Higua¨ªn act¨²a como tranquilizante
El golazo del argentino alivia las preocupaciones del Bernab¨¦u frente a un Valladolid blando pero peligroso
Un pase soberbio de Alonso. Un desmarque alegre de Higua¨ªn. Una salida de Jacobo. Un golazo de Higua¨ªn, picando el bal¨®n con maestr¨ªa, cuando se quedaba sin ¨¢ngulo. As¨ª mat¨® el Madrid, con un fogonazo, un partido que no acab¨® de manejar. El Valladolid, un equipo menor armado de valiosos delanteros, casi arma el taco en el Bernab¨¦u .
Hasta ayer, el Valladolid hab¨ªa hecho m¨¦ritos para convertirse en el equipo m¨¢s goleado del campeonato. Informado por los precedentes, Pellegrini llam¨® a los reservistas para cubrir una fecha que se presentaba como una transici¨®n rutinaria hacia la Champions. Viene el Milan y el Valladolid invitaba a administrar los esfuerzos de la plantilla, exaltar a Ra¨²l y dar descanso a gente como Kak¨¢.
Real Madrid 4 - Valladolid 2
Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Albiol, Marcelo; Granero, ''Lass'', Xabi Alonso, Van der Vaart (Kak¨¢, m.72); Ra¨²l (Drenthe, m.82) y Benzema (Higua¨ªn, m.72)
Real Valladolid: Jacobo; Pedro L¨®pez, Luis Prieto, Nivaldo, Arzo; Nauzet (Manucho, m.58), Borja (Pele, m.79), Rubio, Marquitos, H¨¦ctor Font (Bueno, m,.78); y Diego Costa.
Goles: 1-0, m.13: Ra¨²l. 2-0, m.18: Ra¨²l. 2-1, m.29: Nauzet. 3-1, m.45: Marcelo. 3-2, m.53: Marquitos. 4-2, m.79: Higua¨ªn.
?rbitro: Ayza G¨¢mez (Colegio valenciano). Mostr¨® cartulinas amarillas a Sergio Ramos (40) y Xabi Alonso (54) por el Real Madrid, y a Arzo (20) y Pele (90) por el Real Valladolid. Incidencias: encuentro correspondiente a la s¨¦ptima jornada de Liga de Primera divisi¨®n, disputado en el estadio Santiago Bernab¨¦u ante la presencia de 79.000 espectadores.
Lo sorprendente no fue que el Valladolid siguiera en su l¨ªnea sino que el Madrid no lo aprovechara para mejorar su juego. Con el paso de los minutos, qued¨® claro que la incompetencia de la defensa contraria no ser¨ªa suficiente para asegurar una tarde llevadera. Una jornada m¨¢s, el p¨²blico del Bernab¨¦u sigui¨® sin despejar las angustiosas sospechas que le inspira el equipo. El Madrid no se encuentra.
El Valladolid arranc¨® presionando arriba. Pero el aliento del empuje inicial le dur¨® diez minutos. Pronto perdi¨® el dominio del bal¨®n y entonces Pepe y Albiol respiraron aliviados porque encontraron salidas. Por momentos se hab¨ªan agobiado. ?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando el Madrid enfrente a equipos m¨¢s poderosos, que le quiten la pelota? Todo apunta a grandes problemas. De momento, Alonso, Lass y Granero se valieron para romper la resistencia inicial de ?lvaro Rubio y sus compa?eros. Xabi traz¨® las maniobras con coherencia y ritmo. Ayudado por Ramos, Granero se meti¨® entre l¨ªneas con inteligencia. En una de esas, se abri¨® a la derecha y meti¨® el centro al primer palo. Por ah¨ª apareci¨® Ra¨²l, que se anticip¨® a la zaga y toc¨® con el exterior de su pie izquierdo desviando a gol.
Los centrales del Valladolid, Prieto y Nivaldo, se internaron en la disputa como corderos en una jaula de tigres. El primer tigre en aparecer fue Ra¨²l, con su habitual sigilo. La contribuci¨®n de Ra¨²l en el desarrollo de las jugadas de ataque del Madrid es irrelevante, pero las observa como nadie. Mientras sus compa?eros evolucionan con el bal¨®n, tocando o buscando el tiro, el pase filtrado, o el centro, ¨¦l se posiciona como esos comandantes en la torreta. Se aleja de la acci¨®n para estudiarla. Examina los espacios, la disposici¨®n de los contrarios y el entorno general. Le basta medio segundo para procesar la informaci¨®n y hacer una conjetura sobre el destino de la pelota. Cuando traspasa el l¨ªmite del ¨¢rea, casi siempre acierta. Tiene 32 a?os. Pero con su don podr¨ªa aguantar hasta los 40 metiendo goles en tardes como la de ayer.
En el segundo gol Ra¨²l aprovech¨® una jugada de Marcelo y Benzema por la derecha para concluir en el primer palo. A un toque. Los primeros dos goles del Madrid hablaron del adecuado funcionamiento de los laterales cuando se sumaron al ataque. Marcelo se redimi¨® de su pesadilla en el S¨¢nchez Pizju¨¢n con desparpajo. El partido del brasile?o habl¨® de un chico que reune la t¨¦cnica y el car¨¢cter suficiente para destacar en el deprimido mercado de los laterales zurdos. Marcelo coron¨® su actuaci¨®n cuando marc¨® el tercer gol de su equipo. Mientras Prieto miraba, en su enso?aci¨®n de zaguero cachazudo, ¨¦l disparaba con la pierna mala, un derechazo a la base del palo.
El gol fue la respuesta al excelente tanto de Nauzet, de falta directa. Font aprovech¨® un error de Ramos en una entrega y Lass le derrib¨® frente al ¨¢rea. El gol puso de manifiesto los desajustes del Madrid, tan inc¨®modo sin el bal¨®n como con ¨¦l. La ventaja en el marcador no permiti¨® al equipo local hacerse con la manija del juego. Escasearon las asociaciones, los movimientos coordinados, los desmarques. No hubo continuidad en las posesiones. No la ha habido en toda la temporada.
La angustia de la hinchada alcanz¨® su punto culminante en la segunda parte, cuando Diego Costa le hizo el ca?o del partido a Pepe. Adem¨¢s de ca?o, fue un pase medido a Marquitos, que se present¨® ante Casillas y con un toque sutil le alej¨® el bal¨®n de los guantes. Un gesto como ¨¦ste, mano a mano con Casillas, est¨¢ al alcance de muy pocos. Marquitos se apunt¨® a la lista para convertir el inquietante 3-2.
Abocado a las intermitencias, el duelo se cortaba y se aceleraba, a golpe de intervenciones individuales y encuentros espor¨¢dicos. No era el escenario m¨¢s tranquilizador para el Madrid. Las penurias se acabaron cuando entr¨® Higua¨ªn para meter su gol. Un gol con mensaje. Un aviso para Pellegrini. Una amenaza para Benzema, que sigue fuera de onda.
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