Al Madrid le urge ventilarse
El equipo de Juande, que precisa una reforma deportiva e institucional, recibe una zurra del Liverpool
El Madrid ha tocado fondo . Hace tiempo que lo hizo por el lado institucional y anoche se despe?¨® en lo futbol¨ªstico. Por quinto curso consecutivo, cay¨® fulminado en los octavos de final de la Copa de Europa. Esta vez, tras recibir la mayor goleada desde que adopt¨® el formato Champions, es decir desde 1992. Un resultado que deja al equipo en el barrizal, desamparado y sometido a las turbulencias que se le avecinan. Al Madrid le falt¨® energ¨ªa, valor y f¨²tbol, todo lo que retrat¨® al Liverpool, por una vez un equipo huracanado. Excesivo para el Madrid de estos tiempos, que no est¨¢ para chorrear a muchos. Ha perdido hasta su m¨ªstica relaci¨®n con un torneo en el que sol¨ªa mostrar hasta lo que no ten¨ªa. Hoy tiene muy poco y casi nada puede demostrar.
LIVERPOOL 4 - REAL MADRID 0
Liverpool (Leiva, m. 59), Mascherano; Kuyt, Gerrard (Spearing, m. 72), Babel; y Fernando Torres (Dossena, m. 83). No utilizados: Cavalieri; Hyypia, Kelly y Ngog.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro (Van der Vaart, m. 63), Heinze; Lass, Gago (Guti, m. 76), Sneijder, Robben (Marcelo, m. 45); Ra¨²l e Higua¨ªn. No utilizados: Dudek; M. Torres, Metzelder y Saviola.
Goles: 1-0. M. 16. Fernando Torres. 2-0. M. 28. Gerrard, de penalti. 3-0. M. 47. Gerrard. 4-0. M. 88. Dossena.
?rbitro: F. de Bleeckere (B¨¦lgica). Amonest¨® a Pepe, Gerrard, Heinze, Mascherano (se pierde un partido), Dossena y Marcelo.
45.000 espectadores en Anfield.
Dos goles injustos hicieron justicia al Liverpool. Y al Madrid, tan calamitoso en el juego como falto de esp¨ªritu. Nada que ver con el derroche y grado de agitaci¨®n de su adversario, que le arroll¨® durante la primera media hora de forma conmovedora. El Liverpool expuso todo lo que no tuvo el Madrid, todo lo que exige la Copa de Europa: vitaminas, decisi¨®n, aplomo, velocidad, orden y f¨²tbol. Enfrente, un grupo de jugadores convertidos en mu?ecos de trapo. No hubo choque, asalto, del que saliera victorioso un visitante. Fue un ejercicio de demolici¨®n, con Torres y Gerrard imperiales, con Alonso y Mascherano con el partido en el pecho. A la zurra s¨®lo respondi¨® Casillas, otra vez divino. ?l evit¨® un desastre may¨²sculo. En plena embestida de la prote¨ªnica caballer¨ªa del Mersey, desvi¨® con un pie un remate de Torres tras una maniobra de espaldas muse¨ªstica del Ni?o . Sin respiro, Mascherano apunt¨® a la escuadra izquierda del meta, que cogi¨® vuelo y lleg¨® a la pelota por un guante. Remataban Babel, Gerrard... El Liverpool era Atila; el Madrid, un equipo de plastilina, sin alma, sin m¨²sculo.
El primer tanto fue un reflejo del gui¨®n. A Cannavaro, hace meses sin graduaci¨®n para el f¨²tbol de primer orden, le despein¨® la pelota. Pepe, como siempre, acudi¨® con la pr¨®tesis en socorro de su fotog¨¦nico compa?ero. S¨®lo los muy beatos habr¨ªan tenido la fe suficiente para discutir la jugada con Pepe. Lo hicieron Torres y Kuyt, un viaje lun¨¢tico del que sacaron provecho. Eso s¨ª, el ariete espa?ol de Anfield desequilibr¨® al central madridista. Fue el primer gazapo arbitral. Nada hac¨ªa predecir que el Liverpool no fuera a marcar, pero el segundo tanto tambi¨¦n fue irregular. Heinze toc¨® la pelota con un hombro y un asistente adivin¨® un penalti. En todo caso, los goles habr¨ªan llegado tarde o temprano. La rabia con la que Gerrard estamp¨® el bal¨®n en la red ejemplific¨® el diferente voltaje de unos y otros.
