Federer tumba a Nadal
El suizo se reivindica frente al n¨²mero uno (4-6 y 4-6) y conquista su primer torneo de la temporada con un tenis magistral
Roger Federer tumb¨® a Rafael Nadal en la final del Abierto de Madrid (doble 6-4). No le hizo falta una exhibici¨®n de recursos ni un partido ¨¦pico. El n¨²mero dos del mundo jug¨® un encuentro interesante. Propuso intercambios r¨¢pidos, busc¨® la red con insistencia y se intent¨® tapar el rev¨¦s con su prodigiosa derecha cuantas veces pudo. Con eso bast¨®. Nadal y Federer han firmado partidos prodigiosos, de los que quedan para siempre en la retina. No el de hoy.
Federer estuvo aceptable, muy lejos del tenista que se ha convertido en mito. Nadal, por su parte, gestion¨® mal todos los puntos importantes del partido. El n¨²mero uno del mundo se despidi¨® del triunfo casi sin discutirlo: cuando Federer sacaba para ganar el encuentro, tuvo dos bolas de break. Las desaprovech¨®. Levant¨® una bola de partido. No pudo con la siguiente, y con ella se march¨® el t¨ªtulo. "Insuficiente", dijo. El suizo hab¨ªa perdido los cinco ¨²ltimos partidos contra el espa?ol, que llevaba 33 partidos invicto sobre arcilla.
La obsesi¨®n por enfrentarse al rev¨¦s de Federer hundi¨® al espa?ol. Contra el suizo, Nadal necesita mezclar alturas y direcciones, variar los golpes, para luego aprovechar las debilidades del n¨²mero dos del mundo. Federer arranc¨® el partido de manera lamentable, acumulando hasta 25 errores no forzados, y desbordado por la izquierda. Insisti¨® tanto Nadal por ese camino, tanta fue su avaricia por ganar por all¨ª el partido, que Federer acab¨® entrando en ritmo. Jug¨® suelto, liberado del grillete de las carreras, la receta de esquina a esquina con la que Nadal le ha impuesto tradicionalmente su dominio.
La final no tuvo intensidad, fuerza ni gas. Se jug¨® siempre como una simple transici¨®n hacia los momentos decisivos, sin agresividad ni diente retorcido. Entre los grandes partidos que han disputado los dos mejores tenistas del mundo, la final de Madrid fue un encuentro sin br¨ªo. Perdi¨® Nadal porque puso todo lo que se le presupone -control desde el fondo, machaque continuo del rev¨¦s del suizo-, pero no anduvo fino en ninguna de las bolas que marcaron el partido. Su aparente seguridad fue fragilidad vestida de brazo fuerte en los puntos importantes.
Antes de la rotura que le cost¨® la primera manga, en la ¨²nica bola de break de la que disfrut¨® Federer, el espa?ol desperdici¨® dos en otros tantos juegos distintos. Siempre, adem¨¢s, pareci¨® llegar un segundo tarde, lento de piernas tras una paliza para los libros: las 4h3m que tard¨® en derrotar a Novak Djokovic el s¨¢bado fijan el partido m¨¢s largo a tres sets desde 1968, cuando arranc¨® la era Open. Una raz¨®n m¨¢s para que aumente su alergia a la altura y a lo r¨¢pido de la pista: como se demostr¨® durante la semana, su bola no pica alta hasta que se esconde el sol y aparece el fr¨ªo. Federer golpe¨® a placer.
Roland Garros empieza en una semana. Hasta all¨¢ marcha Federer en busca del ¨²nico grande con el que no ha cruzado su victorioso camino. Parec¨ªa Nadal inalcanzable. Desde hoy, hay partido.
Safina sigue los pasos de Marat
AGENCIAS. Safina contin¨²a intratable. La rusa reivindic¨® su condici¨®n de primera raqueta del mundo en Madrid, en donde super¨® en la final femenina a la danesa Caroline Wozniacki por 6-2 y 6-4 ante una aspirante biso?a, lejos a¨²n de poner en cuesti¨®n la autoridad de su rival. Dinara mantiene la estela de su hermano Marat, igual que ella dominadora del circuito hace unos a?os. Marat Safin, que medita su retirada, venci¨® en el cuadro masculino del torneo madrile?o en 2004.
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