A Hugo se le escapa Pedro

Nadie mejor que Pedro para representar el ¨¦xito de la cantera del Barcelona, homenajeada anoche en el estadio antes del partido por deseo de Guardiola, un futbolista que adquiri¨® una categor¨ªa universal cuando se le supon¨ªa un producto local, como si el protagonismo del dream team dependiera s¨®lo de la presencia de Cruyff. Muy cortos de mira fueron los cr¨ªticos con el t¨¦cnico holand¨¦s y el f¨²tbol del Bar?a. El juego azulgrana mejor¨® con Rijkaard y ha triunfado desde que Guardiola alcanz¨® el banquillo del Camp Nou. M¨¢s que en las individualidades, la clave del ¨¦xito est¨¢ en el colectivo y la importancia de Pedro radica precisamente en la facilidad con la que interpreta las necesidades del equipo m¨¢s que en su cuenta goleadora.

Los adversarios tendr¨¢n que marcar a Pedro y entonces Guardiola se inventar¨¢ a Jeffren, sobre todo si Henry sigue dosific¨¢ndose como si fuera una prima donna. No es cuesti¨®n de personalismos, sino de ideolog¨ªa. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, Chico, un central que se entren¨® con Guardiola en el filial barcelonista y que ayer fue la sombra de Xavi. No es lo mismo jugar en el Almer¨ªa a las ¨®rdenes de Hugo S¨¢nchez que en el Bar?a con Guardiola. Un buen partido individual con el equipo andaluz puede ser una mala noche con el plantel azulgrana por las exigencias colectivas del juego, que pasan por tener un buen orden posicional y un ritmo de bal¨®n muy alto. Juegan once en el Barcelona mientras que en el Almer¨ªa anoche hubo pr¨¢cticamente once partidos individuales.

Al Bar?a le cost¨® encontrar l¨ªneas de pase porque el Almer¨ªa desconect¨® con marcas individuales a Alves, Iniesta y Xavi, de manera que el partido qued¨® a expensas de los cambios de orientaci¨®n de M¨¢rquez, de los movimientos de Messi y de las maniobras de Ibrahimovic. A Hugo S¨¢nchez le interesaba trampear el encuentro, evitar la continuidad y velocidad del juego azulgrana y, a cambio, imponer el v¨¦rtigo de sus peque?os delanteros. A veces parece incluso que la mayor¨ªa de entrenadores compiten por dar con la f¨®rmula de negar al Bar?a m¨¢s que en la manera de afirmar a sus equipos y nadie se lo reprocha porque la tarea se presenta muy dificultosa.

As¨ª las cosas, los ¨¢rbitros son m¨¢s comprensibles con el esfuerzo del rival que con la iniciativa azulgrana, como si la victoria barcelonista se diera por descontada y la noticia estuviera en la derrota o el empate, una apreciaci¨®n muy visible cuando la pelota est¨¢ a pies de Messi, un jugador desequilibrante, dif¨ªcil de tirar y que pocas veces remata de primera, sin mirar. Ya ocurri¨® en M¨¢laga y ayer con los zagueros del Almer¨ªa, que siempre reba?aron el cuero al argentino, a veces de manera limpia y de vez en cuando malamente, sin que el colegiado apreciara diferencia. Las jugadas de la pulga acaban en gol o se dan por perdidas, como si no hubiera t¨¦rmino medio y mucho menos falta.

Con empate a cero, Velasco Carballo se mostr¨® m¨¢s contemplativo con las entradas de los zagueros del Almer¨ªa que con los regates de los delanteros del Barcelona y, por otra parte, sancion¨® m¨¢s las quejas que las entradas. La hinchada se revolv¨ªa en sus asientos, preparada para una nueva partida complicada cuando a la media hora apareci¨® Pedro y remat¨® a la escuadra de Alves. Pedro se presenta como la soluci¨®n m¨¢s sencilla al partido m¨¢s complicado. Decisivo contra el Athletic, el Shakthar y el Dinamo de Kiev, ayer volvi¨® y acab¨® con la tarima defensiva del Almer¨ªa. Tiene una facilidad sorprendente para perfilarse y recibir la pelota en el alambre del ¨¢rea, darse la media vuelta y rematar por bajo o por alto, siempre al punto imposible del portero.

Pedro estuvo soberbio en el tiro que decidi¨® el choque tras recibir el cuero de Ibrahimovic. El tinerfe?o se aplica con una naturalidad extraordinaria cuando los partidos se ponen imposibles por el empe?o del contrario en neutralizar a los futbolistas azulgrana de mayor calado. El gol, en cualquier caso, no fue de gran alivio para el Bar?a, que con el viento a favor se vio favorecido por el ¨¢rbitro por un posible penalti de M¨¢rquez. Les cost¨® atacar bien a los azulgrana porque Busquets entr¨® poco en juego y Messi se desconect¨® muy pronto, aburrido, bien neutralizado por un Almer¨ªa que siempre permaneci¨® en el partido, abatido s¨®lo por un p¨ªrrico gol.

Hac¨ªa mucho tiempo que no se miraba al reloj en el Camp Nou. El tanto de Pedro fue una mina porque el Bar?a se mostr¨® tan escaso de f¨²tbol como de ocasiones, atascado e inc¨®modo, preso de la camisa de fuerza que le puso Hugo S¨¢nchez, imposible para todos, salvo para el infalible Pedro.