Una cuesti¨®n de oficio
El Barcelona, en su concepci¨®n m¨¢s italiana y manejando los tiempos, logra el pase a cuartos tras empatar a cero contra el Sevilla, al que le anularon un gol en los instantes finales
Al m¨¢s puro estilo italiano. Midiendo los tiempos, especulando con el reloj y envuelto en el peligroso juego de la ruleta rusa, el Barcelona obtuvo el pase a los cuartos de final de la Copa del Rey tras cosechar un empate a cero contra el Sevilla en el partido de vuelta disputado en el Camp Nou. Una eliminatoria traducida en una cuesti¨®n de detalles, en un juego de pizarras. Al final, el gol de Thierry Henry y las intervenciones de Vald¨¦s en la ida valieron su peso en oro y permitieron a los de Rijkaard, muy lejos de la esencia que ha definido al equipo del holand¨¦s, acceder a la siguiente fase de la competici¨®n y tumbar al vigente campe¨®n.
Los compases iniciales del encuentro parec¨ªan una prolongaci¨®n del partido de ida, jugado de poder a poder y convertido en un correcalles. A los veinticinco segundos, un env¨ªo envenenado de Alves desde la derecha estuvo a punto de ser aprovechado por Chevant¨®n, y en la jugada posterior, Iniesta desarm¨® a la defensa andaluza en busca de la escuadra de De Sanctis con escaso ¨¦xito. Pero conforme transcurrieron los minutos, los dos equipos exhibieron su versi¨®n m¨¢s fr¨ªa, m¨¢s anal¨ªtica.
El Sevilla, que acostumbra a ir a por el encuentro desde el pitido inicial, esper¨® los t¨ªmidos acercamientos de su rival, que del mismo modo jugaba a contemporizar el 1-1 obtenido en el S¨¢nchez Pizju¨¢n. Sin embargo, el primer paso, el primer aviso serio de anhelar el gol lo dio el Bar?a, cuando una jugada trenzada entre Henry e Iniesta deriv¨® en una doble finta del manchego y un disparo que se perdi¨® en el grader¨ªo.
El Sevilla cede metros
Poco a poco el choque tomaba cuerpo y el equipo azulgrana gan¨® metros. Los que le cedi¨® un Sevilla excesivamente acomplejado por la ausencia de sus jugadores africanos y empe?ado en resolver a trav¨¦s de un golpe de inspiraci¨®n de Alves o el instinto voraz de Luis Fabiano. El ariete brasile?o, mermado por un proceso gripal, no logr¨® perforar la meta de Vald¨¦s, pero dej¨® huella con un testarazo que sali¨® lamiendo el larguero.
Apagado Diego Capel y anuladas las bandas sevillistas, principal baza andaluza, el Barcelona se lanz¨® definitivamente a por el partido al amparo de su nuevo gu¨ªa, Thierry Henry. Menos brillante que ante el Mallorca o el Murcia, el franc¨¦s volvi¨® a ser el argumento de m¨¢s peso en el ataque azulgrana. Con madera de l¨ªder, elegante en su zancada y letal en la arrancada, el '14' estuvo muy cerca de saborear el gol en un contragolpe conducido por Giovanni, pero err¨® en su zurdazo. Y cuando agonizaba la primera mitad, Gudjohnsen recogi¨® el testigo de Tit¨ª y solt¨® un potente tiro que detuvo en dos tiempos De Sanctis.
Deco entra en escena
Acuciado por la necesidad, el Sevilla tom¨® el mando en el segundo acto. El cuadro de Manolo Jim¨¦nez trat¨® de reactivar sus bandas y la figura de Jes¨²s Navas cobr¨® protagonismo con un lanzamiento lejano que solvent¨® correctamente V¨ªctor Vald¨¦s. Bien sostenido por M¨¢rquez en el pivote, pero escaso de pegada arriba, el Bar?a adelant¨® sus l¨ªneas con la incorporaci¨®n de Bojan. El imberbe delantero dot¨® de m¨¢s mordiente al ataque y estimul¨® la maquinaria azulgrana, que a pesar de todo segu¨ªa reclamando un nexo que diese m¨¢s sentido a su juego. Rijkaard tom¨® nota y a petici¨®n de su p¨²blico, al un¨¢nime grito de "?Deco, Deco!", el entrenador holand¨¦s introdujo al motor portugu¨¦s.
El partido entr¨® en la recta decisiva. Una constante fase de tanteo, una cuesti¨®n de detalles, en la que un mal paso, una decisi¨®n inoportuna, pod¨ªa apear a cualquiera de los dos contendientes. A menos de diez minutos para el final, Daniel Alves elev¨® el tensi¨®metro blaugrana con un disparo que golpe¨® la parte superior de la porter¨ªa de Vald¨¦s, y tan s¨®lo tres minutos despu¨¦s, se produjo la acci¨®n clave del encuentro. Jes¨²s Navas remat¨® al fondo de las mallas e impregn¨® el Camp Nou de un g¨¦lido silencio, pero P¨¦rez Burrull apreci¨® la posici¨®n irreglamentaria del sevillista y anul¨® el gol. El coliseo catal¨¢n tom¨® aire y empuj¨® al Bar?a, en su concepci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica, a los cuartos de final.
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