La buena voluntad se paga

La buena voluntad tiene estas cosas. A veces cuesta cara. Unai Emery quiere que todos sus jugadores disfruten de una oportunidad y se sientan part¨ªcipes del proyecto. Tambi¨¦n Del Horno, que viene de un sinf¨ªn de lesiones encadenadas. Y al que el t¨¦cnico vasco le dio, en el puesto de Mathieu, los ¨²ltimos 20 minutos para que disfrutara de la enorme superioridad del Valencia ayer en Praga, que ganaba en el resultado (2-0), el juego e incluso el n¨²mero de efectivos (11 frente a 10 por la expulsi¨®n de Senkerik). Pues bien, en cinco minutos fat¨ªdicos , el Valencia se durmi¨® y el Spartak, barrido hasta entonces, reaccion¨® con rabia para empatar. En los dos goles checos, por cierto, estuvo involucrado Del Horno, poco tenso en el marcaje.

El Valencia ech¨® as¨ª por la borda un partido muy bien jugado hasta ese momento, con una autoridad incontestable en todas sus l¨ªneas, sobre todo por la direcci¨®n de Marchena y Baraja, y un golazo precioso de Maduro que parec¨ªa cerrar el encuentro. Pero no. Se relaj¨® el Valencia, que es lo que le viene sucediendo en esta Liga Europa en la que ha empatado tres de los cuatro partidos. Y en la que Emery trata de compaginar la clasificaci¨®n con la reserva de sus mejores hombres. Una combinaci¨®n en el alambre. Como ayer, cuando aline¨® a Silva y a Mata y los sustituy¨® al pensar que estaba resuelta la cita. Lo pensaba ¨¦l y cualquiera que viera lo que estaba sucediendo. Sin recordar que el f¨²tbol siempre guarda una sorpresa a la vuelta de la esquina. Adem¨¢s de que, con raz¨®n, Emery se quejara de una arbitraje lamentable que le anul¨® un gol legal a Mata por un inexistente fuera de juego, y no expulsara a Vomacka tras su entrada por detr¨¢s al propio Mata en el penalti que transformar¨ªa Joaqu¨ªn.

Apretujado por sus compa?eros, que acudieron en masa a abrazarle, Maduro achin¨® los ojos emocionado. Acababa de marcar uno de esos goles que dan la vuelta al mundo. Un disparo tan potente como est¨¦tico que vol¨® en diagonal desde fuera del ¨¢rea hasta la escuadra derecha de Vaniak. Premio a un futbolista modesto y siempre dispuesto a ayudar a sus compa?eros.

El pl¨¢cido dominio valencianista se convirti¨®, de repente, en un final desbaratado. Enrabietado por el empate, el Valencia atac¨® con fiereza en un tenso final en el que Baraja acab¨® expulsado. Y Emery descubri¨® que, a veces, la buena voluntad se paga.