Cal, plata en el C-1 500

David Cal no pudo tomarse la revancha y se tuvo que conformar con una nueva medalla de plata despu¨¦s de no poder con el ruso Maxim Opalev en la final del C-1 500 metros de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn 2008. Con esta medalla, Cal consigue su cuarta presea en los Juegos Ol¨ªmpicos, tras el id¨¦ntico metal conquistado ayer en los 1.000 metros, que se unen al oro logrado sobre esa misma distancia y la plata de los 500 metros en Atenas. El ¨¦xito del gallego supone la decimotercera medalla para Espa?a y la sexta plata, un premio con cierto sabor amargo porque el abanderado nacional era favorito en las dos distancias del C-1 para el oro, sobre todo por lo visto en las series, y no pudo desquitarse del triunfo de ayer del h¨²ngaro Attila Vadja, noveno hoy. Adem¨¢s, Cal perdi¨® la oportunidad de alcanzar al pistard Joan Llaneras como el espa?ol m¨¢s laureado en unos Juegos.

El triunfo recay¨® en su gran rival, el ruso Maxim Opalev, que se impuso en la l¨ªnea de llegada con un tiempo de 1:47.140 segundos y por fin pudo subir el pelda?o que le faltaba tras haber sido plata hace ocho a?os y bronce en Atenas. El palista ruso tom¨® el control de la carrera, tras rebasar el ecuador de la misma, y emul¨® lo realizado por Cal en las series, con una remontada desde el quinto puesto al paso por los 250 metros hasta la victoria, gracias a su punta de velocidad en el sprint final, suficiente para controlar al espa?ol, que fue el m¨¢s regular durante toda la carrera y que logr¨® acabar al final con la resistencia del ucraniano Iurii Cheban.

Ya de salida, el de Cangas do Morrazo logr¨® vencer uno de sus miedos con una salida en la que no perdi¨® comba con los primeros lugares. As¨ª, el vigente campe¨®n del mundo en la distancia se peg¨® a la embarcaci¨®n del bielorruso Aliaksandr Zhukovski, primer animador de la carrera y que lider¨® el paso por los 250 metros, aventajando en m¨¢s de un segundo a su perseguidor m¨¢s cercano, el franc¨¦s Mathie Goubel, mientras que Cal pas¨® tercero por el punto intermedio. En ese momento, el esfuerzo comenz¨® a pasar factura a Zhukovski, que perdi¨® fuelle y empez¨® a ceder ante el empuje de Opalev. El ruso rebas¨® a Cal, primero, y al bielorruso, despu¨¦s, para acaparar un liderato que ya no soltar¨ªa hasta lograr el t¨ªtulo ol¨ªmpico, mientras que el gallego peleaba para firmar una nueva plata.