El Getafe es una locura

Jugar¨¢ como los ¨¢ngeles, pero la facilidad del Getafe para complicarse la vida es pasmosa. Le pas¨® contra el Bayern sobre la bocina y, por si no ten¨ªa bastante, en seis d¨ªas remat¨® la faena cuando le regal¨® la final de Copa al Valencia, al que obsequi¨® con dos goles en contra en los diez primeros minutos. Un gui¨®n tristemente familiar. S¨®lo que anoche se enchuf¨® contra el Almer¨ªa cuando peor lo ten¨ªa. Los goles de Crusat y Paunovic al cuarto de hora sacudieron los cimientos de la escuadra de Michael Laudrup, que 12 partidos despu¨¦s volvi¨® a ganar un partido.

El equipo que deslumbr¨® hace un mes a media Europa con su juego de tirabuzones maquill¨® su mal final de temporada: la anterior vez que gan¨® fue el 16 de marzo y s¨®lo hab¨ªa sumado 3 de los anteriores 21 puntos. Tras semejante traves¨ªa por el desierto, el Getafe confirm¨® virtualmente su presencia en Primera. A falta de sus compromisos en Valladolid y en casa contra el Betis, el grupo madrile?o aventaja en cinco puntos a los rivales de cola, Recreativo y Osasuna, un colch¨®n lo suficientemente mullido.

Y eso que el Almer¨ªa le puso contra las cuerdas en un visto y no visto. Su t¨¦cnico, Unai Emery, un estudioso del bal¨®n, tom¨® nota de la ingenuidad del Getafe, muy blandito en las citas trascendentales, y estuvo a un pelo de cantar el premio gordo. Pero las dianas de Crusat y Paunovic no bastaron. El conjunto andaluz se arrug¨® en el Colis¨¦um frente a un rival que se enchuf¨® con la entrada de Manu del Moral. El delantero jienense apabull¨® a Cobe?o con dos goles soberbios, dos trallazos desde fuera del ¨¢rea imparables para el segundo meta del Almer¨ªa, que no aprovech¨® la ocasi¨®n para deslucir a Diego Alves.

S¨ª lo hizo Del Moral, que se gan¨® los garbanzos saliendo desde el banquillo por Gavil¨¢n. El Getafe arregl¨® un inicio de espanto apelando a la ¨¦pica y aupado, por una vez, en sus delanteros. Y en la calidad de sus medios. Granero cerr¨® el marcador anotando de penalti. Hasta Abbondanzieri se apunt¨® a la verbena local con una mano a un zapatazo de Ortiz. Fue la puntilla de un partido que resumi¨® las virtudes y carencias del Getafe, un equipo no apto para cardiacos y que no sabe de partidos tranquilos.