El Depor reanima a On¨¦simo

Nada de lo que mostr¨® ayer el Valladolid invita a esperar grandes novedades sobre su futuro. Padecer¨¢ hasta el final por salvar la categor¨ªa, pero al menos en Riazor supo explotar sus opciones ante un rival irreconocible y reanimarse con su cuarta victoria en 27 partidos. Respira On¨¦simo, que se present¨® con el agua al cuello, tras seis partidos en el banquillo, dos empates y cuatro derrotas, pero sobre todo con m¨¢s ruido que nueces. Gan¨® adem¨¢s en un partido en el que Undiano no ense?¨® ni una tarjeta, lo que adem¨¢s destierra cualquier debate accesorio al f¨²tbol.

M¨¢s apocado, al menos a Lotina le preocupa que su equipo juegue bien. Cree que es un deber, m¨¢xima ante la que no caben reproches. Ocurre que en esa b¨²squeda en ocasiones le pasa lo mismo que a Tim, aquel entrenador brasile?o que compar¨® el f¨²tbol con las mantas cortas, las que no consiguen tapar los pies sin descubrir la cabeza. Algo de eso le pas¨® al Deportivo, que jug¨® dos partidos en uno y los dos los jug¨® mal. Lesiones y sanciones auspiciaron una alineaci¨®n in¨¦dita en la que cab¨ªan Lassad y Valer¨®n en la mediapunta, Juan Dom¨ªnguez tras ellos y Adri¨¢n por delante de todos, un fest¨ªn para la pelota, que no sufri¨® por el trato como otras veces. Pero la manta destap¨® al colectivo porque abandon¨® las ayudas y se convirti¨® en un equipo largo, abri¨® el partido y concedi¨® espacios al Valladolid, que adem¨¢s siempre tuvo vocaci¨®n de mirar adelante y pisar terrenos alejados de su ¨¢rea. Hubo ambici¨®n por parte del equipo de On¨¦simo, pero sobre todo sobraron desajustes en el Deportivo, que no supo restar ni correr hacia atr¨¢s y abandon¨® a Z¨¦ Castro, ayer ocasional mediocentro y no precisamente un duro que marque territorio.

La primera parte enga?¨® al Deportivo, que se sinti¨® c¨®modo, que toc¨®, tir¨® taconazos e incluso dio la sensaci¨®n de divertirse, que estuvo remiso ante el gol, tan fall¨®n como prol¨ªfico en la zona de la verdad donde, por ejemplo, Juan Rodr¨ªguez, dej¨® pasar una clara oportunidad por demorar la definici¨®n all¨ª donde nunca conceden tiempo los defensas. Acomodado en un dibujo piramidal en el que de mediocampo en adelante nadie miraba hacia la base, se crey¨® dominador, se gust¨® en los detalles. El gol de Nauzet Alem¨¢n, justo antes del descanso, le mostr¨® la realidad. Nada de lo hecho serv¨ªa para ganar, ni siquiera para empatar. As¨ª, con el marcador en contra, Lotina acab¨® con las frusler¨ªas, busc¨® contundencia y retom¨® el dibujo acostumbrado, agrup¨® al equipo, pero se qued¨® sin f¨²tbol. Tampoco es un problema para ganar, como se ha demostrado en bastantes partidos, pero ayer lo fue. De pronto se apag¨® la luz, ces¨® el juego combinativo, la imaginaci¨®n y el atrevimiento porque, sin Lassad y Valer¨®n, Juan Dom¨ªnguez se qued¨® sin socios y pese a sus grandes progresos todav¨ªa le falta entidad y f¨ªsico para imponerse por si solo. Instalado en la mediocridad, el Deportivo fue incapaz de hacer cosquillas al Valladolid, que, sin m¨¢s, esper¨® el momento de la sentencia. La tuvo en sus botas durante el ¨²ltimo cuarto de hora y la encontr¨® al final porque fue s¨®lo entonces cuando On¨¦simo, aquel descarado, se anim¨® a dar minutos a Canobbio y Medunjanin, dos de sus mejores talentos.

On¨¦simo respira en Riazor