?Tiempo de playoff?

Comenzaron las esperadas eliminatorias para el t¨ªtulo pero su encuentro inaugural fue algo m¨¢s cercano a un partidillo de entrenamiento que a lo que se supone significa el concepto play-off. Y esto nunca es bueno, independiente de quien gane. Porque despu¨¦s de una Liga regular donde se suceden las jornadas de forma demasiado intrascendente en lo que se refiere a la parte alta de la tabla, esta ¨²ltima fase de la temporada deber¨ªa contar con la intensidad y dramatismo que tanto se echa de menos en los largos y tediosos meses invernales.

Nada de esto se vio en Vista Alegre, donde el DKV pas¨® de puntillas sin hacer ni el m¨¢s m¨ªnimo ruido. El Madrid lo aprovech¨® y sobre todo agradeci¨®, pues el patio blanco no est¨¢ como para dejar de disfrutar alguna que otra tarde de asueto. Es verdad que se lesion¨® Ricky Rubio, all¨¢ por el minuto trece y en mitad del campo, resbal¨¢ndose al intentar parar un contraataque llevado por Llull. Tuvo mala pinta desde el principio, y no es nada descartable pensar que hemos podido ver su despedida del baloncesto europeo.

Pero sin poner en duda su incidencia, su ausencia no justifica la poca resistencia que ofreci¨® su equipo. Es m¨¢s, mientras Ricky estuvo en el campo, las cosas ya no le iban ni medianamente bien (25-15). El susto de verse privado de su santo y se?a ahond¨® en su mala tarde teniendo un efecto demoledor. En diez minutos m¨¢s, ya estaba arrasado (52-27). Castigo coherente con su sorprendente falta de intensidad defensiva.

Con los tiempos que corren por el Madrid, a la espera de su en¨¦sima refundaci¨®n y con casi todo el mundo en la picota, las facilidades dadas por los verdiblancos fueron un b¨¢lsamo que gente como Massey o Marko Thomas supieron aprovechar. Con un juego m¨¢s alegre, el Madrid corri¨® el campo, lo que siempre favorece a que veamos una buena versi¨®n de Sergi Llull, algo oscurecido en los ¨²ltimos tiempos. Hasta hubo espacio para que Mirotic y Molina, dos adolescentes, probasen fortuna. Digno colof¨®n a un encuentro que de principio a final todo fue muy suave, sin apenas conflictos, ni un golpe a destiempo ni tampoco a tiempo, ni una mala cara, ni un grito m¨¢s alto que otro. Casi como amigos. Vamos, cualquier parecido con un partido de playoff, pura coincidencia.