Ra¨²l cierra su c¨ªrculo triunfal
El capit¨¢n ya es el tercer m¨¢ximo realizador de la Liga, y el primero del Madrid, tras marcar su gol 228 y superar a Di St¨¦fano.- Lo logr¨® en La Romareda, el estadio donde debut¨® en octubre de 1994
Quiz¨¢ La Romareda le deb¨ªa algo. All¨ª, el 29 de octubre de 1994, un chaval de 17 a?os, enjuto, desgarbado, con las piernas arqueadas, saltaba al c¨¦sped, con el 17, precisamente, a la espalda. Jorge Valdano, entrenador por entonces del Madrid, dio la oportunidad a un cr¨ªo llamado Ra¨²l Gonz¨¢lez, que ni siquiera hab¨ªa debutado con el Madrid B, estrella como era en el C, en el escal¨®n inferior. Aquel d¨ªa, aquel cr¨ªo que viv¨ªa en el madrile?o barrio de Villaverde, dej¨® en el banquillo a una leyenda viviente del club como era Butrague?o. Hoy es Ra¨²l el icono que apura sus ¨²ltimos momentos, ya al final de la escalera, lo que no impidi¨® que ayer, cojo, cuando iba a ser sustituido, lograra el gol n¨²mero 228 de su carrera en la Liga, superando, hablando de iconos y leyendas, a Di St¨¦fano. S¨®lo le quedan por delante Hugo S¨¢nchez (con 234) y Zarra (251).
No marc¨® aquel 29 de octubre el joven Gonz¨¢lez, que acompa?¨® a Zamorano y Amavisca en el ataque, por mucho que se viera en tres ocasiones ante Cedr¨²n, portero del Zaragoza. "T¨² sal ah¨ª y divi¨¦rtete", le hab¨ªa dicho Valdano. "Nadie supo c¨®mo, pero apareci¨® por todos lados", reconoc¨ªa Cedr¨²n. Pero, pese al ¨¦xito personal, que no del Madrid, pues cay¨® 3-2, y la admiraci¨®n que despert¨®, Ra¨²l no se divirti¨®. Lleg¨® al vestuario y fue felicitado por sus compa?eros, piropeado por los rivales. Pero no se divirti¨®. S¨®lo el gol divierte a Ra¨²l. Y aquel d¨ªa no marc¨®.
Quince a?os y medio despu¨¦s, Ra¨²l volvi¨® a divertirse en La Romareda. Comenz¨® de reserva, como siempre en los ¨²ltimos meses, pero la lesi¨®n de Van der Vaart le dio la oportunidad. A la primera que tuvo dispar¨® a puerta con la derecha, tras un pase de Guti, y Roberto, portero del Zaragoza, desvi¨® el bal¨®n al palo. Luego fue el quien se lesion¨®. Ya estaba preparado all¨¢ en la banda Benzema, en el minuto 50, cuando Ra¨²l, pr¨¢cticamente cojo, acudi¨® al auxilio de Cristiano en una jugada de ataque. En el primer palo apareci¨®, adivinando el centro del portugu¨¦s, y all¨ª meti¨® su bota izquierda, como tantas y tantas veces, para mandar el bal¨®n a la red. Era el primer gol del Madrid. Al instante fue sustituido, no sin antes recibir el abrazo de todos sus compa?eros, los nueve que estaban en el campo (sin contar a Casillas), y los del banquillo, uno a uno, casi rindi¨¦ndole pleites¨ªa. Su despedida fue acompa?ada por la ovaci¨®n de varios miles de los presentes en el estadio, la mejor manera, quiz¨¢, de cerrar el c¨ªrculo triunfal, ¨¦se que empez¨® el 29 de octubre de 1994. "Ra¨²l har¨¢ lo que ¨¦l quiera y el Madrid le acompa?ar¨¢ en su decisi¨®n". Eso dijo Valdano ayer, preguntado si el capit¨¢n seguir¨¢ en la n¨®mina de un club del que ayer se convirti¨® en el m¨¢ximo goleador de su asombrosa historia.
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