Vuelve Navarro, gana el Bar?a
El Madrid sucumbe ante la entrada en escena del jugador azulgrana al que m¨¢s teme
Tres jugadas tard¨® la serie en darse la vuelta como un calcet¨ªn. Las mismas con las que Juan Carlos Navarro dio por terminada su racha improductiva. Dos entradas y un triple. Tres aciertos, siete puntos y, lo que es m¨¢s importante, un mensaje inequ¨ªvoco para rivales y compa?eros . A los primeros, que fuesen pensando que lo ocurrido en los dos primeros encuentros no iba a volver a pasar. Y a los hombres con los que comparte el vestuario, que estuviesen tranquilos, que no les iba a dejar en la estacada en un partido tan crucial. Ambas misivas impactaron instant¨¢neamente en ambas direcciones.
Al toque de corneta de Navarro respondieron sucesivamente Morris, Rubio, V¨¢zquez y Lakovic, que acertaron en pocos minutos casi tanto como en los dos encuentros anteriores. De igual forma, la puesta en escena del jugador m¨¢s temido por los madridistas tanto por su ascendencia en el juego azulgrana como por la capacidad expansiva de sus explosiones, le meti¨® al Madrid el miedo en el cuerpo.
REAL MADRID 73 - BARCELONA 84
14-25, 17-21, 19-15, 23-23
Real Madrid: Prigioni (10), Kaukenas (0), Jaric (6), Garbajosa (5) y Tomic (23) -quinteto inicial-; Hansen (11), Lavrinovic (0), Reyes (7), Bullock (0) y Llull (11).
Regal Barcelona: Rubio (5), Navarro (24), Mickeal (13), Lorbek (4) y Morris (8) -quinteto inicial-; Basile (0), Lakovic (13), V¨¢zquez (6), Ndong (9), Sada (0) y Grimau (2).
?rbitros:Jungebrand (Finlandia), Jovcic (Serbia) y P¨¦rez Pizarro (Espa?a.). Sin eliminados.
Unos 13.500 espectadores en el Palacio Vistalegre.
En siete minutos la situaci¨®n ya era m¨¢s que complicada. No s¨®lo por la diferencia en el marcador (7-19), sino tambi¨¦n porque desde casi el principio cambiaba el gui¨®n preferido por los blancos, el mismo que le hab¨ªa dado por dos ocasiones tan buen resultado en el Palau: el juego a pocos puntos, los ataques controlad¨ªsimos, el ritmo siempre bajo control.
El Madrid se vio forzado a subir sus revoluciones y el remedio fue peor que la enfermedad. A pesar de que Rubio volvi¨® a mostrar una cara muy p¨¢lida, surgieron Lakovic y sobre todo Ndong. Lo del senegal¨¦s tuvo mucho m¨¦rito. Despu¨¦s de dos partidos como titular, entre la vuelta a la actividad de Morris y la claridad con la que Tomic le super¨® en Barcelona, fue el und¨¦cimo jugador que puso en la cancha Xavi Pascual, ya en el segundo cuarto. La espera le sent¨® de maravilla a pesar de que en su primera acci¨®n se le escapase un bal¨®n claro. A partir de ese momento fue un cicl¨®n en las dos canastas, anotando y taponando. Y, junto a un nuevo triple de Navarro los azulgrana, dejaban el partido moribundo (19-39, en el minuto 5 del segundo cuarto).
Casi nada se parec¨ªa a los dos primeros actos de esta eliminatoria. El desacierto azulgrana hab¨ªa desaparecido, nuevos actores como Morris revitalizaban su juego y nada quedaba del dominio del ritmo de juego que ejerci¨® Prigioni, aunque algunas cosas se manten¨ªan inalterables. Como el excelente rendimiento de Ante Tomic. Ocurra lo que ocurra a partir de ahora, el joven croata se ha ganado un puesto preferente en la jerarqu¨ªa del juego del Madrid. A¨²n estando m¨¢s y mejor vigilado que en los dos primeros partidos, Tomic volvi¨® a mostrarse resolutivo, capaz de fajarse con gente de mayor peso como V¨¢zquez o Morris y anotar una y otra vez. Junto a unos buenos momentos de Hansen, el Madrid logr¨® irse al descanso con alguna esperanza de vida (31-46).
A fe cierta que el equipo de Ettore Messina lo intent¨® con todo lo que tiene, que puede ser mucho o poco, depende de con qui¨¦n se le compare. Pero sigue teni¨¦ndose que dar muchas circunstancias para que, con la diferencia de potencial que atesoran las dos plantillas, pueda dar como resultado un triunfo blanco. Se dieron algunas y durante algunos minutos.
Hansen se faj¨® bien con Navarro, le cort¨® su producci¨®n moment¨¢neamente y varios errores impropios de Rubio hicieron so?ar al p¨²blico de Vista Alegre (37-48). Pero bast¨® que Lakovic sustituyese a Ricky y que la dureza con la que ten¨ªa que emplearse Hansen con la estrella azulgrana termin¨® por tener que irse al banquillo casi eliminado por faltas personales. El dominio del Barcelona ya hasta el final volvi¨® a ser rotundo y s¨®lo inquietado por otra tanda de aciertos de Tomic. Pero el p¨ªvot estuvo demasiado solo para lograr algo, lo que, tal y como estaban las cosas, consist¨ªa una aut¨¦ntica proeza.
El Bar?a recupera la iniciativa no s¨®lo en el marcador de la serie, sino tambi¨¦n en la ascendencia psicol¨®gica sobre ella. Justo premio a una actuaci¨®n mucho m¨¢s acorde con el enorme talento que atesora.
El Madrid, por su parte, seguro que lo seguir¨¢ intentando, pero no parecen quedarle ni ideas ni fuerza suficiente para variar un gui¨®n que, por momentos, pareci¨® sorprendente, pero que en el momento clave ha recuperado la senda de lo esperado.
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