El Atl¨¦tico saca el rodillo

El poder atacante del Atl¨¦tico es tan ilimitado que conviene no tentar a sus delanteros. Eso hizo el Sporting, provocar a Forl¨¢n, Ag¨¹ero y compa?¨ªa, en lo que fue toda una lecci¨®n de lo que no debe hacer una defensa. Se meti¨® en un l¨ªo el Sporting y su buen juego result¨® anecd¨®tico. Porque fallar ante este Atl¨¦tico es un suicidio. Los de Aguirre sacaron el rodillo y coronaron una actuaci¨®n sublime en ataque, otra m¨¢s, gol a gol, cuatro el domingo, cinco ayer, y ma?ana m¨¢s.

El partido, que fue una locura, arranc¨® a todo trapo, con el Sporting convertido en un vendaval. Encontr¨® el equipo asturiano una autopista en el carril derecho, el que defend¨ªa Pern¨ªa, convertido durante un buen trecho en el hermano gemelo de aqu¨¦l que deslumbr¨® en el Getafe, y bien que lo aprovech¨®. Tras un contragolpe vertiginoso se encontr¨® con un c¨®rner. Y cuando Pedro lo mand¨® al ¨¢rea, ocurri¨® lo impensable. No se deb¨ªa fiar Ujfalusi de Heitinga, as¨ª que se fue tras ¨¦l, a cubrir al mismo delantero (Diego Castro). En la gloria se qued¨® Bilic, tan solo ¨¦l, para resolver la acci¨®n con un cabezazo que se fue dentro. Pero sabido es que al ataque del Atl¨¦tico le basta con media ocasi¨®n para hacer un gol. Y un gol hizo en la siguiente jugada. Sim?o mand¨® el bal¨®n de lado a lado, al v¨¦rtice del ¨¢rea grande, donde Maxi lo devolvi¨® de cabeza al punto de penalti. No lleg¨® Seitaridis, pero su amago despist¨® a los defensores, no as¨ª a Ag¨¹ero, que esper¨® a que el bal¨®n se elevara tras botar y lo caz¨® arriba con una preciosa chilena.

Pero el empate no mengu¨® el ¨¢nimo del Sporting, que sigui¨® asom¨¢ndose al ¨¢rea rival. Suyo era el partido, porque el Atl¨¦tico le ten¨ªa ojeriza al bal¨®n. Sobre todo su centro del campo, donde lo perd¨ªa s¨ª o s¨ª. El pase m¨¢s decente que dio Maniche tuvo como destinatario a Preciado, a la saz¨®n entrenador rival. Acumularon Bilic y compa?¨ªa un pu?ado de ocasiones, pero no supieron noquear a su rival. Y de repente, el Sporting se encontr¨® al enemigo en casa. En su porter¨ªa, concretamente. Lanz¨® un chutazo Forl¨¢n y Cu¨¦llar fue incapaz de sujetar la pelota. A un metro la dej¨®, botando, tan atrayente para el Kun, que all¨ª lleg¨® para hacer el segundo. No merec¨ªa tama?o premio el Atl¨¦tico, al que manten¨ªa entero su pegada.

Nada cambi¨® tras el descanso. Era el Sporting quien manejaba los acontecimientos y el Atl¨¦tico el que manejaba los goles. Los de Preciado se vieron morir cuando a Iv¨¢n le dio por juguetear con el bal¨®n en su propio terreno, corriendo hacia atr¨¢s, hacia su porter¨ªa, sin reparar en la sombra de Forl¨¢n, un depredador en casos as¨ª. Se trastabill¨® el defensa y el uruguayo se hizo con la pelota, encar¨® al portero y le bati¨® con esa facilidad que da ser un extraordinario futbolista.

No le qued¨® otra a Preciado que arriesgar, sentando a un defensa y apostando por Barral. Y el chico respondi¨® a lo grande, enchufando la primera que tuvo. Caz¨® el bal¨®n al borde del ¨¢rea grande y solt¨® un zapatazo mortal. El Sporting, a quien avalaba su f¨²tbol, que no su defensa, so?¨® con la remontada. Lo hizo durante un suspiro. Forl¨¢n y Ag¨¹ero desperdiciaron mano a mano una ocasi¨®n, pero Maxi acert¨® con la siguiente, tras recibir el env¨ªo del Kun, que hab¨ªa roto el fuera de juego. La defensa del Sporting parec¨ªa acudir al matadero en cada llegada de su rival. Y al matadero volvi¨® a acudir cuando intent¨® de nuevo adelantar l¨ªneas para que sus rivales cayeran en la trampa. Otro lo hubiera hecho, no Forl¨¢n, que aguant¨® en l¨ªnea con el defensa la llegada del pase y marc¨® por bajo ante la salida del vendido Cu¨¦llar. Era el s¨¦ptimo gol de Forl¨¢n en los ¨²ltimos cuatro partidos, una racha que ha disparado la autoestima de su equipo, un Atl¨¦tico que llevaba dos meses y medio sin ganar fuera y que ayer espant¨® sus fantasmas a lo bestia, como suele hacerlo todo este equipo.

Aguirre felicita al Sporting por "ser la alegr¨ªa del f¨²tbol espa?ol"