El Espanyol desarma al Sevilla

Apag¨®n del Sevilla, desma?ado en la construcci¨®n e inepto a la hora de girarse para focalizar la porter¨ªa adversaria. As¨ª se lo exigi¨® el Espanyol, tan d¨®cil para darse de bruces ante el Tenerife como bravo para maniatar a un poderoso adversario como el Sevilla, desestabilizado por el destierro inesperado en Europa a botas del CSKA ruso.

Consciente de que el Espanyol plantear¨ªa un duelo en espacios reducidos, con las l¨ªneas bien apretujadas y de intensidad extraordinaria, Manolo Jim¨¦nez dio prioridad al m¨²sculo sobre el toque. La propuesta le sali¨® rana; los medios centros Zokora y Duscher no sufrieron en exceso para detener las embestidas rivales pero palidecieron horrores cuando el bal¨®n cay¨® en sus pies, incapaces de atender a las carreras de las alas, patosos para entregar el cuero a la l¨ªnea siguiente. La presi¨®n blanquiazul result¨® eficaz porque los medios rivales no pudieron girarse con el bal¨®n controlado, imposibilitados en visualizar el siguiente pase. Demasiados condicionantes que encallaron al Sevilla, impaciente por naturaleza en la construcci¨®n. Es un equipo de ataques cortos, pases r¨¢pidos, carreras el¨¦ctricas y remates fiados a la inspiraci¨®n. Qued¨® anulado.

Perseguir a la pelota no supone para el Espanyol un problema mayor, toda vez que utiliza los contragolpes con efectividad. Es su recurso favorito, por m¨¢s que juegue en su casa. Atosigaba a los futbolistas de menos pie y sal¨ªa escopeteado con cinco hombres. Los dos extremos bien abiertos, Luis Garc¨ªa con sus movimientos de entrel¨ªneas y Osvaldo pendiente del remate. M¨¢rquez, por si las moscas, pisaba ¨¢rea en busca del rechazo. En una de ¨¦sas, el cuero le cay¨® a Marqu¨¦s, en el lateral del ¨¢rea, que prob¨® un centro. Infructuoso pero con el rebote de cara. Y genial, Marqu¨¦s no s¨®lo pinch¨® la pelota en vez de lanzar un nuevo centro de primeras, sino que en un palmo de terreno arm¨® la pierna y sac¨® una asistencia precisa a Osvaldo, que le peg¨® con la frente a gol. Ni la vio Palop, respaldado por los pocos aficionados que se presentaron en Cornell¨¤, sabedores de que sus manoplas han librado tantos embrollos que no se le puede achacar la cantada que les descabalg¨® de Europa.

Se barruntaba entonces a un Sevilla herido, que morder¨ªa por cada parcela del c¨¦sped. No lo hizo, incomprensiblemente acomplejado, un tanto abatido. La factura le lleg¨® a modo de gol. Pero la presi¨®n y por extensi¨®n el fuerte contacto del Espanyol desgajaron -Capel y Navas se lesionaron antes de que se echara el tel¨®n al primer acto, m¨¢s por la ca¨ªda que por la entrada- al tiempo que azuzaron a la bestia. Se recompuso el Sevilla con br¨ªo, vilipendiado en su orgullo por perder en la piller¨ªa, en la refriega. Tres tanganas, alg¨²n insulto, otras tarjetas y bienvenido al Sevilla, que se expres¨® al fin con rotundidad del mismo modo que se desbrav¨® el Espanyol, con las piernas sobrecargadas. Arremeti¨® Perotti con sus preciosistas recortes en el lateral del ¨¢rea, Kanout¨¦ baj¨® los balones e hizo jugar a la segunda l¨ªnea y Adriano se catapult¨® por el ala. Duscher remat¨® raso y Escud¨¦ conect¨® un cabezazo. Pero Cristian ?lvarez, sustituto de Kameni y su tobillo a la virul¨¦, replic¨® con dos paradas espectaculares. Nada se supo de Renato, que no ley¨® los pasillos interiores ni mezcl¨® con los costados. Una r¨¦mora que limit¨® sobremanera al Sevilla, desnivelado porque los extremos corrieron mucho pero siempre sin bal¨®n.

No madur¨® el partido el Sevilla, con un movimiento tosco y plomizo de la pelota, con Kanout¨¦ siempre lejos del ¨¢rea y las alas in¨¦ditas. Por lo que el Espanyol prosigui¨® a lo suyo, con los contragolpes. Fall¨® Callej¨®n en un mano a mano con Palop pero acert¨® en el siguiente Osvaldo, que aprovech¨® otra jugada de Marqu¨¦s para resolver el duelo. Una victoria reparadora que le descarga de los posibles respingos de los equipos que se codean en la retaguardia.

Osvaldo hace fuerte al Espanyol