El¨¦ctrico Bar?a

Tem¨ªa Guardiola a su propio equipo casi tanto como a la valent¨ªa del Valladolid, y poco falt¨® para que el partido le diera la raz¨®n. Aunque a Ibrahimovic no le gusta que le hablen de la suerte, la tuvo el Barcelona para resolver un partido del que sac¨® petr¨®leo con muy poco . Le falt¨® pulso al Barcelona para desarticular a un equipo que presiona bien y a cambio se desorganiza cuando le soplan. A la valent¨ªa de Mendilibar respondi¨® el Barcelona con una pegada de campe¨®n. Dani Alves sacudi¨® a los pucelanos en un par de arrancadas y los azulgrana cerraron el partido en un abrir y cerrar de ojos.

Alves da mucho y a veces tambi¨¦n quita. Ayer convirti¨® su banda en una autopista de principio a fin del partido. Habilitado en la primera acci¨®n por un magistral pase de tac¨®n de Xavi que le abri¨® el camino hasta Villar, corri¨® hasta soltar un centro que, a la carrera y de volea, remat¨® a gol Xavi. En la segunda carrera de Alves, casi consecutiva, centr¨® tan mal que la clav¨® por la escuadra.

El brasile?o tambi¨¦n sum¨® en la jugada del tercer gol, porque fue quien encontr¨® el desmarque de Ibrahimovic, que tuvo el temple suficiente para controlar en carrera, pararse, levantar la cabeza y asistir a Messi, que marcaba su primer gol al Valladolid. El Barcelona sac¨® mucho de muy poco, cosa propia solo de los grandes equipos. Ya no necesita jugar de matr¨ªcula para aprobar los parciales. Con frecuencia, como sucedi¨® ayer, le sobra con que Xavi coja la pelota y encuentre a Iniesta despu¨¦s de que Vald¨¦s la haya parado. A partir de ah¨ª, cualquier alianza es buena. La de anoche con Alves result¨® demoledora.

Guardiola aline¨® al mismo equipo que gole¨® al Sevilla hace una semana, con la salvedad de Keita, que sustituy¨® al lesionado Busquets. Una soluci¨®n natural que le permiti¨® mantener a Piqu¨¦ de central junto con Puyol. Anda demasiado lento M¨¢rquez, a Chigrinski conviene protegerle y Milito necesita minutos, as¨ª que se guard¨® a los tres centrales en el banquillo, a expensas de lo que le marcara el devenir del partido. Siempre valiente, Mendilibar mand¨® a los puntas a la presi¨®n casi sobre el ¨¢rea del Bar?a.

Lo esperaba Guardiola, as¨ª que estir¨® el campo desde bien atr¨¢s y repiti¨® la argucia que tan buen resultado le dio en la final de Copa del Rey contra el Athletic, abriendo a los centrales a fin de generar espacios y salir con la pelota jugada. Ocurri¨® que Piqu¨¦ no estuvo muy fino -medio lesionado dej¨® su puesto a Milito- y al Barcelona le cost¨® activar a los volantes. Demasiado din¨¢mico, Keita perdi¨® en exceso la posici¨®n y no encontr¨® el sitio que le permitiera juntarse con Xavi, que con frecuencia tuvo que recular demasiado para recoger la pelota y buscar espacios para activar a Messi y a Iniesta.

En los momentos de mayor zozobra, espeso como estuvo a ratos, suerte tuvo el Bar?a de Vald¨¦s, que una vez m¨¢s aguant¨® el marcador en los primeros 20 minutos. El portero estuvo espl¨¦ndido al inicio y al final, cuando su equipo empataba a cero y cuando ya ganaba por goleaba. Dado que el Barcelona apenas combin¨® desde su cancha, procur¨® como contrapartida activar a Ibrahimovic, que se ofreci¨® como recurso, siempre m¨¢s ¨²til en calidad de jugador que de goleador, pues s¨®lo ha marcado un tanto en los ¨²ltimos siete partidos.

As¨ª las cosas, los goles llegaron al contraataque, algo impropio para un equipo que pareci¨® guardarse siempre una marcha, aunque puede que no atinara a activarla. Es cierto que de nuevo su ataque estuvo cojo, porque de Henry s¨®lo se supo en un acrob¨¢tico remate y lo poco que intent¨® lo resolvi¨® mal. Pero tiene a Messi y eso, unido al esfuerzo de Ibrahimovic, lo compensa todo.

Aunque al sueco no se lo parezca, el equipo le encuentra siempre que le necesita y ayer tir¨® de un equipo que corri¨® mucho y toc¨® poco, as¨ª que no fue del todo reconocible. Pero gan¨® otra vez, ayer por su efectividad, y cerr¨® invicto la primera fase de la Liga. Le combaten, pero nadie es capaz de ganarle porque o juega muy bien o sus futbolistas resuelven con facilidad.

Un Bar?a imparable