El Madrid no tuvo nada que decir hasta que el 2-0 hizo que el equipo de Rafa Ben¨ªtez se volviera algo m¨¢s contemplativo. Hab¨ªa pasado media hora cuando Sneijder, en un lanzamiento de falta, dio pistas de Reina. Juande repesc¨® al holand¨¦s para la titularidad en detrimento de Marcelo. Un envite intrascendente, como lo fue todo el Madrid. A la cabeza del pelot¨®n de n¨¢ufragos, Gago y Robben. Y Cannavaro, por supuesto. Fueran o no las ¨®rdenes del t¨¦cnico, el pivote argentino quiso ocuparse al mismo tiempo de la zona de gravitaci¨®n junto a Lass y del costado izquierdo que s¨®lo defend¨ªa Heinze. A Gago no conviene dispersarle; bastante se despista ¨¦l. Con Robben anudado por Fabio Aurelio, incapaz de encontrar una v¨ªa de escape, el equipo se subi¨® al tren de Ramos, insistente en el ataque y superado en la defensa. El Madrid era lo que quer¨ªa el Liverpool. El gran caudillaje de Alonso y Mascherano le resultaba suficiente para caricaturizar a su contrario. El imponente tercer gol, el segundo de Gerrard, cerr¨® la eliminatoria. Restaba un mundo, tiempo suficiente para que el Madrid intentara un maquillaje y Ben¨ªtez abanicara a sus tres pretorianos: Alonso, Gerrard y Torres se fueron a descansar. La actuaci¨®n de los tres quedar¨¢ enmarcada en la retina madridista, especialmente la del ariete, tantas veces de penitencia en sus cruces con los blancos. De frente y de espaldas a Casillas, Torres fue inalcanzable para los zagueros de Juande, como Gerrard resultaba supers¨®nico para todos. Al Madrid de anoche cualquiera le parec¨ªa un marciano. Dossena incluido, el autor del gol que sell¨® la paliza, una de las mayores que ha recibido el Madrid en los ¨²ltimos tiempos. El vapuleo recibido fue a¨²n mayor que los tantos encajados.
Fin de ciclo para un equipo que ha pagado las tropel¨ªas de los directivos, la dejadez del t¨¦cnico con el que arranc¨® la temporada y la autocomplacencia del director deportivo. Hoy no aflora nadie en la cantera, el equipo debe cargar con cedidos como Faubert y otros bien devaluados como Van der Vaart. Nadie puede garantizar el ma?ana de un t¨¦cnico de aire interino al que hoy gobierna una junta directiva con fecha de caducidad. Al club le urge un ventilador electoral.
Agresi¨®n de 'ultras sur' a un periodista | D.T., Liverpool
Dos miembros del grupo violento Ultras Sur fueron detenidos en Liverpool por la polic¨ªa, aunque quedaron en libertad tras ser identificados, por agredir al periodista Manolo Lama cuando ¨¦ste se hallaba a la puerta del club musical The Cavern, m¨ªtico desde la ¨¦poca de The Beatles. Lama se dispon¨ªa a hacer una conexi¨®n para Cuatro cuando fue golpeado en la cabeza y el cuello por tres radicales. De inmediato, sali¨® en su persecuci¨®n y pudo retener a dos hasta que llegaron los agentes. El locutor, que ya hab¨ªa sido increpado en otras ocasiones por estos radicales, present¨® una denuncia. A su vez, Vicente Boluda, el presidente del Madrid, dijo que se investigar¨¢ si son socios para, en su caso, expulsarlos.
Los ultras que viajaron a Liverpool fueron unos 240. Algunos tambi¨¦n se enfrentaron en The Cavern a otros seguidores madridistas cuando ¨¦stos les afearon cantar el franquista Cara al Sol.
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