Monte Fuji, territorio virgen para Alonso
El circuito japon¨¦s regresa a la F1 despu¨¦s de 30 a?os y a?ade el morbo del anonimato a falta de tres carreras para el final
Reconocible a primera vista por casi cualquier visitante, el volc¨¢n Fuji, la monta?a m¨¢s alta de Jap¨®n, ha acaparado las miradas de quienes se acercaban al archipi¨¦lago nip¨®n desde que se erigi¨® como destino tur¨ªstico. Hasta este fin de semana. A partir de ma?ana, el monte ceder¨¢ nombre y protagonismo al Fuji Motor Speedway, que recoge el testigo de Suzuka para albergar el Gran Premio de Jap¨®n F¨®rmula Uno 2007. La primera de las tres finales que Fernando Alonso, Lewis Hamilton y Kimi Raikkonen tendr¨¢n que disputar antes de coronarse con el t¨ªtulo de campe¨®n del mundo.
Aunque la cita japonesa es una novedad en el calendario de la presente campa?a, no lo es tanto en la historia del automovilismo japon¨¦s, si bien su trayectoria como cita de m¨¢ximo nivel ha sido intermitente. En primer lugar, porque Fuji hubiera sido desde 1966 una enorme pista de carreras, sede de m¨²ltiples carreras deportivas e incluso de la carrera nacional, de no ser por la escasez de dinero, que oblig¨® a reducir el recorrido de 33.3 km iniciales a apenas 4.3 km. En segundo, por la seguridad y la tragedia sentenci¨® al circuito once a?os m¨¢s tarde.
1977, segunda edici¨®n del GP de Jap¨®n. El piloto franc¨¦s Gilles Villeneuve pugna por adelantar al sueco Ronnie Peterson casi rueda con rueda, sin amilanarse, exprimiendo su monoplaza en busca de un adelantamiento que no llegar¨ªa en la larga recta de la cita nipona. Una de las ruedas delanteras del galo tocaba la trasera de Peterson, iniciando un tr¨¢gico despegue que acab¨® con su b¨®lido en las redes de contenci¨®n. El primero de una larga lista de accidentes. Por fortuna, Villeneuve sal¨ªa ileso, pero dos espectadores fallec¨ªan v¨ªctimas de su atrevimiento, al presenciar la carrera en una zona prohibida.
Monte Fuji quedaba clausurado, y Jap¨®n, por su falta de seguridad, castigada sin citas automovil¨ªsticas hasta diez a?os despu¨¦s. El circuito del volc¨¢n sigui¨® acogiendo carreras deportivas, pero el inter¨¦s que suscitaba ya no era el mismo. Hasta el a?o 2000. La firma de autom¨®viles Toyota puso los ojos en el antiguo Fuji, la compr¨®, y Herman Tilke, arquitecto gur¨² de circuitos como el de Bahrein o Shangai, se encarg¨® de darle una nueva forma.
30 a?os despu¨¦s vuelve Monte Fuji, con un nuevo rostro que ninguno de los pilotos actuales conoce. Tan s¨®lo los de Toyota, Jarno Trulli y Takuma Sato, han podido rodar sobre el an¨®nimo circuito ?exceptuando las videoconsolas-. Para todos los dem¨¢s, Fuji ser¨¢ territorio virgen donde plantar su bandera de conquistador. La primera de los tres 'match-ball' de la temporada llega, por tanto, con el morbo a?adido de un dibujo nuevo.
Fernando Alonso, Lewis Hamilton y Kimi Raikkonen tendr¨¢n en Jap¨®n tarea doble: Uno, el brit¨¢nico, templar los nervios y mantener un liderato que peligra por el acecho de un asturiano encorajinado, ansioso m¨¢s que nunca de su tercer entorchado consecutivo. Por detr¨¢s, pero cerca, el finland¨¦s de Ferrari, recuperado de sus dolores de cuello y dispuesto a batallar para destronar en el ¨²ltimo momento a los dos l¨ªderes de McLaren. Todo ello en 4,5 km de trazado, una de las rectas m¨¢s largas del mundial y 12 curvas de adelantamientos imposibles que dar¨¢n evidencia de la pericia y los nervios de los candidatos.
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