Una caricatura en el laberinto turco
Espa?a pierde sus se?as de identidad con un juego horrible y una calamitosa estrategia final
M¨¢s all¨¢ de perder, el peor abismo en que puede precipitarse un equipo es el que lleva a la p¨¦rdida de sus se?as de identidad. Y a la selecci¨®n espa?ola que se midi¨® a Turqu¨ªa no hubo manera de reconocerla . Perdi¨® porque casi nada de lo que hizo se pareci¨® ni a c¨®mo era ni a lo que quer¨ªa hacer. El mismo grupo que maravillaba, que se entend¨ªa con los ojos cerrados, que dominaba los partidos con solvencia, se ha convertido en una versi¨®n muy desmejorada, en una caricatura de trazo grueso. El ¨²ltimo brochazo del desprop¨®sito en que deriv¨® el encuentro ante los turcos fue la puntilla que acab¨® de sentenciar su derrota y rubric¨® una imagen tan insatisfactoria para los que siguen desde hace ya m¨¢s de diez a?os a la mejor generaci¨®n del baloncesto espa?ol como para los propios jugadores.
TURQU?A 63 - ESPA?A 60
Turqu¨ªa (20+16+13+14): Onan (0), Ilyasova (15), Tunceri (11), Asik (13), Turkoglu (2) -equipo inicial-, G¨¹ler (2), Savas (2), Atsur (3), Arslan (4) y Erden (11).
Espa?a (22+12+14+12): Rubio (3), Navarro (7), Rudy (16), Reyes (8), Pau Gasol (16) -equipo inicial-, Mumbr¨² (0), Ra¨²l (0), Marc Gasol (7), Garbajosa (3) y Llull (0).
?rbitros: Shmuel Bachar (ISR), Sreten Radovic (CRO) y Robert Lottermoser (ALE). Sin eliminados.
Incidencias: Partido de la primera jornada del Grupo F de la segunda fase del campeonato de Europa de baloncesto disputado en el Arena Lodz ante 6.500 espectadores.
El partido ya hab¨ªa ido de mal en peor. Como en los anteriores, Espa?a ya hab¨ªa desperdiciado algunas ventajas apreciables. La resoluci¨®n fue lo peor. Sigui¨® perdiendo balones con una alegr¨ªa asombrosa. Ricky Rubio fue uno de los m¨¢s desafortunados y culmin¨® su calamitoso manejo del tim¨®n con su segunda p¨¦rdida en un pase relativamente f¨¢cil, y a la vez inocuo, a Pau Gasol. No era uno m¨¢s. Se trataba del momento de la verdad. Cuando Espa?a bregaba de manera desesperada por salvar el tipo. Faltaba poco m¨¢s de un minuto y veinte segundos y, tras una penetraci¨®n en que encontr¨® v¨ªa libre el base turco, Arslan, Espa?a puso el 58-61 en el marcador. Fue entonces cuando Ricky agot¨® el cupo de errores y colm¨® la paciencia de Scariolo. El seleccionador hab¨ªa dejado muy clarito que apostaba por Ricky como base titular. Llegado el momento de la verdad, adopt¨® una decisi¨®n demoledora. Lo relev¨® y dio entrada a Sergio Llull, el ¨²ltimo jugador al que reclut¨® pero no para actuar en el puesto de base sino en el de escolta o alero. De forma que en ese trascendente minuto y pico que quedaba Scariolo dibuj¨® un perfil in¨¦dito en su cuaderno de bocetos.
No s¨®lo eso. Acto seguido, tras un robo de bal¨®n y contraataque culminado por Navarro que puso el 61-60, seguido de un fallo de los turcos, el seleccionador pidi¨® tiempo muerto y urdi¨® la estrategia para la acci¨®n decisiva. Restaban doce segundos. De manera sorprendente no fueron ni Pau Gasol, ni Navarro, ni Rudy quienes se encargaron de disparar el ¨²ltimo cartucho. Scariolo le encomend¨® la misi¨®n a Llull. Hizo un cambio de ritmo, se fue como una centella hacia el aro y all¨ª recibi¨® el tap¨®n de uno de los p¨ªvots del equipo m¨¢s alto del torneo. Una prueba m¨¢s de lo mal resuelta que estaba la acci¨®n fue que los turcos todav¨ªa tuvieron tiempo para anotar otra canasta. De esta inesperada forma se consum¨® la derrota m¨¢s dura de cuantas ha encajado la selecci¨®n en los ¨²ltimos a?os. Ni Espa?a est¨¢ eliminada, ni ha perdido la posibilidad de luchar por cosas grandes. Pero ninguna otra derrota hab¨ªa dejado tan en evidencia errores de bulto, decisiones desacertadas y un estilo de juego en las ant¨ªpodas del que tantos ¨¦xitos le dio.
Las 15 p¨¦rdidas de posesi¨®n, varias sin haber sido siquiera forzadas por el equipo turco, y la absoluta falta de dominio del ritmo del juego, fueron algunos de los lastres para el equipo espa?ol. Los turcos se emplearon con el ritmo lento que tanto les gusta y nunca permitieron que Espa?a actuase con comodidad. Siempre que abri¨® hueco, los reajustes de su seleccionador, Tanjevic, hicieron r¨¢pido efecto. Tunceri, el ex base del Madrid, se apoder¨® de los hilos del juego y se produjo el primer apag¨®n. Cuando un corte de la zona no los dejaba solos, los p¨ªvots turcos se beneficiaban de un pase doblado. El joven p¨ªvot Asik se erigi¨® en un incordio para Pau Gasol. La defensa turca consigui¨® su prop¨®sito: negar el tiro en lo posible y permitir s¨®lo que ejecutase desde fuera Ricky. El base espa?ol lo fall¨® casi todo.
Navarro tampoco encontr¨® buenas posiciones y naufrag¨®. Rudy fue el ¨²nico que hizo da?o al equipo turco, que se permiti¨® el lujo de ganar su cuarto partido seguido sin casi aportaci¨®n ofensiva de su figura, Turkoglu. El 38% de acierto en los lanzamientos del equipo espa?ol delatan el mal funcionamiento en todas sus l¨ªneas, la falta de aceite en todas las jugadas. Cuando no se perd¨ªa el bal¨®n, se mov¨ªa de forma tan horrible que no hab¨ªa opci¨®n para que nadie armara la mu?eca. Un juego horroroso culminado con una calamitosa estrategia final.
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