As¨ª se gana mejor
El Madrid, firme, decidido y con momentos de buen gusto, arrasa de principio a fin a un blandengue Sporting
Suma y suma el Madrid, pero no siempre con el m¨¦todo m¨¢s convincente. En Gij¨®n, la octava victoria consecutiva desde la llegada de Juande Ramos, tuvo otro aroma. No s¨®lo por el golpe de autoridad del equipo horas despu¨¦s del cuarto pinchazo azulgrana en lo que va de curso, sino por el juego desplegado por el conjunto y el protagonismo de algunos secundarios quiz¨¢s ganados para la causa, al menos para el tr¨¢nsito que resta hasta el final de la temporada. Fue el caso de Lass, un virrey en el eje, mucho menos tieso que en partidos anteriores; de Marcelo, inquietante como volante y, por una vez como madridista, capaz ante el gol, y de Huntelaar, que por fin cumpli¨® con el ¨²nico oficio que le distingue: el de goleador. Hasta Torres y Parejo tuvieron carrete. Algo ins¨®lito: el Madrid acab¨® con cinco canteranos alistados. Y, eso s¨ª, con Faubert por detr¨¢s de todos, al fondo del armario. Todo un mensaje a la secretar¨ªa t¨¦cnica.
Sporting 0 - Madrid 4
Sporting: Lafuente; Sastre, Gerard, Iv¨¢n Hern¨¢ndez, Canella; Michel (Kike Mateo, m.60), Camacho, Luis Mor¨¢n (Bilic, m.46), Carmelo; Diego Castro (Matabuena, m.60) y Barral.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos (Parejo, m.79), Cannavaro, Pepe, Heinze (Torres, m.61); Gago (Javi Garc¨ªa, m.70), Lass, Higua¨ªn, Marcelo; Ra¨²l y Huntelaar.
Goles: 0-1, m.15: Ra¨²l; 0-2, m.37: Huntelaar; 0-3, m.50: Marcelo; 0-4, m.77: Ra¨²l. ?rbitro: Mateu Lahoz, del Comit¨¦ Valenciano. Mostr¨® tarjeta amarilla a Michel (m.25) y a Marcelo (m.50).
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vig¨¦sima tercera jornada de Liga de Primera Divisi¨®n, disputado en el estadio de El Molin¨®n ante unos 24.000 espectadores. Antes del inicio del encuentro se guard¨® un minuto de silencio en honor a 'Tati' Vald¨¦s, ex jugador del Sporting de Gij¨®n fallecido esta semana.
Ausente Robben, antes de que irrumpieran los reservas, fue el turno de Ra¨²l, siempre eterno. ?l gratific¨® a un Madrid nada cicatero, imponente para su adversario desde el chupinazo inicial. Juande volvi¨® a exponer un equipo asim¨¦trico, con Marcelo por delante de Heinze y Ra¨²l como auxiliar de los dos pivotes, de ancla entre Lass y Gago e Higua¨ªn y Huntelaar. La banda derecha, de nuevo otro marr¨®n para Sergio Ramos. Por ella amagaba con proyectarse el Sporting con Canella, Diego Castro y Barral, el ariete que se descolgaba por esa geograf¨ªa. Tan chato estuvo el Sporting, que fue Ramos quien conquist¨® el carril. Primero asisti¨® a Marcelo y luego a Higua¨ªn.
Con el Madrid a un palmo del gol, ante otro servicio del lateral visitante, emergi¨® el m¨¢s puntual, el capit¨¢n de los 309 goles con el siete blanco. Ra¨²l emboc¨® con clase y precisi¨®n el centro de su compa?ero. Justo una hora despu¨¦s, tras una jornada de tajo por todo El Molin¨®n, Ra¨²l lleg¨® como un tiro al ¨¢rea sportinguista para barrer un error de Lafuente, meta local. Se dir¨¢ que fue un regalo, que cualquiera habr¨ªa soplado la pelota en tal circunstancia. Pura ch¨¢chara. Muy pocos tienen la fe de Ra¨²l y mucho menos la voracidad suficiente para con 0-3 situarse en la sala de espera del gol tras un remate sencillo de Higua¨ªn. El universo de Ra¨²l es infinito: puede marcar el primero y el cuarto, el dif¨ªcil y el f¨¢cil. As¨ª se construyen las leyendas.
Entre Ra¨²l y Ra¨²l, con el Sporting tan paliducho, confundido en la defensa, apabullado en el medio e insignificante en el ataque ?Casillas no tuvo que utilizar las manos hasta el minuto 71?, en el Madrid todos contribuyeron. Lass hizo de dique y faro. Huntelaar, tras un desbarajuste de los centrales del Sporting, dej¨® su sello en el ¨¢rea y resolvi¨® con destreza un duelo con el meta local. Luego, un asistente le birl¨® un segundo tanto legal, esta vez de cabeza, otra de las suertes que domina. Del holand¨¦s no hubo noticias fuera del ¨¢rea, donde s¨®lo es n¨¢ufrago, pero con su gol se reivindic¨® donde debe, no ante los altavoces medi¨¢ticos. Marcelo, liberado de atenciones defensivas, como juega en Brasil, por cierto, fue productivo y tuvo picante. Nada que ver con aquel lateral sin criterio delante de Casillas y nublado en sus continuas y asfixiantes cabalgadas hacia el ¨¢rea contraria. Su gol, un toque templado ante la salida de Lafuente tras un exquisito taconazo de Higua¨ªn, fue el mejor broche al f¨²tbol m¨¢s cosm¨¦tico que tuvo el equipo. No importa que ayer se midiera a un conjunto tan blandengue. Este Madrid, y en tiempos no tan remotos, ha jugado a la ruleta con todo tipo de rivales.
En Gij¨®n fue igual de en¨¦rgico que en otras jornadas, pero nunca le falt¨® decisi¨®n. Siempre mir¨® al frente. Tampoco quiso bajar la persiana antes de tiempo, sino que envid¨® hasta el final junto a Lafuente. Lo que se espera siempre de un club como el Madrid. As¨ª se gana mejor. Y cualquier operaci¨®n remontada que se lance desde alg¨²n gabinete de Chamart¨ªn tendr¨¢ m¨¢s cr¨¦dito.
Adem¨¢s, con Ra¨²l todo es posible. Superado Di St¨¦fano, qui¨¦n sabe cu¨¢l ser¨¢ su siguiente reto imposible.
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