La Copa quema a Chaparro

Las ganas, las ansias de demostrar que se puede alcanzar un objetivo, pueden resultar un arma de doble filo si no se canalizan debidamente. Le ocurri¨® ayer al Betis, que sali¨® al terreno de juego como un toro embravecido, dispuesto a solventar la eliminatoria en cinco minutos. Obviando, como si con ¨¦l no fuera la cosa, que un encuentro dura una hora y media. Una premisa que el Mallorca ten¨ªa muy clara, y que le sirvi¨® para avanzar a semifinales, en un encuentro en el que los goles brillaron por su ausencia.

Con el viento a favor del resultado de la ida, el conjunto de Gregorio Manzano cedi¨® toda la iniciativa. Desde la banda, el t¨¦cnico bermell¨®n ped¨ªa a sus jugadores que cerraran filas. El cuadro de Paco Chaparro se desesper¨®. Trejo se encarg¨® de anular a Mehmet Aurelio, y Eman¨¢ retras¨® la posici¨®n para tratar de crear alguna jugada que no fuera un simple pase largo. Ni por esas.

Mientras, el Mallorca se dedicaba a esperar su momento, lanzar los contrataques, y que Web¨® les diera el billete a semifinales de la Copa. El delantero camerun¨¦s y las carreras de Varela por la orilla derecha iban aumentando las intervenciones de Ricardo, que tuvo que estirarse para despejar un zurdazo del ex b¨¦tico.

Pasaban los minutos y los nervios de los locales crecieron exponencialmente, lo que se tradujo en continuas p¨¦rdidas de bal¨®n. Mark Gonz¨¢lez acus¨® ese exceso de revoluciones en el equipo verdiblanco. En su reaparaci¨®n tras varios meses lesionado, el chileno contribuy¨® poco y s¨®lo dej¨® como recuerdo un codazo a Josemi que no vio P¨¦rez Lasa.

El Betis se olvid¨® de dejar los nervios en el vestuario. Tras la reanudaci¨®n, sigui¨® con la misma t¨®nica. Una sobredosis de adrenalina que ning¨²n jugador parec¨ªa poder dosificar. Sin un rumbo marcado, el conjunto verdiblanco aplic¨® un consigna: marcar como fuera. A punto estuvo de conseguirlo Sergio Garc¨ªa, pero su disparo vol¨® demasiado alto. El Mallorca, sin embargo, supo resisitir esas embestidas desesperadas. No perdi¨® la compostura en ning¨²n momento. Incluso Cl¨¦ber Santana dispuso de una clara ocasi¨®n para finiquitar el encuentro que acab¨® entre las piernas de Ricardo. El marcador permaneci¨® inm¨®vil. La calma del Mallorca derrot¨® a un Betis cargado de ansiedad, que se despide de la Copa. Una competici¨®n a la que Chaparro se hab¨ªa agarrado como a un clavo ardiendo que ha acabado por quemarle.