Carga arbitral contra el Atl¨¦tico
Al equipo rojiblanco no le basta su entereza ante el Liverpool por un penalti inexistente en el ¨²ltimo minuto
Una extra?a y sospechosa conjura parece haber embrujado al Atl¨¦tico en su regreso a la ¨¦lite europea. Lo mismo paga una carga policial que una carga arbitral. Castigado en los despachos de la UEFA, anoche padeci¨® una disparatada decisi¨®n de un colegiado sueco. ?ste, llamado Martin Hansson, le expoli¨® dos puntos y la clasificaci¨®n matem¨¢tica al sancionarle con un penalti que s¨®lo existi¨® en el imaginario de un linier en el minuto 93, cuando quedaban sesenta segundos para que abrochara con ¨¦xito su mejor partido de la temporada. En Anfield, ante un pentacampe¨®n de Europa, era el momento de que el Atl¨¦tico mostrara su medida real. Hay citas que retratan a los equipos. La de Liverpool era una de ellas y el Atl¨¦tico sali¨® crecido, solidificado como equipo, pese al atropello final del sueco por un inexistente empuj¨®n de Pern¨ªa a Gerrard.
Liverpool 1 - Atl¨¦tico de Madrid 1
Liverpool : Reina; Arbeloa, Carragher, Agger, Aurelio; Mascherano (Lucas, m.70), Kuyt; Riera (Babel, m.60), Gerrard, Alonso; Robbie Keane (Ngog, 70).
Atl¨¦tico de Madrid : Leo Franco; A. L¨®pez, Perea, Heitinga, Pern¨ªa, Maxi Rodr¨ªguez, Ra¨²l Garc¨ªa, Assuncao, Maniche, Simao (Luis Garc¨ªa, m.89); Forl¨¢n (Kun, m.70).
Goles : 0-1, Maxi Rodr¨ªguez, m.37, 1-1, Steven Gerrard, Pen. 90
?rbitro : Martin Hansson (Suecia). Sac¨® tarjeta amarilla a Maniche, del Atl¨¦tico de Madrid, en el minuto 67 y a Ag¨¹ero (m. 91).
Partido de la cuarta jornada de la liga de campeones, correspondiente al grupo D, disputado en el estadio de Anfield, del Liverpool, ante 42.010 espectadores, entre ellos, 3.000 hinchas del Atl¨¦tico.
La jugada desacredit¨® al ¨¢rbitro, no al Atl¨¦tico, que jug¨® con mayor entereza de la que se le presupone frente a un rival en el que piensa Xabi Alonso y, por delante, todos aceleran. Dos v¨ªas que no siempre mezclan bien. M¨¢xime si el adversario le tiende un embudo en el eje y sus laterales -Arbeloa y Fabio Aurelio- se aparcan en defensa. De esa forma, el equipo queda supeditado a Gerrard, lo que no es poco, pero a veces no le alcanza.
Que el Atl¨¦tico cambiara su l¨ªnea argumental enred¨® al cuadro de Rafa Ben¨ªtez, sometido en el centro por los cinco medios que plant¨® Aguirre en Anfield. Protegido Ag¨¹ero en el banquillo, es la mejor receta para el Atl¨¦tico, que supura por la clase media de sus centrocampistas. Assun?ao, Ra¨²l Garc¨ªa y Maniche poblaron la zona, lo que oblig¨® al Liverpool a saltarse ese escal¨®n con un juego de trazo largo. No es que se trate de un equipo proclive al comp¨¢s, pero necesita alternativas, sobre todo por los costados, donde anoche no tuvo progresi¨®n alguna. Tapiado por el equipo madrile?o, el Liverpool no tuvo m¨¢s remedio que desplegarse con m¨¢s pausas de las que le gusta, especialmente en el primer tiempo.
Mucho menos timorato que en el duelo del Manzanares, el Atl¨¦tico ocup¨® con acierto los espacios y fue un equipo ordenado. No se dej¨® cautivar por la m¨ªstica de Anfield y tuvo criterio. Ayer, s¨ª tuvo un plan. Secado el rival, que de entrada apenas inquiet¨® a Leo Franco salvo por la falta de techo del meta argentino para contrarrestar el juego a¨¦reo, los rojiblancos pusieron en alerta a los ingleses tras una excelente combinaci¨®n entre Pern¨ªa, Forl¨¢n y Sim?o que cerr¨® el portugu¨¦s con un remate alto a un palmo de Reina. A la segunda, el Atl¨¦tico caz¨® al Liverpool. Y de forma sorprendente por c¨®mo se gest¨® la jugada del gol de Maxi. Heitinga, desde la cueva, adivin¨® la primera arrancada de Antonio L¨®pez, un zurdo mutilado por verse enquistado en la derecha. Al lazo del holand¨¦s, el lateral espa?ol respondi¨® con un exquisito control con su empeine m¨¢s dislocado. Imantada la pelota, Antonio L¨®pez conect¨® con Maxi, que irrumpi¨® en el ¨¢rea de los reds con la eficacia que le ha caracterizado en su carrera. Cerca del gol, el capit¨¢n rojiblanco se agiganta. Un toque le bast¨® para evitar a Agger y sin miramientos fusil¨® a Reina.
El gol trastoc¨® a¨²n m¨¢s al Liverpool, que nunca se hab¨ªa sentido c¨®modo ante un contrario que exhib¨ªa una madurez desconocida. Ya se sabe que desde hace a?os el Atl¨¦tico es un tiro al aire. Desde su paso por el infierno le han faltado convicciones. Quiz¨¢ precisara ex¨¢menes como el de anoche, en un escenario tan exigente, donde nunca es f¨¢cil graduarse. Con ventaja en el marcador, al Atl¨¦tico le restaba mostrar el aplomo necesario para sujetar a un Liverpool que se desboc¨® en el segundo acto, acuciado por un resultado que dejaba al Atl¨¦tico matem¨¢ticamente clasificado. Aguirre dio entonces carrete al Kun con la idea de bajar la persiana al choque. No lo consigui¨®, pero el equipo se mantuvo firme en la trinchera, donde achic¨® de forma meritoria cada asalto ingl¨¦s. Resisti¨® con armadura hasta que se descar¨® el ¨¢rbitro sueco en el minuto 93. Una factura demasiado elevada para el club espa?ol que, pese al atropello, sali¨® reforzado del templo liverpooliano. All¨ª se demostr¨® a s¨ª mismo que puede ser competitivo. ?se debe ser su consuelo ante tanto desconsuelo como ha tenido en su regreso a la UEFA con ¨¢rbitros y jerarcas.
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