Una goleada casi sin querer

Sin comerlo ni beberlo, el Zaragoza baj¨® los humos del Getafe con una goleada escandalosamente sencilla que dej¨® en evidencia a la defensa madrile?a, que entr¨® en el partido adormilada y lo dej¨® abochornada. Las jugadas de estrategia se le atragantaron de tal manera al cuadro de M¨ªchel que en apenas 25 minutos ya hab¨ªa sacado la bandera blanca, por mucho que Pedro Le¨®n y Boateng hicieran la guerra por su cuenta. Los saques de esquina de Jorge L¨®pez, colocados siempre m¨¢s all¨¢ del primer palo, provocaron un cortocircuito en toda regla en el Getafe, cuyos jugadores todav¨ªa no saben qu¨¦ les viene mejor, si ser cabeza de rat¨®n o cola de le¨®n.

Algo que tiene bien claro Marcelino. El preparador asturiano, el mejor pagado de toda Espa?a la temporada pasada, la que tard¨® en devolver al Zaragoza a Primera, fue el triunfador de la noche. Planific¨® un partido lento y trabado, repleto de interrupciones, que anul¨® el juego fluido del Getafe. Por m¨¢s que lo intentaron, Celestini y Casquero no dieron m¨¢s de s¨ª, bien anudados por Ponzio, un perro de presa que trabaj¨® a destajo para que Gabi, aquel futbolista llamado hace no tanto a hacer algo importante, se luciera con unos cuantos pases memorables a Arizmendi. Por suerte para el Getafe, el tallo est¨¢ tan acostumbrado a ejercer de boya, a pelear cada centro llovido del cielo, a entender el f¨²tbol con la mirada en las nubes que sigue sin saber que debajo de las piernas le asoman los pies, como demostr¨® en un contragolpe que le dej¨® solo ante Ustari. El portero asisti¨® estupefacto al remate cruzad¨ªsimo del nueve del Zaragoza, un esperpento que termin¨® en la l¨ªnea de banda.

Sin ser Maradona, La Romareda not¨® la ausencia por lesi¨®n de Uche. A cambio tiene a Abel Aguilar. Si no lo ha hecho ya, el colombiano se est¨¢ destapando como uno de los futbolistas de la Liga. La tarde le sali¨® redonda al mediapunta, que anot¨® dos goles de distinta factura. El primero lo ve¨ªa venir cualquiera menos la defensa del Getafe, que fue ridiculizada en apenas diez minutos. Si Pav¨®n cabece¨® a la carrera un c¨®rner de Jorge L¨®pez al centro del ¨¢rea, Aguilar hizo el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa remachando otro env¨ªo desde el mismo bander¨ªn en una acci¨®n en la que tambi¨¦n particip¨® el central del Zaragoza.

Dos goles calcados que apuntillaron a un Getafe desdibujado que no se pareci¨® en nada al que gole¨® entre semana al Valencia. El descanso no cambi¨® nada, por m¨¢s que M¨ªchel pusiera sobre el tapete a su artiller¨ªa pesada. Ni Soldado ni Alb¨ªn vieron puerta, al rev¨¦s que Aguilar, que, como colof¨®n, coloc¨® por la escuadra un centro de cuchara de Ewerthon que volvi¨® a dejar a la zaga madrile?a en tanga.

Resuelta la contienda, la nota negativa la dej¨® Ayza G¨¢mez. El trencilla tuvo un ataque de protagonismo en un partido que no le dio ning¨²n problema hasta que ense?¨® una amarilla a Marcelino. La amonestaci¨®n al entrenador por sus continuos aspavientos tuvo curiosamente un efecto contrario al que el ¨¢rbitro pretend¨ªa, ya que desat¨® la ira del segundo t¨¦cnico del Getafe. Juan Eduardo Esn¨¢ider fue expulsado en el minuto 45 por sus reiterados insultos a G¨¢mez: "?Eres un sinverg¨¹enza! ?Os cre¨¦is que sois Dios! ?La concha de tu madre, est¨¢s loco!".