo vivo en la Liga. Un genio Guti. Incomprendido por muchos que tiene a su alrededor, pero un genio.
El Sevilla es un conjunto bien construido, s¨®lido, con personalidad, al que no le asusta ni el rival ni el escenario. Tiene ante s¨ª el reto de cerrar el curso con tres t¨ªtulos y no est¨¢ dispuesto a renunciar a ninguno de ellos. Clasificado para la final de la Copa de la UEFA y con medio billete sacado para la final de la Copa del Rey, en la Liga no ha dicho su ¨²ltima palabra.
Juande Ramos, el t¨¦cnico que dirige esta afinad¨ªsima orquesta, repiti¨® la maniobra que utiliz¨® para eliminar a Osasuna en UEFA y dej¨® toda la banda derecha para Daniel Alves, quiz¨¢ el mejor lateral del mundo, y que recibi¨® el apoyo de Renato. Entreg¨® el mediocentro a Maresca y Poulsen, talento y orden, anarqu¨ªa y criterio, imaginaci¨®n y sentido t¨¢ctico. Puerta, por la izquierda, dio much¨ªsima profundidad y amarg¨® a Cicinho y en el ataque aparecieron el r¨¢pido y m¨®vil Kerzhakov y Kanout¨¦, una pesadilla para cualquier central. Un conjunto equilibrado, sin fisuras aparentes.
Sali¨® muy fuerte de inicio, hasta agobiar y retener en su campo al Madrid. Lo que ocurre es que este Madrid dise?ado por Capello no se siente inc¨®modo esperando atr¨¢s cuando un grande le visita en su casa. Ni cuando lo hace un peque?o, la verdad. Es una forma de disimular sus carencias cuando debe generar f¨²tbol. Su verdadera fuerza est¨¢ en los contragolpes y en las acciones a bal¨®n parado. Le cedi¨® el campo al Sevilla, resisti¨® sus empujones y al cuarto de hora invirti¨® el desarrollo del choque. Pas¨® a dominar, jaleado por su p¨²blico, y primero Diarra y despu¨¦s Ra¨²l y Emerson, en una doble ocasi¨®n que desbarataron Ocio y Palop, acariciaron el gol.
Se intercambiaron amenazas, pero sin llegar a golpear, sin hacerse da?o. Se puede llamar respeto lo que hab¨ªa entre los dos, pero tambi¨¦n falta de precisi¨®n en el remate y, en el caso del Madrid, una incapacidad total para generar juego. Se ve¨ªan los dos equipos en el descanso sin da?os, con el cuerpo libre de magulladuras. Pero a Aitor Ocio se le ocurri¨® colgar un bal¨®n en una falta, Kanout¨¦ se anticip¨® a Ramos y se lo baj¨® de cabeza a Maresca, que enganch¨® una volea espectacular que sorprendi¨® a Casillas. Lo m¨¢s parecido al golazo que logr¨® Zidane en Glasgow contra el Leverkusen y que dio la novena Copa de Europa al Real Madrid.
El gol le oblig¨® a cambiar el gui¨®n a Capello y al Madrid, que al salir de los vestuarios se encontr¨® con un panorama bastante gris, desalentador para sus aficionados. Reclam¨® con justicia un claro penalti a Ramos de Kanout¨¦, que agarr¨® al central cuando se dispon¨ªa a cabecear un buen centro de Beckham. Por eso pele¨® el Madrid para que le quitaran la tarjeta que recibi¨® en San Mam¨¦s, para disfrutar de esos pases. Pero si Beckham lleva toda su carrera viviendo de esos pases, al Madrid no le alcanza con eso. Hasta Capello se dio cuenta de ello y al filo de la hora de juego retir¨® a un desaparecido Ra¨²l y a Torres, para dar entrada a Guti y Helguera. Cicinho pas¨® al lateral izquierdo y Ramos al derecho. Pero la maniobra m¨¢s importante no fue esa, fue la de ver a Guti por delante de los mediocentros.
Siempre Guti
Guti apenas necesit¨® cinco minutos para volver a demostrar, porque lleva toda la temporada haci¨¦ndolo, que es indispensable en este equipo. Eludi¨® con un movimiento inteligente a Poulsen, rebusc¨® en su caja de trucos y encontr¨® un pase con el que dej¨® a Van Nistelrooy frente a Palop, al que eludi¨® sin problemas. Partido nuevo, pero con Guti en el campo.
Se comenz¨® a caer f¨ªsicamente el Sevilla, inferior a su rival en la segunda parte, pero que a¨²n tuvo tiempo de disfrutar de dos clar¨ªsimas ocasiones de Alves. Respondi¨® el Madrid o respondi¨® Guti, que se invent¨® otro pase que s¨®lo ¨¦l puede ver en este equipo. Volvi¨® a dejar en evidencia a los centrales del Sevilla, conect¨® con Robinho y ¨¦ste super¨® con facilidad a Palop. Enloqueci¨® el p¨²blico y enloqueci¨® al ¨¢rbitro, P¨¦rez Burrull, que incitado por el cuarto ¨¢rbitro expuls¨® a Robinho por quitarse la camiseta en la celebraci¨®n y por abrazarse con el p¨²blico. Estuvo muy torpe el brasile?o, pero m¨¢s a¨²n el ¨¢rbitro. Como dijo hace a?os el m¨ªtico Bill Shankly, el problema de los ¨¢rbitros es que se saben las reglas, pero no conocen el juego. Curiosos personajes esos cuartos ¨¢rbitros, que buscan sus minutos de fama, sus primeros planos en televisi¨®n y ver su foto en los peri¨®dicos haciendo cosas rar¨ªsimas.
Se electrific¨® el ambiente y algunos futbolistas se calentaron m¨¢s de lo necesario, en el sentido literal del t¨¦rmino. Fue el caso de Aitor Ocio, que cometi¨® una torpeza en el ¨¢rea del Madrid, agredi¨® a Diarra y se gan¨® la expulsi¨®n. El partido ya hab¨ªa comenzado a escap¨¢rsele al Sevilla, pero con la roja que vio el central se le termin¨® de ir definitivamente. La puntilla lleg¨® en una contra en la que Guti, siempre Guti, genial, encontr¨® a Ramos, que entraba como una bala por la derecha. El disparo del central lo acert¨® a desviar Palop, que no pudo hacer nada para impedir que Van Nistelrooy sumara su 20? gol en la Liga, el que le convierte en pichichi. El tanto posterior de Chevant¨®n de falta, un gran gol, sirvi¨® para impedir que el Madrid le ganara al Sevilla el gol average, pero no para robar la alegr¨ªa a un Bernab¨¦u que vibr¨® y se identific¨® con su equipo como s¨®lo lo hace en las grandes noches.
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