Triste despedida

El equipo acudi¨® al Bernab¨¦u a despedirse de la afici¨®n y lo que encontr¨® fue cemento. La hinchada prefiri¨® hacer otros planes. El estadio recibi¨® a los jugadores con la peor entrada del a?o. Despu¨¦s de meses vendiendo remontadas, coraje, lucha, y pi?a, qued¨® claro que la gente, por aquella novela, no pagar¨ªa una gallina. Lo que quiere el p¨²blico es un enigma que atormenta a los dirigentes actuales, pasados y futuros. Como no lo comprenden, llevan a?os pagando encuestas. En las ¨²ltimas semanas, el Bernab¨¦u ha sido un hervidero de encuestadores: "?Prefiere a Kak¨¢ o a Cristiano?". La variedad de preguntas es interminable. La variedad de respuestas tambi¨¦n. Cada d¨ªa que pasa, el Madrid parece un club m¨¢s desorientado. La proximidad de las elecciones presidenciales ?o de la proclamaci¨®n de Florentino P¨¦rez? acent¨²a la sensaci¨®n de p¨¦rdida de identidad.

En este clima, al equipo se le han aflojado los atamientos. Lo ¨²ltimo que vio la hinchada fue una concentraci¨®n de las miserias de la temporada expuestas ante el Mallorca, que se limit¨® a cumplir. Con eso le alcanz¨® para mostrar su superioridad. El Madrid fall¨® en los marcajes, careci¨® de imaginaci¨®n, y, sobre todo, no tuvo continuidad en el juego. Es decir, lo de siempre, pero sin Pepe y sin la presencia de ¨¢nimo de otros d¨ªas.

Juande se mostr¨® vacilante. Primero, sac¨® una alineaci¨®n que parec¨ªa pensada para competir por algo, cuando ya no hay nada en juego. De entrada, dio la titularidad a Van der Vaart en detrimento de Guti, al que ni convoc¨®, y de Parejo, al que volvi¨® a guardar en la caseta. Para una vez que puede rodar a un canterano, el Madrid se da el lujo de dar m¨¢s minutos a Van der Vaart, un futbolista intrascendente. Juande debe tener informaci¨®n privilegiada. De otra manera, no se explicaron sus decisiones.

Lo ¨²nico que hizo Van der Vaart en toda la noche fue lanzar las faltas. En una de ellas conect¨® con Higua¨ªn, que le gan¨® la posici¨®n a Ramis y bati¨® a Moy¨¢ de cabeza. El gol premi¨® la tenacidad de Higua¨ªn, el jugador m¨¢s activo del Madrid, ayer y durante toda la temporada. Su cabezazo fue la respuesta a los primeros minutos del Mallorca, que salt¨® a la cancha relajado y no tard¨® en producir asosiaciones provechosas. Arango, Varela, Jurado y Aduriz se entendieron pronto. Arango oblig¨® a Casillas a estirarse para sacar una falta directa que iba dentro.

El cabezazo de Higua¨ªn no alter¨® al Mallorca. El equipo de Gregorio Manzano se adue?¨® del medio campo, con la venia de su rival. En la zona ancha, Ra¨²l, que hizo de media punta, y Van der Vaart, que tambi¨¦n hizo de media punta, no consiguieron repartir el bal¨®n con criterio ni ayudar a Lass en defensa. El Madrid se rompi¨® por la mitad y por los espacios que concedi¨® aparecieron los delanteros del Mallorca. En uno de los avances, Jurado arrastr¨® a Ramos, y Aduriz distrajo a Torres mientras Cannavaro se descolocaba. El bal¨®n qued¨® suelto. Se lo llev¨® Arango, que apareci¨® solo, remat¨® y empat¨®.

Homenaje antes de tiempo

Juande intent¨® hacerle un homenaje a Cannavaro antes de tiempo. Despu¨¦s del descanso, lo cambi¨® por Javi Garc¨ªa, su canterano preferido. A los pocos minutos, Cl¨¦ber Santana recibi¨® un bal¨®n en el c¨ªrculo central y avanz¨® con la cabeza levantada. Tranquilamente. Se fue de Van der Vaart, de Lass, y de Javi Garc¨ªa con un quiebro. Mir¨® al palo largo y meti¨® la cuchara. Fue uno de los goles m¨¢s bellos de la Liga.

Faltaba otro. Lo marc¨® Keita, que tambi¨¦n se fue de Javi Garc¨ªa y firm¨® un trallazo. Para entonces, el Madrid ya estaba en otra cosa. Como dijo Casillas: "El equipo se dej¨® ir".

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