El Baskonia pone la otra mejilla
El Caja Laboral vuelve a ser apalizado en Mosc¨² y tiene casi imposible el pase
Lo intent¨®, lo busc¨® y no lo encontr¨®. Tir¨® del orgullo que le caracteriza, del Splitter que le identifica, del Teletovic que le magnifica. Tiro de todo el Caja Laboral, pero s¨®lo durante diez minutos, los del primer cuarto, cuando sorprendi¨® al CSKA, atenazado por la sensaci¨®n de superioridad del primer partido, por la convicci¨®n de que perder era casi imposible.
El efecto Splitter afect¨® notablemente a la defensa del CSKA, desorientada en el primer cuarto, superada por el p¨ªvot brasile?o y por la mu?eca de Teletovic, con espor¨¢dicas apariciones del resto de compa?eros. Hasta ah¨ª lleg¨® el Baskonia, el tiempo que le dio la confusi¨®n moscovita hasta que reorden¨® las neuronas y se puso otra vez a laborar como si hace tres d¨ªas nada hubiera ocurrido.
CSKA MOSC? 83 - CAJA LABORAL 63
CSKA Mosc¨² (19+16+24+24): Planinic (12), Langdon (12), Siskauskas (14), Khryapa (14) y Kaun (9) -cinco inicial-; Holden (10), Vorontsevich, Sokolov, Kurbanov, Ponkrashov (2), Mensah-Bonsu (10) y Zabelin.
Caja Laboral (18+12+11+22): Ribas (9), English (2), San Emeterio (8), Teletovic (11) y Splitter (11) -cinco inicial-; Singletary (4), Huertas (3), Herrmann (3), Oleson, Eliyahu (10) y Barac (2).
?rbitros: Jungebrand (FIN), Chambon (FRA), Pukl (SLO). Sin Eliminados.
Incidencias: Segundo partido de cuartos de final de Euroliga disputado en el Universal Sports Hall de Mosc¨² ante 4.500 espectadores. El CSKA domina la serie por 2-0.
Tuvo mucho que ver con esa reacci¨®n la ausencia de Splitter (no puede a¨²n jugarlo todo) que no s¨®lo abri¨® pasillos al CSKA sino que le aliment¨® la autoestima. Entre Barac y el p¨ªvot brasile?o hay un desierto de arena (que dir¨ªa la copla). Y el que peor lo sufre es el Baskonia, demasiado castigado en el juego interior y sin tiradores eficaces en el exterior.
El tercer cuarto fue devastador. Ah¨ª tir¨® de galones el CSKA con sus seis habituales (el resto act¨²a de comparsa, de secadero de sudor, de pa?o de cancha). Hasta ah¨ª lleg¨® el Caja Laboral y a partir de ah¨ª comenz¨® a interiorizar que el partido estaba perdido y que la eliminatoria resultaba imposible. Pretender ganarle tres partidos al CSKA consecutivos, aunque dos sean en Vitoria, hoy es un brindis al sol, escupir al cielo. Siempre es dif¨ªcil ganarle tres partidos consecutivos a cualquier equipo, pero al CSKA se antoja imposible.
Queda la dignidad y esa gen¨¦tica que sigue viva en el Baskonia, aunque ahora mismo su ¨¢nimo sea el de la derrota y el del convencimiento de que su rival es muy superior y est¨¢ mejor provisto. Algo as¨ª como cuando el enemigo interioriza que le espera un ej¨¦rcito m¨¢s poderoso al otro lado y que s¨®lo le quedan un par de balas en la cartuchera. As¨ª se ha planteado la batalla entre dos equipos muy distintos, con especial incidencia en que este es el Baskonia m¨¢s d¨¦bil, por distintos motivos, de la ¨²ltima d¨¦cada.
Y as¨ª fueron anotando unos y otros, una vez que el partido se hab¨ªa resuelto en el tercer cuarto con un 24-11 a favor del equipo ruso como para inquietar a cualquiera. Es dif¨ªcil jugar as¨ª cuando adem¨¢s vas perdiendo la eliminatoria y cuando observas que tus aplicaciones flaquean por casi todos los pasillos del juego. Que sin Splitter eres muy poco, que sin la mu?eca de Teletovic eres menos y que sin el orgullo de San Emeterio te quedas en poca cosa.
Y as¨ª fue ganando el CSKA y minando la esperanza de un equipo que quiz¨¢s desde que supo el emparejamiento se asust¨®. Con raz¨®n. Con motivo.
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