Cuatro goles como cuatro soles
La efectividad de sus delanteros redime al Bar?a ante el Tenerife en una jornada lluviosa
Hay partidos que no se juegan sino que se resuelven, ni que sea de cualquier manera, sobre todo porque llegan de manera inoportuna, en circunstancias adversas. As¨ª se present¨® el encuentro de ayer para el Barcelona en el Camp Nou y as¨ª lo gan¨®, con cuatro pinceladas de sus jugadores m¨¢s en racha: Messi, por dos veces, Bojan y el infalible Pedro.
No par¨® de llover en todo el d¨ªa, la grada estaba muy fr¨ªa, el campo parec¨ªa excesivamente r¨¢pido y en nada acompa?¨® el horario. Las ocho de la noche de un mi¨¦rcoles no son horas para ir al f¨²tbol. La liturgia no ayuda y resulta complicado imaginarse un gran partido, y m¨¢s cuando el rival est¨¢ en zona de descenso, como es el caso del Tenerife, y la hinchada azulgrana s¨®lo repara en la visita del s¨¢bado a Sevilla y en la contienda de ma?ana en Palma: Mallorca-Real Madrid.
BARCELONA 4 - TENERIFE 1
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Puyol, Piqu¨¦ (Pedro, m. 46), Maxwell; Tour¨¦, Xavi, Keita; Messi, Ibrahimovic (Busquets, m. 65) y Bojan (Henry, m. 81). No utilizados: Pinto; Chigrinski, Milito y Thiago.
Tenerife: Aragoneses; Sicilia, Culebras, Luna, H¨¦ctor; Rom¨¢n (Omar, m. 73), M. Alonso, M. Mart¨ªnez; Juanlu, Alfaro (?ngel, m. 84) y Kome (Nino, m. 61). No utilizados: Luis Garc¨ªa; Marc Bertr¨¢n, Ricardo y Richi.
?rbitro: Delgado Ferreiro. Amonest¨® a Sicilia, Alfaro, H¨¦ctor.
Goles: 1-0. M. 17. Gol de Messi, tras un cabezazo de Ibrahimovic. 1-1. M. 39. Gol de Rom¨¢n, a pase de Kome. 2-1. M. 63. Bojan, a pase de Alves. 3-1. M. 77. Messi asiste a Pedro. 4-1. M. 93. Gol de Messi.
57.401 espectadores en el Camp Nou.
El calendario invitaba precisamente a no tomar riesgos y, sin embargo, Xavi compareci¨® con su raja de tres cent¨ªmetros en el s¨®leo izquierdo, se?al de que el equipo no daba por ganado el partido. Guardiola aline¨® a Xavi, y tambi¨¦n a Messi y Bojan, y a?adi¨® a Ibrahimovic, en una delantera aparentemente poco ortodoxa.
Messi apareci¨® pasado el cuarto de hora para dejar su gol y ratificar que ha recuperado el olfato. La efectividad de La Pulga pareci¨® la mejor medicina para combatir una noche tan peligrosa y desagradable. Xavi profundiz¨® para la llegada de Alves, el lateral centr¨® al segundo palo, guardado por la cabeza de Ibrahimovic, y el sueco cruz¨® la pelota al otro poste para Messi, que puso su piececito derecho y cant¨® gol a c¨¢mara lenta.
El partido, sin embargo, no qued¨® resuelto porque al Bar?a le falt¨® control, intensidad y pegada. El Tenerife no se sinti¨® exigido y alcanz¨® el empate con una relativa facilidad despu¨¦s de un error de Puyol rematado por Rom¨¢n Mart¨ªnez, un volante cedido por el Espanyol. Los centrales azulgrana mezclaban mal en la resbaladiza cancha y los delanteros del Tenerife asomaron de vez en cuando para mantener el suspense del encuentro. A los muchachos de Guardiola les costaba en exceso profundizar y meter pases interiores, faltos de dinamismo, incapaces de generar espacios.
La sustituci¨®n de Piqu¨¦, medio lesionado, no ayud¨® precisamente a mejorar el ¨¢nimo barcelonista, por m¨¢s que en su lugar compareciera Pedro, sobre todo porque el central es una garant¨ªa en las situaciones l¨ªmite. El Bar?a se impacient¨®, se precipit¨® y se angusti¨® para suerte del Tenerife.
El partido ten¨ªa muy mala pinta para los azulgrana. A la memoria de la gente comenzaron a llegar im¨¢genes contradictorias como el remonte del Madrid ante Osasuna o las dos Ligas que el Tenerife brind¨® al dream team a costa del equipo blanco. La gente miraba de nuevo al cielo: llueve cuando menos conviene, los volcanes entran en erupci¨®n camino de Mil¨¢n, los partidos se acumulan a deshora y, para rematar, Ibrahimovic parece un p¨¢jaro de mal ag¨¹ero. Hasta que Alves persisti¨® por su flanco y le puso la pelota al espacio para Bojan. Tir¨® el desmarque el ariete, se perfil¨® estupendamente y cruz¨® el bal¨®n a la red sutilmente.
Decantado el marcador, Guardiola retir¨® a Ibrahimovic para hacer sitio a Busquets y garantizarse una mejor posici¨®n en la cancha. El encuentro para nada qued¨® cerrado sino que mantuvo su incertidumbre durante un rato. A pesar de que los barcelonistas aumentaron su intensidad, el tercer gol se les negaba mientras el Tenerife amenazaba con la dinamita de Nino. Al Barcelona siempre le ha costado jugar pendiente del marcador, defender su porter¨ªa, y ayer se vio obligado a convivir con el riesgo en su propia cancha.
Hab¨ªa que mantener la concentraci¨®n, extremar las precauciones y, no perdonar si se presentaba la ocasi¨®n. Y la oportunidad lleg¨® en un pase de Messi mal interceptado por Sicilia y rematado por la zurda de Pedro. Aunque mediara un tanto anulado a Nino por fuera de juego discutible, el gol de Pedro acab¨® con cualquier dramatismo y la afici¨®n se puso a pensar de nuevo en Mallorca y en Sevilla. Hubo tiempo incluso para un cuarto gol, c¨®mo no, marcado por Messi, camino de la Bota de Oro. En medio de la lluvia, cada gol fue celebrado como si saliera el sol.

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